El catedrático y cervantista José Manuel Lucía Megías en Alicante. SHOOTORI

José Manuel Lucía Megías

Catedrático y escritor
«El Cervantes real sería un gran compañero de taberna, no una estatua de bronce»

Detrás del genio del 'Quijote' había un hombre contradictorio y vital: «Dejemos atrás las telarañas y el polvo que nos enseñaron en la escuela»

Adrián Mazón

Alicante

Sábado, 27 de septiembre 2025, 03:58

Miguel de Cervantes vuelve a sorprender cuatro siglos después. No como el héroe inmortal de Lepanto ni como la estatua solemne que el tiempo levantó en bronce, sino como un hombre de carne y hueso, contradictorio, vital y lleno de pasiones. Así lo reivindica 'Cervantes íntimo. Amor y sexo en los Siglos de Oro' (Plaza & Janés, 2025), el nuevo ensayo que desvela al escritor más humano, lejos de los estereotipos y mitos que lo han encorsetado durante siglos.

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Su autor, el cervantista José Manuel Lucía Megías, catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid; ha presentado esta obra en la sede de Casa Mediterráneo en Alicante, en un acto que ha buscado tender puentes entre la erudición académica y el gran público. Allí ha defendido la necesidad de mirar a Cervantes sin filtros ni telarañas, como un hombre capaz de reír, beber y disfrutar.

Cervantes escribió que «la pluma es la lengua del alma». ¿Qué ha descubierto usted sobre el alma cervantina que aún no se cuenta en los manuales de literatura?

No me atrevería a decir que me he acercado al alma de Cervantes, pero sí que ha sido mi intención poder conocer un poco mejor al hombre Cervantes, al que vivió en una época apasionante que conocemos como los Siglos de Oro. En los manuales de literatura creo que nos hemos quedado en el mito construido a lo largo de los siglos, y que nos hemos alejado del hombre (de su época), y del escritor, ese universo que nos ha legado. Ni los mitos ni la literatura creo que puedan ser caminos que nos lleven al hombre. Los mitos le convierten en una estatua de bronce y la literatura no es depositaria de secretos de la vida. ¿Acaso creo que alguien podría saber de mí, descubrirme como hombre en mi poesía? Todo lo contrario. Allí está otro yo, que también es mi identidad, que me completa, pero que nunca me explica.

José Manuel Lucía Megías con 'Cervantes íntimo'. SHOOTORI

¿En qué momento decidió que no bastaba con leer a Cervantes, sino que debía investigarlo y desentrañar los silencios de su vida?

A Cervantes hay que leerlo siempre. Nunca hay que dejar de leerlo. Y hay que leerlo no para encontrar a Cervantes sino para encontrarnos a nosotros mismos. En cuanto a su vida, me interesa no como un medio para desentrañar su obra, sino para situar su escritura en unas coordenadas determinadas. Una manera de conocer también mejor una época apasionante, esos Siglos de Oro, que permiten comprender mucho de nuestro tiempo actual.

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Su labor ha sacado a la luz datos poco conocidos sobre la biografía de Cervantes. ¿Cuál de esos hallazgos considera más revelador para entender al autor del 'Quijote'?

Para entender al autor del 'Quijote' y de todas las obras que escribió durante toda su vida, pues no caigamos en convertirlo en un autor menguante, en autor de una sola obra, hay que leerle a él y leer la literatura de su época, que es con la que establece un diálogo total. En cambio, al Cervantes hombre hay que comprenderlo situándolo en su época, conociendo su tiempo, las costumbres y leyes de su tiempo. Y así podremos comprender mejor algunos documentos, que siguen leyendo e interpretando mal, como las noticias que el propio Cervantes da de sí mismo en la información de Argel, así como el poder entregado a su mujer Catalina de Salazar, que no puede ser entendido como una ruptura conyugal. Barbaridades que se han dicho en algún momento y que se siguen difundiendo, y que yo intento erradicar.

El 'Quijote' suele leerse como una sátira, pero también como un espejo de las luchas humanas. ¿Qué interpretación le resulta más vigente en nuestro tiempo?

El 'Quijote' posee tantas lecturas como lectores a lo largo de los siglos. Esta es la magia. Este es el territorio de la literatura. Para mí, en la actualidad, el 'Quijote' nos da tres grandes lecciones. En primer lugar, nos muestra el poder del diálogo como motor de cambio; el diálogo como la capacidad de escuchar y de aprender del otro. En segundo lugar, considera que el 'otro', el que es diferente no es un enemigo, sino todo lo contrario: la persona que nos puede enriquecer, como así se enriquecen don Quijote y Sancho a lo largo de la obra. Y la tercera, la voluntad de querer estar en el mundo para mejorarlo, con ese grito de «Yo sé quien soy», que es un canto de identidad, de aceptación y de futuro.

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Ha asesorado a Alejandro Amenábar y a su equipo en 'El cautivo'. ¿Cómo fue trasladar su investigación académica a un lenguaje cinematográfico capaz de emocionar al gran público?

