El cereal alicantino no levanta cabeza: la primera cosecha «decente» en tres años pero sin rentabilidad
Se esperan 8.000 toneladas de cereales en la provincia tras varios años en blanco | A pesar de las cifras, el sector se enfrenta a una crisis «sin precedentes» y los agricultores no pueden cubrir costes
Después de tres años marcados por la sequía y con cosechas prácticamente en blanco, el cereal alicantino asoma la cabeza y se prevé una recolección de 8.000 toneladas en la provincia. Un dato que sería positivo para el sector de no ser por la nula rentabilidad que tendrá la cosecha.
Así lo denuncia la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Alicante, que indica que esta campaña «no será suficiente para que el sector se recupere». Desde la asociación explican que a pesar de que las lluvias de principios de 2025 han dado un respiro al cultivo, los agricultores de cereal se enfrentan a problemas como «una fauna descontrolada, costes de producción inasumibles y unos precios de venta ridículos que no consiguen cubrir los costes de producción».
El representante de la sectorial del cereal en Alicante, Ricardo Ferri, ha denunciado que «cultivar en buenas condiciones una hectárea en esta provincia cuesta en torno a 670 euros, mientras que los beneficios no llegan a los 550 euros». Esto provoca dos escenarios: o bien el agricultor decide reducir gastos, lo que repercute en su potencial, o simplemente abandona su explotación.
La crisis que atraviesan se ha visto agravada además desde el 2022 por la guerra de Ucrania y las importaciones de trigo blando en Europa, que se han multiplicado por siete, según detalla Asaja, que denuncia que los baonos, comprados mayoritariamente a Rusia, también se han cuadruplicado por los aranceles.
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«No tenemos ningún poder de decisión sobre los precios, ni de los productos que compramos, ni de los que vendemos», insiste la asociación agraria alicantina. Desde Asaja Alicante reclaman una serie de soluciones urgentes para poder poner fin a esta crisis de rentabilidad.
Entre las medidas destaca «una ayuda directa a los agricultores vinculada a las facturas de compra de fertilizantes; eliminar los aranceles a la importación de fertilizantes, controlar las importaciones de cereales de terceros países dando preferencia a los cereales nacionales y una reducción de la fiscalidad».
Protesta en el Ministerio
El cereal español lleva tiempo arrastrando números rojos. Con esta queja como principal estandarte, Asaja en colaboración con COAG y UPA, se ha concentrado este miércoles frente al Ministerio de Agricultura en Madrid. «Si el campo desaparece, la cesta de la compra dependerá de países terceros y de lo que quieran los especuladores». Asaja recuerda que los agricultores no piden ayudas sin más: «piden poder vivir de su trabajo».
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