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Iñigo Gurruchaga
Londres
Miércoles, 27 de noviembre 2024, 07:36
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El último debate de los líderes políticos irlandeses antes de la votación, este viernes, terminó en la noche del martes dejando la impresión de que los dos partidos tradicionales, Fine Gael (FG) y Fianna Fáil (FF), quieren extender la vida de la coalición que formaron hace cuatro años. Fue entonces la primera vez en la que las dos formaciones que se enfrentaron en la guerra civil de 1922-23, se unieron en el Gobierno. Para evitar que lo ocupase el Sinn Féin (SF).
Como entonces, el líder del FF, Micheál Martin, rechazó la posibilidad de llegar a un acuerdo de Gobierno con el SF, cuyo plan para la construcción de viviendas sería incompatible con su programa electoral. Por su parte, Simon Harris, primer ministro y líder del FG, no confía en el SF liderado por Mary Lou Macdonald, a quien reprochó que critica a la Policía en vez de a los delincuentes.
En noviembre de 2023, un hombre de origen argelino acuchilló en el centro de la capital a tres niños y a su acompañante, en el centro de Dublín. Se desencadenó un feroz disturbio. Macdonald tiene que responder a menudo a preguntas sobre la organización interna de su partido, asociado históricamente al IRA Provisional. En esa ocasión, achacó ineficacia al jefe de Policía y a la ministra de Interior, pidiendo dimisiones.
Esa separación final entre los tres líderes que participaban en el debate fue la más agria de las casi dos horas de un intercambio político que comenzó a las 22.35, hora peninsular. Respondiendo a preguntas de dos periodistas de la radiotelevisión pública, RTÉ, los intercambios fueron comedidos. Martin y Harris evitaron enfrentamientos fuertes que pudiesen amargar la formación del Gobierno.
Aunque Macdonald reprochase una y otra vez los problemas existentes en los servicios públicos, Irlanda tiene unos ingresos fiscales extraordinarios desde que el Tribunal de Justicia de la UE obligase al Gobierno de Dublín a reclamar 13.000 millones de euros, que la corporación Apple habría acumulado en una de sus ramas irlandesas y que Bruselas consideró que eran ayudas ilegales del Estado.
La disputa entre los líderes irlandeses fue sobre si los planes de vivienda de Sinn Féin son excesivos. Harris y Martin subrayaron la necesidad de precaución cuando el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha criticado a las multinacionales que no pagan los impuestos correctos en su país. Fue un debate de sociedad rica, en la que los tres líderes declaraban como su prioridad acabar con la abundancia de gente sin techo o el cuidado a las personas con discapacidades.
El primer ministro tuvo que disculparse de nuevo por un incidente de campaña. No quiso inicialmente seguir una conversación con una mujer que le criticaba en la calle. Era una trabajadora de servicios sanitarios y sociales a personas que padecen discapacidades. Coincidiendo con una caída de 6 puntos en la última encuesta, Harris ha pasado unos días intentando mostrar su sincero compromiso con la causa, avalado por haber crecido con un hermano con un espectro de autismo.
Macdonald recordó a Martin y a los posibles votantes del Fianna Fáil que ellos fueron los culpables de la agravación en Irlanda de la crisis financiera de 2008. Y a Harris, que su partido fue el ejecutor de políticas de austeridad económica. La líder del Sinn Féin, que fue en su día militante del Fianna Fáil. proclamó que «esta elección abre la puerta a un cambio necesario y oportuno».
Pero Macdonald no ha ocupado ninguna posición de Gobierno. Una nota en su programa electoral propone que un grupo de periodistas y de expertos en derechos humanos analice la cobertura que la radiotelevisión pública, RTÉ, ha ofrecido a los irlandeses sobre la guerra en Gaza. Hubo temor de que el Sinn Féin quería convertirse en un comisario de los medios. En el debate, la líder defendió la idea como responsable. Se trataría de llegar a «una versión objetiva de un ataque genocida».
En el debate no se incluyó el tema de la inmigración, que tuvo su estallido en los disturbios de Dublín y que ha causado desde entonces otras protestas y tensiones. La RTÉ, que emitió antes del debate un programa en el que se explicaban las políticas de más partidos sobre la inmigración, quizás no quiso repetir lo ya argumentando, sobre un asunto que, según una encuesta de IPSOS, preocupa a un 7% de la población.
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