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T. Nieva
Sábado, 30 de noviembre 2024, 14:11
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Al menos cinco voluntarios palestinos, entre los que se encuentran tres trabajadores de la oenegé World Central Kitchen (WCK), han muerto este sábado como consecuencia de un ataque israelí en la ciudad de Khan Younis, al sur de Gaza, donde los combates se suceden de manera regular entre el ejército y los milicianos de Hamás. El vehículo en el que viajaban los empleados ha resultado alcanzado por un misil disparado desde un dron, en un confuso incidente ocurrido a raíz de que un grupo de bandidos intentara apoderarse supuestamente de un convoy con ayuda humanitaria.
El todoterreno estaba identificado con el logotipo de la ONG perteneciente al chef español José Andrés. La organización, que se dedica a cocinar y distribuir alimentos entre la castigada población de Gaza, ya sufrió un hecho similar el pasado abril cuando siete empleados murieron en otro ataque de las Fuerzas de Defensa.
La acción letal ha tenido lugar en la carretera de Salah al Din, al noreste de Khan Yunis. Al parecer, los militares dispararon un misil contra la parte trasera de uno de los remolques y, a continuación, fijaron su objetivo en el todoterreno de la ONG. Según las primeras versiones, el camión estaba siendo objeto de un asalto por parte de un grupo de bandidos, ya que no es extraño en esta ruta el robo de mercancías por parte de contrabandistas y delincuentes para luego venderlas a precios elevados.
La misma versión apunta a que los voluntarios se aproximaron con la intención de prestar ayuda después de la explosión, pero un nuevo disparo desde un dron alcanzó su vehículo y lo reventó. Entre los fallecidos figura el jefe de las cocinas comunitarias en el enorme campamento de refugiados, así como uno de los responsables de suministros de World Central Kitchen.
Los islamistas de Gaza han denunciado el ataque como un «crimen repetido» contra las asociaciones de socorro y aquellas que distribuyen comidas, vinculado «con los objetivos de la guerra de exterminio» y la voluntad de «privar» a la «población asediada» de la posibilidad de «obtener alimentos, agua y medicinas».
Por su parte, el ejército no ha mencionado la presencia de bandidos en su versión. Ha explicado que la operación responde a la persecución de un terrorista de Hamás que participó en la masacre del 7 de octubre y que había permanecido «bajo vigilancia de Inteligencia durante un largo periodo». De acuerdo con la versión oficial, los militares habrían obtenido «información fiable sobre su ubicación en tiempo real». Y aunque no precisan si viajaba dentro del toroterreno, los militares afirman que hay una investigación abierta sobre si el sospechoso pudo haberse inflitrado como voluntario en la ONG. En contra del testimonio de los testigo, el ejército hebreo ha detallado que el vehículo era »civil sin distintivos y su movimiento en la ruta no estaba coordinado para el transporte de ayuda».
No es la primera ocasión en que World Central Kitchen resulta atacada. Siete trabajadores fallecieron el 2 de abril después de que las fuerzas israelíes disparasen tres misiles contra un convoy humanitario cuando abandonaba un almacén de suministros en Deir al Balah. La ONG de José Andrés había comunicado su programa y ruta al ejército, que aun así destruyó dos vehículos de la caravana sin concesión alguna. Más tarde, las Fuerzas de Defensa admitieron su «error» bajo el argumento de que sospechaban de que en uno de los todoterrenos iban dos milicianos de Hamás. Dos oficiales fueron cesados por infringir las reglas de la guerra y «gestionar mal la información que habían recibido».
Después de aquel crimen, la ONG se retiró durante un mes mientras debatía si debía poner fin a sus operaciones en Gaza o proseguirlas a sabiendas de que sus cooperantes se encontraban en una situación de riesgo muy grave y bajo «intimidación» al no haber recibido garantías de las Fuerzas de Defensa de modificar sus protocolos para evitar nuevos asesinatos.
Durante el año largo de guerra, la organización ha repartido millones de raciones. El pasado agosto, otro voluntario murió en Deir al-Balah tras un bombardeo aéreo. En una reciente entrevista con un medio mexicano, el famoso cocinero español evaluó el conflicto en La Franja con las siguientes palabras: «La guerra no tiene sentido. No tiene sentido que un líder esté haciéndole pagar a millones de palestinos el ataque terrorista de unos pocos».
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