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Reducción de la activista de Femen el 20 de noviembre de 2022 en la Plaza de Oriente de Madrid, origen de la denuncia Víctor Lerena/Efe
Archivan la causa al policía investigado por tocar los pechos a una activista de Femen

Archivan la causa al policía investigado por tocar los pechos a una activista de Femen

El juez zanja que el contacto fue fortuito y fruto de la reducción de la mujer ante su resistencia activa

Martes, 6 de junio 2023, 10:06

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El Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid ha archivado la causa contra un miembro de la Unidad de Intervención de la Policía (UIP, antidisturbios) que había sido imputado después de ser acusado de haberle tocado los pechos de forma voluntaria a un activista de Femen. Tras dos meses de proceso y el interrogatorio de la denunciante, el agente y el fotógrafo que tomó las instantáneas en las que aparecía el forcejeo entre la mujer y el policía, el magistrado Juan Javier Pérez Pérez da carpetazo al asunto al zanjar que todo el contacto fue fortuito y fruto exclusivamente de la reducción de la activista ante su resistencia. El fallo, que supone la absolución de facto del agente por un delito de supuestos abusos sexuales, no es firme y puede ser recurrido.

Los hechos denunciados tuvieron lugar el 20 de noviembre de 2022 en la Plaza de Oriente de Madrid. Allí, frente a una concentración organizada por el Movimiento Católico Español por el aniversario de la muerte de Francisco Franco, tres mujeres, con los senos descubiertos, protestaron al grito « al fascismo ni honor, ni gloria».

Según la denuncia, cuando las activistas se quitaron los abrigos «llegaron a su encuentro varios policías, todos hombres» y, mientras alguno de ellos, procedían a la detención de dos de las mujeres «con evidente profesionalidad», otro agente, cuya numeración estaba oculta, agarró a la denunciante desde atrás «apretándole sus senos con ambas manos, lo cual era obviamente innecesario para la detención, abusando de su situación de superioridad, y sirviéndose de su condición de agente de la autoridad». Y todo ello, mientras sonreía.

Versiones contradictorias

El pasado abril, la denunciante se ratificó en la denuncia, al tiempo que afirmó que se sintió víctima de un abuso y que nunca, en ninguna de las protestas anteriores, había sido tratada así. En su declaración afirmó que el querellado le «apretó» los senos, y que este contacto duró unos 30 segundos. Y sostuvo que sólo realizó una resistencia pasiva ante el agente.

El funcionario, por su parte, ante el juez sostuvo que el contacto con la mujer duró menos de diez segundos y que su resistencia fue activa, hasta el punto de que necesitó la ayuda de otro policía para reducir a la activista. En todo momento, negó haberse sonreído.

La versión del policía, básicamente, fue ratificada por el fotógrafo de la agencia Efe sobre cuyas instantáneas ha girado todo el proceso. El fotoperiodista declaró que dos agentes tuvieron que reducir a la mujer y que ella sí que se resistió, hasta el punto de que metió el codo izquierdo en la zona del estómago del agente.

Sin «móvil sexual»

En su auto de archivo, ante todo, el instructor apunta que tras analizar las fotografías se llega la conclusión de que «el contacto con los senos alegado por la querellante no fue el único contacto físico mantenido entre ella y el agente». El juez insiste en que en las fotografías «se puede comprobar que el agente querellado sujetaba por detrás a la querellante, pudiéndose apreciar un contacto entre las manos del agente y los senos de la querellante, pero también otros contactos de las manos del agente con los hombros y otras partes del cuerpo de la querellante, contactos no sospechosos de un móvil sexual».

«Las fotografías reflejan una actitud de clara resistencia por parte de la querellante, hecho que justificaba su reducción por la fuerza para impedir la alteración de un acto público autorizado», abunda el magistrado, quien subraya que «el hecho de realizar la protesta desnuda de cintura para arriba suponía la posibilidad de que en su previsible reducción por la fuerza, se produjera algún contacto físico con su pecho desnudo, máxime si a esa reducción se oponía una resistencia activa».

El instructor Juan Javier Pérez tampoco ve con seguridad en las instantáneas la supuesta sonrisa del policía porque «no puede alcanzarse una valoración concluyente». «El gesto que consta en las fotografías podría ser una sonrisa, o también una mueca por el esfuerzo, como alega el querellado», apunta.

«De lo actuado no cabe inferir que el querellado realizara tocamientos en los senos de la querellante con finalidad lúbrica o sexual, pudiendo tratarse de un contacto de escasa duración y debido a la resistencia física opuesta por la querellante, que dificultaba la maniobra de reducción», zanja el auto de archivo

«Tal vez el querellado pudo haber sido más cuidadoso a la hora de intentar buscar una parte corporal menos comprometida para agarrar y reducir a la querellante, pero en modo alguno cabe apreciar en tal actuación una finalidad lúbrica, o de atacar la integridad moral de la querellante», abunda el escrito de archivo.

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