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Mercedes Gallego
Corresponsal. Nueva York
Jueves, 21 de noviembre 2024, 19:00
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Donald Trump perdió este jueves el primer pulso con la mayoría republicana de su propio partido en el Senado, donde la nominación más controvertida -de las muchas polémicas que ha impulsado- enfrentaba un duro camino para obtener al menos cincuenta votos. Solo podía permitirse perder tres. El excongresista Matt Gaetz, sin experiencia judicial y con una larga lista de acusaciones sexuales y de corrupción, anunció que declinaba cortésmente el cargo de fiscal general que le había ofrecido, «para no ser una distracción».
«¡La hostia! ¡Eso no lo vi venir!», exclamó llevándose las manos a la cabeza el senador demócrata John Fetterman, al enterarse de la noticia por la prensa. Los aliados de Trump intentaron minimizar el episodio. «El presidente le ha ofrecido el cargo, lo ha declinado, y ahora pasamos al siguiente», simplificó el senador republicano Lindsey Graham, que no logró frenar las especulaciones.
¿Habría sido una estrategia de Trump para desgastar la resistencia de los senadores, que no podrán oponerse a todas sus nominaciones controvertidas? ¿Se trataría de un intento por salvar al congresista de la investigación ética de la Cámara Baja, que estaba a punto de hacer público un informe sobre sus escándalos sexuales cuando se anunció su nominación? Este movimiento sirvió a Gaetz, de 42 años, como coartada para renunciar honorablemente a su escaño, lo que frenó la publicación del informe, aunque parte de su contenido ya se ha filtrado.
Al congresista de Florida, que llegó al Capitolio con 35 años, se le acusa de ser un habitual de fiestas sexuales donde corrían drogas, alcohol y menores de edad. Además, ha estado bajo sospecha de corrupción pública y violaciones de campaña. Circulan fotos, vídeos y declaraciones juradas ante el FBI de una menor de 17 años, así como testigos y recibos de los pagos. Por si fuera poco, Gaetz no se había ganado muchos aliados en el Congreso. Fue él quien lideró la destitución del expresidente de la Cámara de Representantes, el también republicano Kevin McCarthy, y no ha dudado en lanzar declaraciones incendiarias contra el Departamento de Justicia, el FBI y sus propios colegas.
Nada de eso parecía afectar la determinación de Trump para imponer su voluntad. El presidente electo se había involucrado personalmente en conseguir los votos necesarios para la confirmación, llamando a los senadores indecisos. El miércoles envió también a su vicepresidente, JD Vance, que orgullosamente se instaló en la oficina del líder del Senado y comenzó a recibir, uno por uno, a los senadores del Comité Judicial, responsables de aprobar la nominación antes de llevarla al pleno.
¿Es posible que Vance informara a Trump de que la batalla sería demasiado dura como para invertir en ella tanto capital político al inicio de su mandato? ¿O que Gaetz temiera que salieran a la luz pruebas aún más comprometedoras? No hay duda de que «tiene por delante un futuro maravilloso», declaró Trump este jueves, al dejar abierta la posibilidad de ofrecerle un puesto de confianza en la Casa Blanca que no requiera confirmación del Senado.
Al nuevo mandatario le esperan otras batallas polémicas, especialmente la de su nominado a secretario de Defensa, Pete Hegseth, un presentador de Fox sin experiencia alguna en gestión gubernamental. Su única conexión con el cuerpo castrense es ser veterano del Ejército y la Guardia Nacional, credenciales que ha explotado durante más de una década en Fox News, donde no han faltado declaraciones explosivas y machistas. Entre ellas, excluir a las mujeres de posiciones de combate y amenazar con despedir al jefe del Estado Mayor y a todos los generales 'woke' que, según él, se han rendido a la «corrección política».
Hegseth también enfrenta acusaciones de agresiones sexuales, en un estilo propio de los excesos del ejército: drogar a las mujeres para abusar de ellas. Una de las denunciantes relató «haber dicho 'no' múltiples veces» antes de perder el conocimiento tras beber una copa con él en el bar de un hotel. Despertó violada en su habitación, según declaró a la Policía de Monterey (California) en 2017, según un informe al que accedió CNN. Hegseth pactó con ella una compensación económica que retirase la demanda.
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