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Una mujer pasa por un cedazo cereales para obtener el grano.
La dieta que rebaja el calentamiento global

La dieta que rebaja el calentamiento global

Solo tres productos son los responsables del 80% del incremento de la temperatura en 1º al final del siglo que provocaría el sector de la alimentación por sí solo

Lunes, 6 de marzo 2023

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Alimentarse es una de las acciones humanas que más contribuyen al calentamiento global. Por las emisiones de CO2, metano y óxido nitroso (tres gases de efecto invernadero) que genera la producción de la dieta básica de la humanidad. Esta realidad, ya advertida por los científicos hace décadas, ha sido ahora medida con mayor detalle por un trabajo de investigación publicado hoy en Nature.

Entre sus conclusiones destaca que la alimentación de la población mundial por sí sola contribuiría con 1º más al incremento de las temperaturas en 2100. Este dato resulta sorprendente si se tiene en cuenta que los escenarios de cambio climático para finales de siglo del panel de expertos de la ONU (IPCC) hablan de incrementos de la temperatura global de entre 2,5º y 3º máximo (en el peor de los escenarios), teniendo en cuenta el conjunto de todas las actividades humanas que impulsan con sus emisiones este calentamiento global. Esto es, desde al transporte mundial, hasta la deforestación, pasando por la generación de energía.

Por ello, 1º por si solo es un peso que el sector de la alimentación tendría y que, en opinión de los autores del trabajo, no se ve reflejado en los compromisos climáticos de los Acuerdos de París. Según estos, solo un tercio de los firmantes habla de medidas concretas para mitigar las emisiones de la ganadería y menos de una quinta parte de hacer lo propio en la agricultura.

«Los patrones actuales de consumo y producción son incompatibles con el mantenimiento de una población en crecimiento, mientras se persigue un futuro climático seguro», afirma la principal autora del trabajo, Catherine C. Ivanovich, investigadora de la Universidad de Columbia en el departamento de Ciencias Ambientales.

Cálculo por alimentos

Para llegar a esta afirmación, los autores han calculado qué porcentaje de implicación tienen en el calentamiento global, por sus emisiones, 12 alimentos considerados básicos en la dieta humana. Son: granos, arroz, frutas, aceites, huevos, carnes de rumiantes y no rumiantes, mariscos y pescados, lácteos, verduras, bebidas, otros. De todos, en solo tres productos recae el 80% del calentamiento global que provoca el sistema alimentario mundial.

Estos son las carnes (de animales rumiantes y no rumiantes), los productos lácteos y el arroz. Los dos primeros acaparan más de la mitad del peso global de las emisiones del sector y el cultivo de arroz un 20%. El resto de los productos solo supondría un 5% del incremento global de la temperatura.

Estos datos, recuerdan los autores en el trabajo, están calculados a partir de la teoría de que la humanidad no cambien sus hábitos de producción y dietéticos. No obstante, recuerdan que sus conclusiones podrían ser más agoreras si se cumple el pronóstico de que el consumo de carne se verá incrementado en un 90% para el año 2050 y el resto de productos animales en un 70% para la misma fecha. «Así, el incremento de temperatura podría ser incluso más».

21% calentamiento global

Este es el porcentaje de calentamiento global anticipado que se podría evitar introduciendo cambios en la dieta.

Para atribuir más o menos potencial para influir en el calentamiento global de los alimentos, el trabajo tiene en cuenta no solo las emisiones de CO2, a menudo el único parámetro calculado en muchas investigaciones. Sino las emisiones de metano, potente gas de efecto invernadero por su capacidad de acumular y multiplicar el calor en la atmósfera, y el óxido nitroso que puede atrapar 250 veces más calor que el CO2 en masa.

El primero suele proceder de la maquinaria empleada en la producción de alimentos y el transporte. Los segundos tienen más que ver con los propios productos: fermentación, manejo del estiércol, fertilizantes, excrementos de los rumiantes y, finalmente, de la metanogénesis propia de los cultivos de arroz.

Delimitadas las emisiones de GEI por tipo de alimento, el estudio toma como referencia las recomendaciones de la Escuela de Medicina de Harvard de lo que sería una dieta saludable. Esta incluye dos normas básicas de consumo: tomar carne (roja y de cerdo) una sola vez a la semana y un máximo de dos raciones al día del grupo compuesto por el pescado, aves y huevos. «Descubrimos que con solo introducir estas normas en la dieta global seríamos capaces de rebajar hasta 0,19º el calentamiento global», señala el trabajo. En porcentaje, esto supondría un 21% de grado que incrementaría por sí sola la alimentación.

Lógicamente, esta conclusión se obtiene de una media. Los modelos que han utilizado los investigadores para llegar a este cálculo han sido ajustados para que se tenga en cuenta que en zonas como Estados Unidos y Europa tendrían que bajar mucho más su consumo, mientras otras como Etiopía y o India tendrían que incrementarlas para alcanzar un balance que permita hacer un cálculo global.

La tecnología, como gran transformador

Además de la dieta de las personas, el trabajo calcula cuánto podría rebajar ese incremento global de la temperatura si se cambiasen y mejorasen los sistemas de producción con nuevas tecnologías que redujesen sus emisiones. Así, la ganadería podría restar su contribución entre un 10 y el 35% y los cultivos de arroz, por su gran emisión de metano, hasta un 50%.

Este último gas citado es el mayor responsable de la proyección realizada en relación con el calentamiento global provocado por el sector. De ahí que los tres alimentos con mayor peso en el calentamiento global sean, a la vez, grandes emisores de metano.

Finalmente, además del cambio en la dieta y la mejora de los sistemas de producción a través de la tecnología para la descarbonización, señalan la importancia de controlar el desperdicio alimentario, que también contribuye al aumento de las temperaturas. «Si el desperdicio de alimentos a nivel minorista (consumidor) se redujese a la mitad, el calentamiento al final de siglo se reduciría en 0.04º, un 5% del global asociado a la alimentación», concluye el trabajo.

 

 

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