Elche CF-RC Celta (2-1): André Silva y John alargan la racha del conjunto franjiverde
Un penalti detenido por Radu y el suspense final no impidieron que el equipo de Sarabia firmara otra en el Martínez Valero donde continúa invicto
Ismael Martinez
Elche
Domingo, 28 de septiembre 2025, 18:15
El Elche llegaba al partido con la moral por las nubes, aferrado a su condición de invicto en este arranque liguero. El Martínez Valero se vestía de ilusión, con la afición soñando en voz alta y el equipo dispuesto a prolongar su racha ante un Celta siempre incómodo. Eder Sarabia introdujo cambios respecto al duelo frente a Osasuna. El más sonado estuvo en la portería: Matías Dituro volvió bajo palos, y con él regresó esa sensación de seguridad que tanto agradece el estadio franjiverde.
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El arranque no dio ni un respiro. Apenas corría el minuto tres cuando Mingueza metió un pase filtrado de esos que cortan defensas en dos. Miguel Román se plantó solo delante de Dituro y, con todo a su favor, mandó el balón a las nubes. El murmullo en la grada fue de alivio… y de aviso.
Ese susto despertó al Elche, que contestó rápido. En el 8', Germán Valera se quedó mano a mano con el portero, pero su disparo se topó con una defensa celeste atenta, que desvió a córner. Y es que, desde ahí, los de Sarabia empezaron a crecer. Primero Josan, con un centro medido que André Silva cabeceó forzado y que obligó al meta visitante a intervenir. Luego Febas, que robó con picardía y puso un centro al segundo palo que Valera remató al lateral de la red. El equipo ya olía a gol.
Y el premio llegó en el 17'. Dituro sorprendió con un pase largo desde el círculo central, Josan voló por la banda derecha y puso un balón en bandeja para que André Silva, casi sin oposición, lo empujara al fondo de la red. El estadio estalló de alegría, consciente de que ese tanto era la recompensa a su empuje.
Pero el fútbol tiene esas cosas: cuando más cómodo parecía el Elche, llegó la respuesta gallega. En el 22', Borja Iglesias recibió otro pase filtrado y no perdonó en el mano a mano ante Dituro. 1-1. El gol encendió a la afición, que protestó con rabia al ver que la jugada había nacido con el delantero en posición dudosa. El linier, sin embargo, dejó seguir.
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Todavía antes del descanso hubo espacio para un nuevo sobresalto. Pedrosa puso un centro medido que André Silva remató de cabeza, y solo la mano rápida del portero visitante evitó el segundo tanto franjiverde sobre la misma línea.
Con el Martínez Valero vibrando, pero con el marcador clavado en tablas, ambos equipos se marcharon a vestuarios. El 1-1 reflejaba lo visto: una primera parte intensa, de ida y vuelta, con la sensación de que todo estaba por decidir.
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La segunda parte arrancó con un giro de guion que pudo cambiar el rumbo del partido. En el minuto 50, tras la salida de un córner, Pedro Bigas levantó la mano al reclamar una infracción dentro del área. La jugada quedó envuelta en suspense: el árbitro dejó correr los segundos mientras escuchaba al VAR y, finalmente, señaló el punto de penalti entre la euforia de la grada. Sin embargo, la ilusión se tornó en frustración. Rafa Mir asumió la responsabilidad desde los once metros, pero su disparo lo adivinó Radu, que se estiró con reflejos felinos para mantener vivo al Celta. El murmullo en el Martínez Valero se transformó en un suspiro colectivo: la oportunidad de oro se había esfumado.
El fallo desde los once metros no hundió al Elche, al contrario, pareció encender aún más a los de Sarabia. El equipo se volcó en busca del gol que borrara el mal sabor de boca, y en una de esas llegadas Josan volvió a sacar la varita. Su centro medido encontró la cabeza de Álvaro Rodríguez, recién ingresado al campo, que conectó un remate con todo. El Martínez Valero ya cantaba el gol, pero Radu, una vez más, apareció milagroso bajo la línea, en una parada que recordó a la que evitó el tanto de André Silva en la primera parte.
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Y es que, como en la vida, todo esfuerzo termina encontrando su recompensa. Apenas en la jugada siguiente, Germán Valera se inventó una acción individual que levantó a la grada de sus asientos. Su disparo lo rechazó como pudo Radu, dejando el balón muerto en el área pequeña. Entonces apareció John, con el instinto del que sabe estar en el sitio justo en el momento indicado, para empujarla a la red y desatar la locura en el Martínez Valero. El marcador ya reflejaba lo que se estaba viviendo sobre el césped: 2-1 y un estadio rugiendo de alegría.
Los últimos minutos fueron un pulso de nervios. En la grada se mascaba la tensión, cada saque de banda y cada despeje se celebraban casi como un gol. El Elche, consciente de lo que tenía entre manos, supo manejar los tiempos, enfriar el juego cuando tocaba y apretar cuando el reloj lo pedía. Mientras tanto, el Celta, con el agua al cuello, apuraba cada ataque, colgando balones y buscando cualquier resquicio para lograr un empate que nunca llegó.
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