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Los jugadores de Osasuna celebran su histórico pase a la final de Copa en San Mamés. EFE
Una milagrosa resistencia mete a Osasuna en su segunda final de Copa, 18 años después
Semifinal / Vuelta

Una milagrosa resistencia mete a Osasuna en su segunda final de Copa, 18 años después

El Athletic igualó la eliminatoria y dominó el partido, pero el conjunto rojillo capeó el temporal hasta el decisivo golazo de Pablo Ibáñez

Martes, 4 de abril 2023

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Osasuna está en la final de la Copa del Rey por segunda vez en su historia. Para igualar el mayor hito rojillo en la competición con más solera 18 años después fue necesario un ejercicio de resistencia numantino. Y es que el Athletic igualó la eliminatoria antes del descanso y generó ocasiones de sobra para merecer mejor fortuna, pero esa ya endémica falta de puntería rojiblanca la castigaron con extrema dureza el aguante navarro, principalmente a través de un excelso Sergio Herrera, y el golazo de Pablo Ibáñez en el tramo final de la prórroga.

El Athletic llevó la iniciativa, lógico con el 1-0 de El Sadar, aunque el planteamiento de Osasuna fue demasiado conservador. Se colgó del larguero a defender su valiosa ventaja mientras los hermanos Williams, pegados a las líneas de cal, trataban de meterle mano al partido a través del vértigo en las alas. Un pase en largo de Iñigo Martínez y el error de cálculo de Aridane ante el desmarque de Guruzeta fue la primera vía de agua navarra. Sergio Herrera salvó la situación a bocajarro y lo celebró con rabia ante la estruendosa afición de San Mamés. Mucho en juego, con una final sobre el tablero en el estadio copero por excelencia.

Seguía apretando el Athletic, intenso de salida tal y como se esperaba. Sufría Osasuna, con las eléctricas apariciones de Nico Williams por el carril izquierdo como grandes amenazas. Y es que le costaba un mundo salir con el balón jugado al equipo rojillo, ahogado por la furiosa presión vizcaína y condenado a defender replegado.

Athletic

Agirrezabala, De Marcos, Yeray (Vivian, min. 91), Iñigo Martínez, Yuri, Sancet (Adu Ares, min. 111), Vesga, Iñaki Williams, Muniain (Zarraga, min. 99), Nico Williams (Berenguer, min. 99) y Guruzeta (Raúl García, min. 81).

1

-

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Osasuna

Sergio Herrera, Moncayola, Aridane, David García, Juan Cruz, Torró, Moi Gómez (Manu Sánchez, min. 83), Rubén García (Brasanac, min. 66), Aimar Oroz (Pablo Ibáñez, min. 100), Abde (Kike Barja, min. 66) y Kike García (Chimy Ávila, min. 91).

  • Goles: 1-0: min. 33, Iñaki Williams. 1-1: min. 116, Pablo Ibáñez.

  • Árbitro: Carlos del Cerro Grande (Comité madrileño). Tarjetas amarillas a Vesga, Torró, Kike Barja y Sancet.

  • Incidencias: Partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey, disputado en San Mamés. 51.544 espectadores, nuevo récord de asistencia.

Aridane salvó un cabezazo de Vesga con aroma de gol y Herrera se puso de nuevo la capa para salvar a bocajarro el buen testarazo picado de Guruzeta. Merecía de sobra el Athletic igualar la eliminatoria y lo consiguió con Iñaki Williams de 9 puro, esa característica que no es precisamente su mayor virtud. Muniain sirvió el córner, Vesga peinó al primer palo y en el segundo estaba el atacante rojiblanco para embocar con la zurda.

Osasuna se descompuso con la eliminatoria igualada. De hecho, la mejor noticia rojilla al descanso fue el 1-0, aunque Kike García firmó al borde de la pausa la primera ocasión foránea de un partido con claro color local. El paso por los vestuarios no le cambió el guion al duelo, pues el Athletic regresó al césped dispuesto a darle la vuelta a la eliminatoria por la vía rápida. Su rival perseguía la prórroga encerrado en su área y temblando ante las acometidas de los leones, especialmente a través del juego aéreo.

Nico Williams perdona

Acumulaba saques de esquina el Athletic, frente a una numantina defensa rojilla difícilmente sostenible con media hora de juego por delante. Nico Williams tuvo en su bota izquierda la eliminatoria pero su remate se fue alto y malogró la maravillosa jugada previa de su hermano, tan veloz como acertado en el último pase. Ahí estuvo la llave de la final.

Las tuvo de todos los colores el Athletic. Era un auténtico asedio rojiblanco pero el reloj seguía avanzando hacia el tiempo extra y las piernas no respondían igual después de una paliza física. La prórroga ya era un hecho tras un balón rechazado por Sergio Herrera ante el remate del recién entrado Raúl García que desperdició con estrépito Nico Williams, poco entonado ante la puerta rival.

También el tiempo extra fue del Athletic. Generó ocasiones para evitar el drama de los penaltis pero a medida que los minutos fueron pasando decayó el ritmo. Habían bajado también los decibelios de San Mamés, fruto de la tensión del resultado, y el fuelle no daba para más. Los once metros, la distancia fatídica del fútbol, apuntaban a decidir la contienda cuando un golazo de Pablo Ibáñez enmudeció definitivamente La Catedral, rota de dolor frente a la euforia de Osasuna, que peleará por el primer trofeo oficial de su historia el próximo 6 de mayo en Sevilla.

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