«Las mujeres tienen todas las posibilidades de desarrollar su carrera profesional en el sector del metal»

Cada vez son más las mujeres las que se animan a probar en el sector del metal. Mecánicas, fontaneras, electricistas, obreras, entre otras, siguen avanzando por la base, y están casi a la par con los hombres en puestos técnicos especializados y directivos. Buena muestra de este avance femenino en un sector altamente masculinizado es que, por primera vez, la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante (FEMPA) cuenta con una secretaria general, Rosa Sánchez, que anima a las jóvenes a sumarse a un sector con cerca del 100% de empleabilidad, abierto al emprendimiento y cada vez más innovador y tecnológico. «Las únicas referencias de las niñas no pueden ser las princesas», explica Sánchez, quien ve todavía mucho camino por recorrer a pesar de los avances en educación.

–¿Cuál es la situación de las mujeres en el sector del metal en Alicante?

–Todavía queda un largo camino por recorrer, ya que los oficios del metal siguen estando muy masculinizados, especialmente en los puestos de base, como fontanería, peonaje, instalación eléctrica o climatización. En estos niveles, la presencia femenina es aún muy reducida. Sin embargo, a medida que aumenta la especialización, la representación de mujeres crece de forma proporcional, llegando en algunos ámbitos a la paridad o incluso a la mayoría, especialmente en áreas como la gestión comercial y la administración. En el caso de las ingenierías, la presencia femenina ha ido en aumento, y en sectores como las nuevas tecnologías y la robótica, ya es habitual encontrar mujeres ocupando estos puestos.

–¿Cómo trabaja FEMPA para impulsar el reconocimiento de las mujeres en el sector?

–Lo hacemos a través de la formación, un ámbito en el que somos especialmente activos. Siempre buscamos incluir mujeres en los procesos de selección, especialmente en los cursos de oficios. No obstante, la participación femenina sigue siendo baja, ya que las candidaturas reflejan la realidad del sector. Aun así, seguimos trabajando para fomentar su acceso, tanto desde nuestra escuela de formación profesional como en colaboración con colegios, donde realizamos jornadas para visibilizar que estos trabajos también son una opción para las mujeres. Además, cada vez que una alumna de la rama industrial o una empresaria del sector alcanza un logro significativo, nos aseguramos de difundir su historia. Nuestro objetivo es destacar estos casos de éxito para inspirar a otras mujeres, demostrar que hay oportunidades en el sector y generar referentes que ayuden a cambiar la percepción sobre la presencia femenina en estos ámbitos.

–¿Cómo cree que se pueden romper estos estereotipos y atraer a más mujeres?

–Es fundamental dar visibilidad a los casos de éxito para que las niñas y jóvenes tengan referentes reales en los que inspirarse. No podemos permitir que las únicas referencias de las niñas sean las princesas, porque, aunque hemos avanzado mucho en la educación en igualdad, todavía persisten estereotipos que limitan sus aspiraciones. Si bien hoy en día la mayoría de los niños crecen en un entorno más equitativo, como sociedad aún nos queda camino por recorrer. Desde nuestro ámbito de actuación, la mejor manera de contribuir es precisamente visibilizando estos referentes. Es crucial que una niña vea con total naturalidad a una joven reparando un automóvil o trabajando en un taller, porque ese tipo de ejemplos siguen siendo escasos. Por eso, nuestro enfoque comienza en los puestos de base. A menudo se pone el énfasis en la mujer directiva o emprendedora, lo cual es importante, pero no todas llegarán directamente a esos cargos. Si queremos que haya más mujeres en posiciones de liderazgo en el futuro, primero debemos asegurarnos de que tengan oportunidades en los niveles iniciales del sector. Es desde ahí donde surgen las futuras directivas y empresarias.

–¿La transformación digital del sector puede facilitar una mayor inclusión de mujeres en estos oficios?

