Sánchez pide en Torrevieja «solidaridad» hídrica entre regiones sin citar el trasvase Tajo-Segura
El presidente visita la desaladora del término torrevejense para anunciar una planta fotovoltaica anexa
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recordado este miércoles en Torrevieja la obligación de «todas las administraciones» de colaborar entre ellas para responder frente a la sequía, un problema que «nos incumbe a todos y nos afecta a todos». Lo ha hecho en una visita a la mayor planta desaladora de Europa, ubicada en la Vega Baja, un territorio eminentemente agrícola y que ha regado durante las últimas décadas gracias a las aportaciones del trasvase Tajo-Segura.
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Una infraestructura planeada desde la Segunda República y que el mismo Gobierno de Sánchez pretende liquidar con los nuevos planes de cuenca aprobados hace un año al aumentar el caudal ecológico de la cuenca cedente. Una infraestructura que el presidente ni ha nombrado a la hora de hablar de las soluciones a los problemas de sequía que, según avance el cambio climático, más harán sufrir a Alicante.
Sánchez ha realizado tras la visita una intervención sin preguntas a los periodistas allí convocados. En este discurso, Sánchez se ha referido al problema de escasez de agua que «no es de una u otra comunidad o territorio o de una vertiente o cuenca hidrográfica», sino que afecta a España entera: «Si una parte de nuestro país sufre las consecuencias de la sequía, al final lo estamos sufriendo todos. Si una parte ve con angustia cómo se vacían los embalses, todas las administraciones tenemos la obligación de responder como el gran país que es España, y debemos hacerlo con solidaridad», ha manifestado.
Inversiones del Gobierno en materia hídrica
23.000 millones de euros
para «hacer frente a escenarios de sequía»
5.000 millones de euros
para modernizar 27.000 hectáreas
La respuesta del Gobierno al desafío climático «para hacer frente a la sequía en base a tres principios: solidaridad, planificación y ciencia», ha resumido el presidente. En cuanto a solidaridad, la visita del presidente llega en un contexto de fuerte sequía en Cataluña y varios puntos de Andalucía y tras el anuncio del Gobierno de enviar barcos de agua de abastecimiento desde Sagunto a Barcelona.
Para la planificación, Sánchez ha enfatizado la inversión de «más de 2.200 millones de euros desde 2018 en diversas actuaciones en materia de agua» en España, que ha elevado hasta los 23.000 millones de euros para «hacer frente a escenarios de sequía».
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En cuanto a la ciencia, ha destacado que «España se ha convertido en líder europeo en producción de agua desalada y en cuarto a nivel mundial en capacidad instalada, con cerca de 5 millones de metros cúbicos al día de agua tratada». Ha resaltado las inversiones de 813 millones de euros en inversiones en estas plantas en Alicante, Murcia y Almería. El Gobierno invierte más de 300 millones de euros solo en Torrevieja para aumentar su producción de 80 a 120 hectómetros cúbicos anuales.
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Una desaladora a la que suministrará energía una planta fotovoltaica anexa, que permitirá reducir en 4 céntimos el metro cúbico producido. Esa ha sido la única novedad que ha citado Sánchez en su visita a Alicante sobre materia hídrica, un tema muy sensible en la provincia.
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Ha recordado que la provincia de Alicante cuenta con tres proyectos en marcha que afectan a 23.000 hectáreas de la Comunidad General de Riegos de Levante de la margen izquierda del Segura, los referidos al trasvase de cuencas internas del Júcar al Vinalopó y que trasladarán casi 300 hectómetros cúbicos los próximos diez años de Cullera a Villena.
Sin nombrarlo, ha sido el único momento en que se ha referido a los trasvases. Sí ha precisado que los planes hidrológicos se aprobaron con el «objetivo ambicioso» de duplicar la capacidad de desalinización. Ha obviado que estos mismos planes hidrológicos han recortado el trasvase Tajo-Segura, hasta ahora principal suministrador de agua a la provincia de Alicante, Murcia y Almería.
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Como no podía dejar pasar la ocasión, Sánchez ha querido contrastar la inversión del Ejecutivo en materia hídrica con los «discursos negacionistas» del cambio climático. «Planificación, solidaridad y ciencia frente al negacionismo, para hacer frente a uno de los mayores retos que tenemos como país, también el sector primario, para mitigar y adaptarnos a los efectos del cambio climático», ha concluido.
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