Pedro Ruiz
Presentador y 'showman', regresa mañana a La1 con el especial 'Nada del otro mundo', donde charla con invitados como Rozalén y Dulceida
J. Moreno
Jueves, 7 de diciembre 2023, 12:28
Tras dos décadas de ausencia en la pequeña pantalla, Pedro Ruiz (Barcelona, 76 años) regresa mañana a La 1 de TVE con 'Nada del otro mundo' (22:05 horas). Es un único programa, un especial en el que el presentador y 'showman' conversará con invitados como la cantante Rozalén o la 'influencer' Dulceida y también recibirá alguna que otra sorpresa.
Debutó Pedro Ruiz en la cadena pública en 1972, como primer presentador del longevo programa deportivo 'Estudio Estadio'. Su último proyecto en el medio púbico fue 'La noche abierta', el recordado espacio de entrevistas que se emitió durante siete años en La 2.
–¿Nervioso por el regreso a televisión?
–No. Y no veré el programa, porque es mi tónica. Yo suelo hacer programas en directo, y ahora este no lo es. Sentarme a verme a mí dos horas o cien minutos me cansa bastante. Normalmente lo que hago es que media hora antes del programa cojo el coche y me doy una vuelta por la sierra escuchando música clásica. Y luego vuelvo y ya me cuentan.
–¿Va a mirar la audiencia al día siguiente?
–Hombre, las audiencias, sí. Lo que opinan, pues lo respeto muchísimo. Pero no me va a condicionar. Lo que hay fuera de uno es lo lícito de las opiniones ajenas. Yo me puedo equivocar, como es natural, pero es algo que desde luego no me obsesiona.
–En su anterior etapa en la televisión pública presentó su programa en La 2 y ahora pasa a la cadena principal. ¿Eso le va a condicionar en su forma de hacerlo?
–No, porque el que me ha visto en el teatro sabe que hay una conducta mucho más llamativa y más incorrecta. La televisión no admite ese comportamiento, porque es un microondas, en el que recalientan los platos y de repente alguien que está olvidado, lo meten y las palomitas revientan y está de nuevo otra vez. Pero no hay que fiarse mucho de la vida solamente en la televisión. En estos veinte años yo he hecho muchísimo teatro y muchas cosas. Y la tele tiene unos parámetros propios, esto lo digo con todo respeto. Las televisiones públicas de todo el mundo tienen muchos condicionantes, las privadas también. Las públicas la política y las privadas, el dinero. Es decir, que la libertad está en el teatro.
–¿Ha visto muchos cambios en la tele en estos veinte años?
–He visto darle muchas vueltas a la misma albóndiga. Hay un tipo de programas que son los 'realities', que yo no los sigo. Y normalmente sacan una lista de famosos que no llegan a fin de mes. Eso me parece maldad. Yo soy muy contrario a formatos como 'Gran hermano'. Los respeto, pero no los veo nunca.
–¿Le han ofrecido entrar en un 'reality'?
–Me han ofrecido en este tiempo muchas cosas, incluso participar en 'Masterchef' y cosas de estas, pero yo hago vida de autor. Si me equivoco, me equivoco por mi cuenta, que es posible.
–Hace hincapié en el tono amable del programa. ¿Está saturado de enfrentamientos?
–Pasamos por la vida un rato y conviene que este rato no sea tan desagradable. Ya sé que entendéis que hablo del mundo de la política y lo de poner un muro no me parece nada recomendable. La cordialidad de la Transición hay que recuperarla, porque estamos aquí un rato y nos morimos al cabo de ese ratito.
–¿Le daban algún toque de atención en sus anteriores etapas en TVE?
–Nunca lo hicieron. Debo decir también, porque me gusta ser justo con las personas, y que cuando trabajé con el Gobierno de Felipe González nadie me dijo nunca esto no se puede hacer. Y vino al programa José Barrionuevo, exministro recién salido de la cárcel. Ahora ya no tengo esos intereses, pero debo decir que siempre he trabajado con libertad en TVE.
–¿Qué no le gusta de la televisión actual?
–No soy quién para opinar. Eso ya depende de los directivos. Pero celebro el fin de 'Sálvame' por una razón sencilla: ha vivido de hacer cáncer de la vida de los demás. Entiendo que se pueda hablar de que Pepito y Manolita han roto, aunque a mí no me interesa mucho. Pero la maldad programada y persistente durante años, fingiendo además que son los que saben… Los peores de la clase nos han dado lecciones durante veinte años… Y nadie ha reaccionado. Se ha acabado por la audiencia o por lo que fuere.