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Jon Rahm celebra su victoria en el LIV. Reuters
Golf

Rahm, mago y emperador del LIV

El español regala una exhibición memorable de juego y fe en Indianápolis para seguir reinando en el circuito árabe

José Félix Cachorro

Domingo, 17 de agosto 2025, 23:33

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Consumidas las dos primeras jornadas en el campo de The Club al Chatham Hills, Jon Rahm reconocía que iba a necesitar «mucha suerte en todos los escenarios posibles» para impedir que Joaquín Niemann le relevase como rey del ranking individual. Con un golpe de ventaja sobre el español, el chileno tenía todo a su favor para proclamarse campeón del circuito árabe 2025. No ha sido tan regular como Rahm, pero ha conquistado cinco torneos este año.

Concluida la segunda ronda, Rahm era muy sincero sobre sus posibilidades. «Voy a necesitar una ronda al estilo de Sebastián (el colombiano Sebastián Muñoz realizó 59 golpes el viernes) para tener opciones de ganar y, con suerte, llevármelo todo. Si no, voy a necesitar mucha suerte en todos los escenarios posibles. Obviamente, cuanto más alto termine, mayores serán mis posibilidades».

Un objetivo francamente difícil ya que Niemann partía con ese golpe menos y que, por su situación al frente de la tabla, era el máximo aspirante a la primera plaza final si no sufría un descalabro. Por su parte, Rahm debía asegurar todas las oportunidades que se le escaparon en Indianápolis el viernes y el sábado, además de afinar con el putt como lo hizo en el excelente último tramo de la segunda ronda. También se podía esperar que el sudamericano mostrarse alguna flaqueza, como sus cuatro bogeys acumulados.

La tercera ronda en Chatham Hills comenzó con una hora de retraso por el mal tiempo. Los dos ases del circuito se medían de nuevo directamente tras el partido compartido el viernes, esta vez acompañados por el catalán David Puig, que presentó la mejor tarjeta el sábado. Un duelo lleno de emoción por ver el desenlace por el título y cómo reaccionaban los protagonistas.

La consigna, sencilla, consistía en ejecutar un golf de manual en un campo amable: transitar por los caminos expeditos y aproximarse lo máximo a la base del mástil, sin marrar ocasiones claras con el putt. Y así lo hizo Rahm en los dos primeros hoyos, con sendos birdies (total -13) que parecieron un coser y cantar y con los que adelantaba al chileno en el cómputo del torneo. Pero Niemann sacó un punto extra y Rahm cerró en par el tercer hoyo. Luego, en el 5, se ganó los aplausos del público al patear al agujero desde más de cuatro metros.

El vasco funcionaba en Indianápolis como el mejor piloto de las 500 Millas, con la cabeza del torneo a solo tres impactos. En ese punto, Niemann se precipitó en el último tiro y cometió un bogey, y el vigente campeón recuperaba así el trono del ranking individual. Pero el americano reaccionó en el 7 (par 5) con un eagle que Rahm también tuvo en su mano pero que fue otro birdie.

Dos caídas consecutivas al bunker le costaron a Niemann una openalización por errar con el putter, mientras que su oponente seguía engordando su cuenta en el 9, donde la metió desde casi 5 metros. Y volvió a sonreír con otra progresión fabulosa en el 10 (total -17). El treinteañero de Barrika estaba dIsparado, se le veía satisfecho cuando chocaba los nudillos con los espectadores que le alargaban el brazo. Había logrado sacarle dos puntos a su contricante en el ranking provisional en esos instantes. El milagro era posible. Aunque el éxtasis duró muy poco, hasta que el chileno se apuntó un birdie en la siguiente parada y se sentaba otra vez en el trono por menos de dos décimas de punto.

Golpes geniales

Una corbata en el 12 desde unos 10,5 metros fue el aviso de la posterior obra de arte. Con algo menos de distancia, Rahm firmó una maravilla en el 13 con la que agarró un eagle, volvía a la cumbre de la gira saudí y alcanzaba a Muñoz y Dustin Jonhson en la cabeza del torneo. Estaba revolucionando la temporada del LIV y el mismo Chatham Hills.

En una jornada de tantas emociones, no faltó el temor a que la racha increíble del vasco se frenara con el tropiezo en el 14. Tras aterrizar en el rough, Rahm no salió a la primera de la trampa y deslizó la bola en exceso, un único error en un día espléndido. Niemann era víctima de una corbata en la misma bandera. Ese bogey solo significó un leve incidente en la actuación sobresaliente. Creó una nueva genialidad en el 15, donde se ganó otro birdie con un tiro de 73 metros con el que posó la esfera a dos centímetros del orificio. Y continuó en plan estelar en el siguiente tramo con otro premio surgido de un approach magistral. Otro birdie. Poco después, Muñoz fallaba y el de Barrika le cogía en el liderato. Ya en el penúltimo hoyo, se colocaba líder en solitario con otro birdie. Y cerró una sesión tan especial con una sonrisa en la despedida (total -22).

Rahm retuvo el título con la mejor tarjeta del tercer día (-11), no dio opción a Niemann en la parte final del recorrido y demostró que conserva la calidad y el carácter demostrados en sus grandes actuaciones. El desempate con Muñoz se resolvió a favor del colombiano, el autor del 59 del viernes y de una entereza enviable como líder desde ese día.

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