El horno napoletano que fascina (y enamora estómagos) en Calpe
La pizzería Rusticana renace con mucho sabor a Italia y alma renovada en este municipio de Alicante
Un restaurante de siempre late con fuerza renovada en el municipio de Calpe. Aunque nunca cerró sus puertas, así lo demuestra el 20 aniversario que celebra, florece -bajo nuevas manos- una trattoria moderna con espíritu italiano, donde lo clásico convive con lo contemporáneo.
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Rusticana mantiene el nombre que muchos ya conocen, pero ahora luce otra piel. La decoración ha cambiado, la energía también. Y en el centro del establecimiento, un horno napolitano emerge convertido en el diamante del proyecto.
Desde el primer paso, el local impresiona. Sillas nuevas, paredes en tonos cálidos y una bodega a la vista donde el Lambrusco y etiquetas de Sicilia, Toscana o Venecia brillan como trofeos. La atmósfera remite a una ciudad mediterránea del sur de Italia, lejos de cualquier estética local de hace veinte años.
La masa, clave en el horno y el estómago
La elaboración de la masa es cosa de Max, pizzaiolo siciliano de mirada intensa y manos hábiles. Su técnica se traduce en una base fina y ligera, hidratada al estilo napolitano y con fermentación de 48 horas.
«La masa se termina hoy, se bolea mañana y se usa pasado», cuenta con mucha técnica y orgullo. Max no improvisa. Lleva años elaborando pizzas en Calpe, donde aterrizó hace una década. Pasó por varios restaurantes, cerró el último y, entonces, sonó el teléfono.
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Era Gonzalo, chef curtido en cocinas de Argentina, Italia y España, y uno de los propietarios, quien lo convenció para sumarse al ambicioso proyecto. El emprendedor habla de su horno como si fuese un Ferrari: «La cúpula alcanza los 400 grados, la base gira a 303 grados y cada pizza sale en solo tres minutos y medio».
El argentino, enamorado de la provincia de Alicante, tomó un local venido a menos con visión de calidad y pasión. «No somos ni mejores ni peores, hacemos cosas distintas», señala. Junto a él, su cuñada pastelera aporta dulces artesanales y un equipo de diez personas trabaja sincronizado para servir hasta 200 pizzas al día en verano, desde las 18 horas hasta el cierre.
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La carta, del clasicismo a la innovación
La carta propone catorce pizzas clásicas e innovadoras, como Diavola, Barbacoa o Cuatro Quesos. No obstante, la estrella indiscutible es La Caprina, una combinación explosiva de cebolla frita, nueces y burrata. «Es otro nivel de sabor y textura», aseguran. Cada mes, una creación fuera de carta revoluciona a quienes buscan experiencias más allá del menú habitual.
Aunque la pizza domina, Rusticana abre su abanico gastronómico con risottos, carne, pescado y pastas cocinadas al momento con salsa casera, entre las que destacan unos ravioli de rabo de toro. Es un plato de los que hacen cerrar los ojos al primer bocado. Todo con materia prima importada de Italia, fermentaciones naturales y una obsesión por la digestibilidad y el sabor auténtico.
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Una semana antes de Pascua fue el despegue en este municipio de Alicante. Desde entonces, el horno gira incansable, el equipo vibra con cada masa y los clientes aprecian la personalidad del proyecto: una pizzería en Calpe con voz propia, identidad italiana y pasión hecha pizza.
Así se escribe un nuevo capítulo: sin cerrar, pero reinventándose. Calpe gana no solo un restaurante, sino un pedazo de Nápoles, firmado con técnica, fuego y corazón.
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