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Pedro Sánchez, en su último acto en Alicante, en Casa Mediterráneo. Shootori
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Análisis

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El susto del 1 ha provocado una X en la confección de las candidaturas al congreso de Sevilla, aunque hay quien apuesta por un 2 en los próximos meses

Domingo, 13 de octubre 2024, 04:06

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«Cuando despertó, el PSOE todavía estaba allí». Los socialistas continúan su camino con igual fortuna que el dinosaurio de Monterroso, del que no se sabía si era diplodocus o tiranosaurio. Lentos y pesados como la digestión de un arroz con costra, andaban todavía sorteando la anmistía y el cupo catalán cuando se han encontrado este jueves el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que deja a los pies del caballo al exministro y exsecretario de Organización José Luis Ábalos y renqueante al jinete Pedro Sánchez.

El «número 1», nombre con el que los investigadores creen que se referían los investigados al presidente del Gobierno, ha vuelto a sobresaltar las bases socialistas y a cuadros intermedios. La dificultad de los grupos municipales, incluso de Les Corts, para plantear oposición en sus respectivos feudos comienza a sembrar mella en el ánimo socialista. Pero el PSPV, la federación autonómica, se mantiene firme en torno al presidente del Gobierno. No se podía esperar otra cosa tras tamaña bomba de espoleta retardada.

Lo malo es que insignes socialistas de Alicante temen que no sea la única y que, en realidad, se hayan metido de lleno en un campo de minas del que puedan salir desmembrados. Por tanto, ni un movimiento por el momento ante la incertidumbre de lo que pueda pasar. Los socialistas valencianos ni abrirán la boca ni sacarán la patita como han hecho sus compañeros de Castilla y León o Madrid. Ni mucho menos. Y menos a falta de un mes para el congreso federal de Sevilla, que debía ser la aclamación de Sánchez y que «ya veremos», es lo más lejos que llegan.

En el seno del PSPV, el debate vino adelantado con el congreso que encumbró a Diana Morant el pasado mes de marzo. A pesar de las intenciones filtradas de la secretaria general de convocar otro cónclave en febrero de 2025, una vez pasado el federal, por ahora «no toca hablar» de nada: ni ponencia política, ni reestructuración orgánica o vuelta a las comarcas.

Solo cabe una palabra en estos momentos: unidad. Por tanto, la confección de las listas de delegados para el congreso federal se ha saldado con una X, un empate en términos quinielísticos. Así lo corroboraba el secretario general alicantino, Alejandro Soler, el viernes, cuando se hicieron públicas: «Esta lista nace desde el consenso. Ahora es el momento de las ideas, de reforzar nuestro armazón ideológico para seguir siendo el partido que da respuesta a los desafíos que enfrenta este país».

Una expresión repetida por todos los socialistas a quien se pregunte. La primera agrupación que sigue esta regla es la de Alicante. Cuando se podía esperar poner los apoyos encima de la mesa para elegir a sus delegados, ni una mala palabra ni un mal gesto. El sector mayoritario en torno a Ángel Franco ha dejado hacer al resto de familias e, incluso, adelantándose, ha propuesto a la portavoz municipal, Ana Barceló. No es esta batalla la que hay que pelear.

Porque, muy en el fondo y con voz susurrante, algunos socialistas ya vislumbran una presumible etapa de «sucesión» si el 1 comienza a ser destructivo para las centenarias siglas y hay que volver a elecciones. Una vuelta de tuerca que cambiaría por completo el panorama, no solo a nivel federal, sino también del PSPV y las provincias. Entonces, habrá que apostar al 2, un nuevo candidato con un nuevo equipo. Hay quien se guarda un as en la manga por si llegan tiempos de cambio. Porque lo primero, recuerden, es que el PSOE siempre estará ahí.

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