Los dónuts de Alicante a los que ni la 'Mona Lisa' se resiste
Donatella by Suchi se instaura en el centro de la ciudad como un templo rosa donde el arte se reinterpreta entre masas artesanas, cafés de especialidad y tartas hechas solo con estas esponjosas rosquillas
En pleno centro de Alicante se alza Donatella by Suchi, un local rosa donde la 'Gioconda' sonríe distinto. No sostiene sus manos cruzadas ni se limita a observar, pues aquí aparece con un dónut entre los dedos, como si hubiera esperado siglos para dar ese mordisco.
Frente a la 'Mona Lisa', se alza la Estatua de la Libertad. En esta versión levanta un dónut en vez de una antorcha. Además, en la pared principal, Dios y Adán se rozan las yemas de los dedos. Sin embargo, lo que aparece entre ellos no es la chispa de la vida, sino un dónut. Esa versión de la 'Creación' de Miguel Ángel, rebautizada con humor como «Donatangello», un guiño al nombre del local.
Detrás de esta idea está Irene Pascual Such, una joven alicantina que transformó una cena entre amigos en un proyecto de vida. Aquella noche, entre risas, plantearon una reflexión. «¿Por qué en Alicante hay heladerías, tiendas de tartas de queso y locales de yogur helado, pero nadie ha apostado todavía por una tienda de dónuts artesanales?».
Así, Irene Pascual recogió el guante y puso el punto de partida a su sueño, materializado desde principios de septiembre en Donatella. Con tan solo 28 años -se asombra todavía de que los clientes se sorprendan por su edad- ha abierto las puertas del templo de los dónuts en Alicante. Se ubica en un pequeño local del edificio Bulevar, con acceso desde la avenida de la Estación y sobre la tienda de la Fnac.
Eso sí, el camino hasta la realidad no ha sido inmediato ni fácil. Esta joven emprendedora ha pasado el verano haciendo números, buscando proveedores y recorriendo obradores. Además, la búsqueda de un establecimiento para dar forma y vida a 'Donatella by Suchi' también fue una odisea, reconoce. Sin embargo, nada más ver el local -cerrado durante seis años- tuvo un flechazo a primera vista.
«En cuanto lo vi, lo supe. Al día siguiente ya lo había alquilado». Así, durante varios meses de reforma, acompañada de sus padres y su pareja, ha conseguido dar vida a Donatella by Suchi, un juego entre la forma cariñosa con la que una amiga latinoamericana llamaba a este postre o merienda «donas» y su propia pasión por la Nutella.
Más que una simple masa esponjosa
Es en el mostrador de Donatella donde aguardan las cremas que sirven de óleo para crear auténticas obras de arte. Entre ellas, la chocolate blanco teñido de rosa -salsa secreta de la casa-, o la más atrevida, con kataifi, chocolate de Dubái, pistacho y filipinos. Todas ellas se untan en los dónuts que, eso sí, pesan 130 gramos y se pueden personalizar con dos mitades distintas. Y hasta en cuatro si se añaden los 'toppings' al gusto.
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El café es también parte del ritual de Donatella. Tostado en Alicante, sin torrefacto, ofrece notas de almendra, canela o caramelo. Para los curiosos, un té ceremonial de vainilla y coco servido con horchata, que sorprende, endulza y arranca sonrisas. Y es que nada se queda al azar. Este templo de los dónuts también cuenta con leches vegetales, sin lactosa y envases biodegradables.
Las sorpresas siguen en Donatella. Irene Pascual recuerda cuando una clienta le pidió varios dónuts para regalar y de esa petición nació la primera 'bomba', una tarta por pisos hecha solo de dónuts, con piezas grandes, pequeñas y bolitas, ese agujero que siempre sobra. A partir de ahí, estas creaciones presiden cumpleaños y fiestas.
Todo esto, entre sabores, creaciones, 'bombas' y puro arte, el objetivo de esta joven alicantina está más que conseguido. «Quería algo que llamara la atención», tanto en el mostrador como en sus paredes, y la cantidad de curiosos que se acercan a hacerse una foto con la Mona Lisa o 'Donatangello' lo demuestran, ya que nadie se resiste a este dulce bocado.