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No es momento de golpes de efecto sino de cierre de filas. Un repliegue defensivo, en el Gobierno y en el PSOE. A apenas cinco días para el Congreso Federal que la formación celebra este fin de semana en Sevilla, los rumores en torno a un remodelación en el núcleo duro del partido, vivos hace apenas un mes, han desaparecido. Y en ese giro tienen mucho que ver todos los frentes judiciales abiertos: las nuevas revelaciones en torno a la actividad de Begoña Gómez; la investigación que afecta al hermano del presidente; sobre todo, las acusaciones de Víctor de Aldama, y, para rematar, la causa contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por la que el mismo viernes tendrá que declarar como testigo el líder de la federación madrileña, Juan Lobato, tras hacer un movimiento que hasta los más afines le reprochan.
La decisión de Pedro Sánchez de solventar este lunes la salida del Gobierno de Teresa Ribera, nueva vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea para la Transición Justa, Limpia y Competitiva, con el ascenso de la hasta ahora secretaria de Estado para la Energía, Sara Aagesen –anunciado ya el pasado viernes– ha contribuido a asentar la sensación de que lo que pretende el presidente es lanzar, tanto hacia adentro como hacia afuera, un mensaje de confianza en todo su equipo y no hacer movimientos que puedan interpretarse como depuración de responsabilidades.
Incluso dirigentes territoriales que han vivido episodios de tensión con Ferraz y que se preparan para la batalla orgánica por el liderazgo en sus propias federaciones, una vez pase este fin de semana, lo entienden así. Y asumen que el secretario de Organización, Santos Cerdán, al que han llegado a acusar de jugar sucio, está blindado después de haber sido señalado por el «nexo corruptor» del 'caso Koldo' como presunto receptor de mordidas, en concreto, de 15.000 euros.
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El ruido provocado por Aldama preocupa pero es difícil encontrar a alguien en el partido dispuesto a creerlo. Su declaración ante la Audiencia Nacional el pasado jueves no ha sido la única que ha puesto a Cerdán en el disparadero. Ya en febrero, el exministro de Transportes, José Luis Ábalos, hoy imputado, adujo que había sido él quien le había recomendado a Koldo García como asistente. Pero la tesis oficial ahora es que todos esos ataques a quien ejerce como interlocutor clave con Junts y se trabajó el apoyo del PNV a la moción de censura de 2018 son ataques al propio Sánchez.
El jefe del Ejecutivo ya se presentó el pasado abril, al abrirse las diligencias contra su esposa, como víctima de la derecha judicial. Ese relato está ahora muy extendido internamente. En público no se pronuncia la palabra 'lawfare' –habitual entre el independentismo y la izquierda– pero en privado, sí.
En todos los casos que afectan de una manera u otra al Gobierno aprecian los socialistas la mano de una oposición «con sentido patrimonial del poder». A su juicio, la deposición de Aldama justo cuando había que votar en el Congreso la reforma fiscal, con la que creen haber amarrado finalmente la legislatura, no fue casualidad. Y que se haya llamado a testificar el día que empieza el cónclave federal a Lobato (a quien Ferraz pretende descabalgar del cargo en enero), tampoco.
Ayer, en la declaración en la Moncloa para confirmar el ascenso de Aagesen, Sánchez aprovechó para recordar que Ribera, a la que el PP intentó vetar para la Comisión Europea por su responsabilidad en la DANA que arrasó Valencia el 29 de octubre, ha sido también objeto «infundios y maniobras» frente a los que, dijo, «ha terminado triunfando la verdad y la evidencia».
Ni siquiera la sustitución de Nadia Calviño por Carlos Cuerpo al frente de Economía, hace ahora un año, cuando esta se marchó a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) fue tan continuista. Entonces, el jefe del Ejecutivo dividió las responsabilidades de su número dos y dio la vicepresidencia primera del Gobierno a María Jesús Montero, a su vez vicesecretaria general del PSOE desde 2021. Ahora Aagesen conserva los dos cargos que poseía Ribera. Y se espera que la ministra de Hacienda también sea ratificada en su cargo orgánico en Sevilla.
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