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La provincia de Alicante vive uno de los peores inviernos de la historia. Pero no pro el frío o las precipitaciones de nieve o hielo, sino por todo lo contrario. Puede convertirse en el más seco de la historia. Tan solo han llovido un par de días en Alicante y las previsiones de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) no invitan al optimismo. Por eso, las autoridades ya se preparan para un escenario de sequía y empiezan a prever medidas para ahorrar agua, mientras rezan para no llegar a los límites de Cataluña, donde hay un máximo de 200 litros por persona y día.
La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ha confirmado este viernes que abrirá los pozos de emergencia el próximo 1 de marzo si la cuenca es declarada en situación de sequía extraordinaria, como se prevé ante la ausencia de lluvias.
Un informe elaborado por la Oficina Técnica de la Sequía pone de relieve que no se han registrado precipitaciones en los últimos meses, lo que ha conllevado una caída «muy significativa» de los volúmenes embalsados, por lo que ya cabe plantearse iniciativas. La Comisión Permanente de la Sequía se reunirá a mediados de febrero para adoptar medidas extraordinarias a partir de marzo, en caso de que no se produzcan lluvias, como así se pronostica.
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Esas medidas irán encaminadas a establecer más restricciones para los usuarios de las vegas de la cuenca del Segura, así como a incrementar los recursos mediante la puesta en funcionamiento de la infraestructura de los pozos de sequía.
El informe elaborado por la Oficina Técnica de la Sequía revela que continúa la situación de emergencia en los recursos asociados a la cuenca del Segura y la situación de prealerta en los recursos procedentes de la cabecera del Tajo.
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José Vicente Pérez Pardo
Respecto a esto último, el presidente de la CHS, Mario Urrea, ha explicado que la cabecera del Tajo se ha producido una recuperación como motivo de las borrascas de las últimas semanas y a 1 de febrero, según indicaciones de la Confederación del Tajo, se ha pasado del escenario 3 a uno «mejor», el 2. De continuar esta situación, en la reunión de la Comisión a mediados de este mes, «se produciría la autorización de una transferencia de 27 hectómetros cúbicos» desde la cabecera del Tajo a la cuenca del Segura.
Por su parte, «el abastecimiento urbano no se encuentra en situación de riesgo desde el punto de vista de las restricciones y, por lo tanto, entendemos que esos pozos no serán necesarios, pero desde un punto de vista de precaución nuestra obligación es tramitarlos por si lo fueran», ha comentado. En la actualidad, los usuarios soportan restricciones al regadío tradicional y no tradicional de las aguas reguladas de la cuenca en torno al 25% en valor medio.
Estado de los #embalses en @chsriosegura a 28 de enero.
— Confederación Hidrográfica del Segura (@chsriosegura) January 29, 2024
📉Las reservas contienen 206 hectómetros cúbicos (hm³), 3 menos que la semana pasada.
📊La cuenca del #Segura está al 18% de su capacidad.
💧El embalse de Cenajo es el que más agua almacena con 63 hm³, un 14% de su volumen. pic.twitter.com/DN6fhJwDo1
Respecto a los embalses, ha señalado que se encuentran en el entorno del 17 o 18%, esto es, «muy bajos», con unos 170 hectómetros cúbicos menos que el año pasado. «Hay dos sistemas, el trasvase y la cuenca. La cuenca supera ligeramente los 80 hectómetros cúbicos, es decir, es una cantidad muy pequeña y ese es el motivo por el que probablemente, si esto no cambia y no parece que vaya a cambiar, tendremos que incrementar las restricciones para esos usuarios de regadío», ha señalado.
Según Urrea, para no llegar a esta situación tendría que llover «muchísimo», alrededor de un mes y medio. Por el momento, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé «ligeras lluvias para la segunda quincena de febrero, pero no para estar mes y medio lloviendo».
En este sentido, ha comparado la situación de sequía actual con la sufrida en los años 90; de 2005 a 2009 y de 2015 a 2018. «En cada década tenemos 3 o 4 años de sequía y ahora evidentemente se vuelve a repetir el fenómeno», ha dicho, para precisar a continuación que la diferencia es radica en que ahora «estamos mejor preparados».
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