La parte más académica ya la había asumido Alejandro Amenábar con la lectura de mi libro 'La juventud de Cervantes' (Edaf, 2016), donde trato el tema, que ha sido uno de los libros que ha utilizado para documentar su ficción. Como asesor de la película, sobre todo, he trabajado con el director en los diálogos, para que no aparecieran palabras que no pudieras escucharse en los Siglos de Oro, y en varios aspectos con la Dirección de Arte, para así llevar al espectador de hoy al Argel del siglo XVI.

El catedrático y cervantista José Manuel Lucía Megías en Alicante. SHOOTORI

La decisión de rodar en Alicante tiene un peso simbólico. ¿Qué significa para usted que esos paisajes hablen ahora en el cine? ¿Cree que son idóneos para recrear el cautiverio de Cervantes?

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La labor que han hecho para recrear estos espacios es espectacular. Estuve en el rodaje en el castillo de Santa Pola, y la primera vez que pisé la arena de los baños de Argel recreados en su patio, me estremecí, como si realmente hubiera hecho un viaje en el tiempo. Y este es uno de los grandes aciertos de la película: llevarnos a Argel, creernos que estamos en otro tiempo para contarnos, al final, una historia de ahora.

Muchos investigadores se quedan en el archivo, pero usted ha hecho de la divulgación una vocación. ¿Cómo logra tender ese puente entre la erudición y el lector común?

Creo que la Universidad, los investigadores tenemos que trabajar para ser puentes con la sociedad. Todos queremos que nos cuenten historias, que el conocimiento de nuestro pasado sea también cotidiano. Tenemos que estar en los lugares que nos demanden para contar, de la manera más amena posible, como he intentado en mi libro 'Cervantes íntimo. Amor y sexo en los Siglos de Oro' (Plaza & Janés, 2025), donde hablo de la sexualidad de Cervantes, de los mitos que se han ido creando a lo largo del tiempo con humor, y sin perder nunca el rigor. Solo nosotros, los que nos dedicamos más de veinte años a estudiar a Cervantes, podemos llegar a hacerlo. Aunque siempre en época revuelta de noticias aparecen cervantistas hasta de debajo de las piedras.

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¿Hasta qué punto cree que los episodios oscuros de la vida de Cervantes -la cárcel, el cautiverio, la pobreza- fueron el motor que hizo posible a Don Quijote?

Este es un gran error a la hora de estudiar y comprender a un hombre: limitarle, pensar que sus experiencias biográficas se vuelcan en un libro. ¿Por qué pensar en el 'Quijote'? ¿Por qué no pensar en otras novelas, comedias o poesías suyas? Quizás el 'Quijote' sea el libro más lleno de referencias literarias de todos los que escribió, el que menos necesitaba de su experiencia vital para ser escrito. ¿No es posible que la Galatea, escrita después de su vuelta de Argel, sea la obra más biográfica suya, pudiendo ser una novela en clave?

El catedrático y cervantista José Manuel Lucía Megías. SHOOTORI

El mito de Don Quijote ha traspasado fronteras y siglos. ¿Qué cree que pensaría Cervantes al ver a su caballero convertido en símbolo universal?

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Primero se llevaría las manos a la cabeza, pues nunca lo pensó ni nunca trabajó para ello: en su programa literario que publicó en los últimos tres años de su vida, lo que llamo la vida en papel, no tenía cabida el 'Quijote' (aunque la segunda parte entraría por el desafío literario que fue la aparición del 'Quijote apócrifo' en 1614). Pero luego seguramente estaría encantado. A fin de cuentas, soñaba con vivir una segunda vida gracias a la fama… ¿y menuda vida de infarto que ha vivido y que sigue viviendo!

¿Cuál ha sido la mayor sorpresa que se ha llevado al comparar la figura histórica de Cervantes con la imagen idealizada que nos llega a través de la cultura popular?

La mayor sorpresa es ver cómo los mitos, ese Cervantes mito construido a lo largo de los siglos, y que termina por popularizarse, ha terminado por convertirse en el bronce y en el mármol que le hace frío, distante, cuando el Cervantes hombre, esa vida apasionante que disfrutó, seguramente sería un gran contador de historias, un encantador con el que nos iríamos a tomar unos chatos de vino en cualquier taberna. ¡Dejemos atrás las telarañas y el polvo de otras época, de ese Cervantes que nos enseñaron en la escuela y que muchos reivindican como real, cuando es el más falso de todos, y dejemos correr la imaginación de la aventura y pensemos en un Cervantes renovado, un Cervantes que vivió en uno de los momentos más apasionantes de nuestra historia.

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Si pudiera añadir un capítulo perdido al 'Quijote' desde lo que ha descubierto como investigador, ¿qué episodio imagina que habría escrito Cervantes y por qué?

De cómo Alonso Quijano convenció a su sobrina para tomar su armadura y de cómo se convirtió en la nueva Quijota, acompañada de su escudera, el Ama, y salieron una mañana en busca de aventuras por los campos de la Mancha.

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