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Después del estupendo recibimiento de la autobiográfica 'Dolor y gloria' (2019), parecía impensable que, a sus 74 años, Pedro Almodóvar volviera a conquistar al público de una forma tan rotunda, y menos tras la tibia acogida de 'Madres paralelas' (2021). Sin embargo, el cineasta manchego ha vuelto a dar en la tecla con 'La habitación de al lado', su último largometraje, que recibió una ovación en pie de 18 minutos cuando se estrenó en Venecia a principios de semana.
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Curiosamente la cinta, que ayer conquistó el León de Oro del Festival de Cine de Venecia, es la menos almodovariana de sus películas, pese a que el cineasta vuelve a poner el foco en dos potentes personajes femeninos para construir una trama acerca del derecho a irse de este mundo eligiendo el momento. Para empezar porque era la primera ocasión en la que el realizador se atrevía a rodar un largometraje íntegramente en inglés tras enfrascarse en dos cortometrajes, 'La voz humana' (2020) y 'Extraña forma de vida' (2023), que le han permitido entrenarse en estas lides y coger confianza.
Julianne Moore y Tilda Swinton, protagonista también de 'La voz humana', sustituyen aquí a actrices como Penélope Cruz, Carmen Maura, Blanca Suárez o Marisa Paredes, habituales en las producciones del manchego. La primera encarna a una escritora de autoficción que descubre, inmersa en una firma de libros, que una antigua amiga a la que hace años que no ve está muy enferma. Así que decide retomar el contacto con la periodista a la que da vida la segunda, una reportera de guerra que cubrió conflictos para el 'New York Times' y que ahora libra una batalla contra el cáncer de cérvix.
Basada en la novela 'Cuál es tu tormento', de la neoyorquina Sigrid Nunez, la eutanasia es el gran tema de una cinta seca y contenida en lo emocional, como viene siendo habitual en su último cine, que también parece esconder la mano de su autor al no haber ni rastro del humor y de los apuntes costumbristas con los que el director suele retratar España con agudeza.
Es en lo formal donde 'La habitación de al lado', que llegará a las salas el 18 de octubre, poco después de que su director reciba el Premio Donostia en el Festival de San Sebastián, deja mucho más clara su autoría, con esa dirección artística tan cuidada y potente y la suntuosa banda sonora de Alberto Iglesias.
El director, que salpica siempre sus películas de referencias, no hace aquí una excepción. 'Te querré siempre', de Roberto Rossellini, y, sobre todo, el final de 'Dublineses (Los muertos)', la película testamentaria de John Huston, que dirigió en silla de ruedas y asistido con oxígeno, resulta fundamental en su melancolía y añoranza del recuerdo de una vida.
La pintura de Edward Hopper 'Gente al sol' y su singular tristeza también es esencial en un filme donde la lista de libros y escritores que aparecen o se citan es larga: Martha Gellhorn, Marie Colvin, Janine di Giovanni y 'Erotic Vagrancy' (biografía sobre Elizabeth Taylor y Richard Burton). La pintura de Maruja Mallo, la fotografía de Cristina García Rodero y el arte de Louise Bourgeois también se cuelan entre las imágenes del director de fotografía Eduard Grau, que trabaja por primera vez con un cineasta que ha evolucionado hacia un cine más introspectivo y sombrío, quizá debido a su solitaria vida y a que, como él mismo señala, envejece recluido con un gato y muchos «fantasmas» en la cabeza.
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