–Indudablemente. Muchos oficios están evolucionando, y en algunos de ellos la principal barrera para las mujeres ha sido más psicológica que real, especialmente por la percepción de un esfuerzo físico excesivo. No es que no puedan desempeñar esos trabajos, sino que muchas veces no se ven en ellos. Sin embargo, la transformación digital ha cambiado por completo esta realidad. Las tareas que antes requerían una gran fuerza física ahora están cada vez más automatizadas y, cuando no es posible, existen herramientas y equipos de apoyo que facilitan el trabajo. Aunque en términos generales los hombres pueden tener más fuerza bruta, eso no significa que el esfuerzo físico deba ser el criterio central para desempeñar una profesión. El sobreesfuerzo es perjudicial para cualquier persona, independientemente de su género, y hoy en día la prevención de riesgos laborales juega un papel clave. La forma de trabajar debe adaptarse para minimizar la exigencia física, garantizando condiciones óptimas tanto para hombres como para mujeres.

–¿Qué oportunidades están surgiendo en el sector mental gracias a la digitalización?

–En el ámbito de la digitalización y las habilidades tecnológicas, la presencia femenina está avanzando a un ritmo que podría superar a la masculina. Al menos, esa es la tendencia que observamos en las aulas.

–¿Y eso se está motivando desde FEMPA?

–Creo que estamos ante un cambio a nivel social. Las nuevas tecnologías no representan barreras para las mujeres, lo que facilita su acceso y participación. Además, en este ámbito ya existen numerosos referentes femeninos, lo que inspira a más jóvenes a adentrarse en estas disciplinas y seguir ampliando su presencia en el sector.

–¿Cómo influye la corresponsabilidad en el hogar y el trabajo en la incorporación y permanencia de mujeres en el sector del metal?

–La influencia sobre este tema es similar a la que se observa en otros sectores. Sin embargo, en este ámbito aún queda un largo camino por recorrer, y es injusto que la carga del cuidado recaiga mayoritariamente en las mujeres dentro de las familias. En el entorno laboral, más allá de sensibilizar, poco se puede hacer. La prioridad, por supuesto, sigue siendo el cuidado de los familiares. Creo que la sociedad aún necesita madurar un poco más para lograr una corresponsabilidad efectiva. Hasta que no podamos hablar de una corresponsabilidad plena, seguiremos enfrentando los problemas relacionados con la integración de las mujeres en el mundo laboral en su totalidad, sin importar la disciplina o el sector. Esta sigue siendo una barrera importante, y aún queda mucho por hacer.

–¿Qué acciones deberían impulsarse desde empresas e instituciones en favor de la corresponsabilidad?

–Desde las empresas, las medidas implementadas a través de los planes de igualdad, por ejemplo, juegan un papel fundamental. Si logramos inculcar la importancia de la corresponsabilidad en los adultos que ya forman parte del entorno laboral, estos transmitirán ese mensaje en su entorno familiar. Las empresas tienen una responsabilidad clave en impulsar este cambio que todos debemos hacer como sociedad. Es esencial seguir fomentando la divulgación, informar a nuestras plantillas y, sobre todo, aprovechar las herramientas que nos brindan los planes de igualdad, los cuales se están consolidando como una herramienta eficaz para apoyar el cambio en el que estamos inmersos.

–¿Qué otros factores pueden ser determinantes para conseguir más equidad en el sector del metal?

–Fomentar el emprendimiento femenino en nuestro sector podría ser clave. El emprendimiento se presenta como una excelente vía para abrirnos espacio en este ámbito. Si las empresas no ofrecen las oportunidades laborales necesarias, quizás el autoempleo y la iniciativa emprendedora sean la respuesta.

–¿Cuál es su mensaje para las jóvenes interesadas en este sector que dudan si puede ser una buena opción profesional para ellas?

–El mensaje es claro: existe una gran y generalizada falta de mano de obra, especialmente en nuestros oficios. Este es un sector con un futuro prometedor, casi con un 100% de empleabilidad, y en el que la investigación y la innovación juegan un papel fundamental. Es un ámbito en constante evolución, donde una mujer tiene todas las oportunidades para desarrollar su carrera profesional.

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