El retrato de Altamira pintado por Sorolla, en Alicante tras más de un siglo de historia

El presidente de la Diputación, Toni Pérez, ha presentado esta mañana el retrato Rafael Altamira y Crevea, el primer Sorolla que el Museo Nacional del Prado deposita en el Museo de Bellas Artes de Alicante (Mubag) y con el que la institución provincial rinde homenaje al insigne humanista en el 74 aniversario de su fallecimiento.

Este depósito, impulsado por Toni Pérez y con respuesta favorable por parte del director del Prado, Miguel Falomir, «refuerza el homenaje de la Diputación de Alicante a la figura del gran humanista e historiador del que tan orgullosos nos sentimos, tanto por su contribución al mundo de la cultura como por la proyección internacional que ha brindado a la provincia», ha matizado el presidente.

Este retrato, realizado en 1886 y considerado el primero de Altamira, fue adquirido por el Museo del Prado en 1999, y representa no solo la habilidad artística de Sorolla, sino también el inicio de una profunda amistad, cuando el historiador y jurista alicantino tenía 20 años y estaba terminando Derecho en Valencia.

La amistad entre Sorolla y Altamira es un testimonio del entrelazamiento entre las artes y las humanidades en la España de finales del siglo XIX y principios del XX. Su relación, plasmada en retratos y cartas, enriquece el legado cultural español y ofrece una ventana a la colaboración entre dos figuras destacadas de su tiempo.

La presentación ha contado, además, con la asistencia del diputado de Cultura, Juan de Dios Navarro, el segundo teniente de alcalde de El Campello, Cristian Palomares, y la concejal de Cultura de El Campello, Dorian Gomis, así como con Ignacio y Javier Ramos Altamira, bisnietos del humanista, y el profesor y politólogo José Ferrándiz Lozano.

Asimismo, la jornada ha incluido el acto de devolución de la obra Huérfanos, del artista alcoyano Fernando Cabrera, tras haber permanecido unos meses en el taller de restauración del Prado para someterse a tareas de conservación y restauración. El trabajo, llevado a cabo por el equipo dirigido por Enrique Quintana, ha devuelto parte del color original de la obra en la que ahora se pueden observar detalles antes ilegibles.

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