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Todo buen alicantino sabe que el secreto de un buen arroz siempre está en el caldo y, en el caso de que sea de pescado, también en la salmorreta. Un concepto que Mark, Margaret y Deborah están a punto de aprender en una de las visitas guiadas al Mercado Central que organiza Alicante Cooking Workshop. Cada vez son más los turistas que se interesan por la gastronomía de Alicante, convertida en un atractivo más de la ciudad. Por eso, este escocés, esta polaca y esta inglesa se han apuntado a un tour que les invita a tocar, probar y cocinar por sí mismos los productos de la tierra y elaborar la joya de las recetas alicantinas: un arroz del senyoret.
La propuesta es sencilla: en pequeños grupos, los turistas recorren el Mercado Central, desde los puestos de verduras a los de pescado o carne para comprar uno a uno los mejores ingredientes. El menú incluye el famoso arroz y también una ensalada de tomate y capellán, unas olivas, longaniza de pascua, algo de jamón y -¡cómo no!- una sangría, con vermut para darle su toque alicantino.
Para muchos, especialmente los extranjeros del norte de Europa, conocer el Mercado Central de Alicante, el mayor mercado cubierto de España en número de puestos, es una de las mejores partes. El guía, Fede, explica en castellano e inglés algunos detalles importantes: que en Alicante se hace arroz y no paella; que la salmorreta tiene su origen en los pescadores de la ciudad o que los martes son un buen día para comprar pescado por su frescura. Son justamente estas particularidades las que buscan los turistas apuntándose a una visita en la que los pasillos, con decenas de puestos y oferta, mantienen embobados a los visitantes.
Pero lo mejor está todavía por llegar. Tras conseguir el tomate en la sección de verduras; algo de sepia y calamar en el pescado; capellán y olivas en los salazones y algo de jamón en los embutidos, el siguiente paso es ponerse manos a la obra. Bien lo sabe Lis, de Vigo, que tira de su oficio de pescadera para desmigar el capellán. Mientras, Alina,su marido Jim, su hermano Mario y su cuñada, Margarita, rallan el tomate que formará parte de la salmorreta y cortan la longaniza. Ellos son de Estados Unidos, aunque de origen latinoamericano. Otros pican los ajos, parten la sepia o preparan las gambas para dejarlo todo listo para cocinar el arroz.
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Así, durante una hora, la cocina del local alicantino Bollitori se convierte en un hervidero en el que todos tienen algo que hacer y que aportar, como una familia preparando la comida del domingo. «¿Tiene que ser siempre amarillo?», «¿se hace al horno?», «¿se puede comer para cenar?» son algunas de las preguntas que lanzan al aire mientras las cocineras y el guía no dudan en responder con amabilidad aclarando todas las dudas.
Después, con todo listo, empieza la preparación del arroz. Primero se fríen los ajos, la ñora y el tomate para hacer la salmorreta. Después, las gambas y la sepia se sofríen con el aceite en la paella (nombre del recipiente, no de la elaboración), se le da un remojo al arroz en el aceite caliente con todo el sabor de los ingredientes anteriores, se echa la salmorreta y el caldo de pescado. Por último, el arroz. Ahora ya solo queda esperar a que el agua se vaya evaporando hasta dar todo el sabor a este plato.
María Campillo, alma mater de esa idea, explica que llevan ya más de dos años acercando a los turistas lo mejor de la gastronomía alicantina, un tour que tiene especial éxito entre los países del norte de Europa y de América como Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, también reconoce que «son muchos los alicantinos y otros españoles los que se han acercado a esta visita guiada como una forma diferente de conocer la ciudad». Esta mujer pone el foco en que en el salón del Bollitori «se dan citas los turistas, pero también algunos comensales que vienen a por su platos preparados y otros que comen en las mesas con las que cuenta el local». Un espacio de intercambio que permite mezclar dos de los mundos que conviven en la ciudad.
Durante este tour, los ocho participantes se han llevado una experiencia para toda la vida en la que han podido conocer el Mercado Central de Alicante, pedir número, comparar precios y elegir el mejor producto. Pero también se llevan recetas para replicar en sus países lo mejor de la gastronomía alicantina. Y, aunque durante su visita en Alicante todos han probado de una manera u otra los arroces, todos sabemos que ninguno sabe como el que se hace en casa.
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Álvaro Soto | Madrid
Jon Garay y Gonzalo de las Heras (gráficos)
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