Un Elche que ilusiona
El conjunto franjiverde firma un inicio histórico con cinco puntos en tres jornadas, hace feliz a su afición y alimenta la esperanza de un proyecto que quiere soñar sin perder la calma
Ismael Martinez
Elche
Sábado, 30 de agosto 2025, 13:46
El Martínez Valero volvió a sonreír, y lo hizo con la primera victoria de la temporada. El Elche se impuso al Levante en el derbi regional (2-0) con los goles de Rafa Mir y Rodrigo Mendoza al inicio de la segunda mitad. Fue un triunfo con un sabor especial, de esos que no solo suman puntos, sino que también alimentan la ilusión de una grada que llevaba tiempo esperando un arranque así en la máxima categoría.
Con estos tres puntos, los franjiverdes ya suman cinco en su casillero y firman un comienzo histórico. No es un tópico: hacía 57 años que el club no arrancaba una Liga en la élite sin perder en las tres primeras jornadas. Para recordar algo parecido hay que viajar hasta la campaña 1968-69, aquella del inolvidable camino hacia la final de Copa, en la que se ganó a Córdoba y Sabadell y se empató contra el Athletic. Hoy, el balance es casi un guiño al pasado: empates ante Betis y Atlético de Madrid y un golpe de autoridad en el primer duelo directo por la permanencia y alejarse ya a 5 puntos de la zona roja de la clasificación.
En medio de todo esto, hay un nombre que brilla con luz propia: Rafa Mir. El murciano llegó a Elche rodeado de dudas, pero en apenas tres jornadas ha demostrado que todavía tenía mucho por decir. Sus dos goles ya lo han convertido en una pieza imprescindible y han despertado esa chispa con la grada que todo delantero necesita. Basta con mirar atrás para entender lo que significa este inicio: dos goles en quince partidos con el Sevilla en la 2023/24, solo uno en veinte con el Valencia en la 2024/25 y, ahora, dos en tres con el Elche. Es como si hubiera encontrado en el Martínez Valero el lugar perfecto para volver a sentirse futbolista.
Pero no todo es ataque. Parte de esta ilusión se construye también desde atrás. Affengruber y Bigas transmiten una seguridad que crece partido a partido y la llegada de Víctor Chust ha sido un acierto absoluto: ha caído de pie en el vestuario y en el campo, como si llevara toda la vida de franjiverde. Con ellos, la defensa ofrece la solidez necesaria para que el equipo de Sarabia pueda mirar a los ojos a cualquiera.
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No nos podemos olvidar de la dupla Aguado y Febas, que han empezado la temporada a un nivel espectacular. Obviamente respaldados por un Rodrigo Mendoza que no ha podido tener un mejor debut en Primera División; renovación hasta 2028, gol y convocatoria con la sub-21.
Y en ese punto aparece la voz de Eder Sarabia, que combina optimismo con un baño de realidad. «Soy muy optimista y la verdad que no me siento inferior a ninguno. No vamos a ponernos límites ni a estar hablando de descenso. Queremos seguir exigiéndonos, ser mejores y disfrutar como hicimos el año pasado. Vamos a perder partidos, habrá momentos difíciles, pero lo importante es afrontarlos con naturalidad y estando todos alineados. Ahora somos felices, no por los cinco puntos, que ayudan, sino por lo que seguimos creando y demostrando hacia dentro y hacia fuera», explicó tras el partido. Son palabras que calman la euforia y que recuerdan que este camino es largo, con curvas y altibajos inevitables.
Ese equilibrio entre ilusión y prudencia es, precisamente, lo que define al Elche de hoy. Y es que más allá de los resultados inmediatos, la manera en la que se está reforzando aún más la plantilla mantiene a la afición con la imaginación encendida. Nombres como André Silva, Iñaki Peña, Álvaro Rodríguez, Fede Redondo e incluso el mediático posible fichaje de Hakim Ziyech. Jugadores con aroma a Champions que, solo con mencionarlos, despiertan la sensación de que este proyecto apunta más alto de lo que muchos esperaban.
De momento, la realidad es sencilla y, a la vez, poderosa: un grupo unido, un vestuario que ha arrancado con paso firme y una grada volcada con su equipo que genera un ambiente mágico en el coliseo franjiverde. La temporada será larga, con noches amargas y otras de celebración, pero lo que hoy se respira en el Martínez Valero es ilusión. Una ilusión que invita a soñar, aunque todos saben que el sueño, para que dure y tenga visos de hacerse realidad, necesita caminar con los pies en el suelo.
