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Chequeo al tren nocturno, ¿vuelve la alternativa 'eco' al avión?

Chequeo al tren nocturno, ¿vuelve la alternativa 'eco' al avión?

Antes de la pandemia, los trenes de noche se estaban poniendo de moda. Ahora —y si bien en España no se puede viajar en ellos—, diferentes compañías ultiman el lanzamiento de líneas nocturnas

Raquel C. Pico

Domingo, 26 de febrero 2023

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A Andrés, que vive en el sur de Galicia, el tren nocturno le vendría muy bien. Tiene que viajar mucho por trabajo y eso le obliga a pasar por Madrid. Si pudiese viajar por la noche, explica, ganaría: no tendría que madrugar tanto para poder hacer escalas, porque podría viajar mientras duerme y coger desde la capital el primer avión a su destino final. Pero, por mucho que sus cuentas favorezcan al tren de noche, no puede cogerlo: los últimos trenes nocturnos que salían de Galicia dejaron de circular al inicio de la pandemia.

Con ellos, estos servicios desaparecieron por completo de las vías españolas. Desde Renfe confirman que los últimos trenes nocturnos fueron los que unían Madrid y Galicia y esta comunidad con Barcelona. También advierten desde la empresa de ferrocarriles: «No hay ninguna previsión en relación con los nocturnos».

Sin embargo, Andrés no el único al que interesa esta alternativa de transporte a los vuelos. Hacia finales de la década pasada, la búsqueda de formas de viajar más respetuosas con el entorno fue progresivamente en aumento. De hecho, fue cuando se hizo viral el término 'flygskam', una palabra sueca que significa la «vergüenza de volar».

La idea no era exactamente nueva —había arrancado ya en la década anterior— pero las estadísticas de viajeros en 2019 de algunos países lograron que la tendencia se hiciese más evidente: ya existían números que demostraban que había personas que estaban cambiando de hábitos.

Bloomberg publicaba en noviembre de aquel año que las aerolíneas germanas habían perdido el 12% de sus viajeros, en lo que tildaba de «efecto Greta», por la activista medioambiental Greta Thunberg. Y si los alemanes no viajaban en avión era porque lo hacían cada vez más, recordaba la investigación, en tren.

En ese invierno de 2019 a 2020, este medio de transporte se posicionaba como un potencial elemento vencedor. El interés iba en aumento y, sobre todo, no se paraba de hablar del retorno de formatos que se habían quedado pasados de moda hacía ya algún tiempo. Era el momento para recuperar el tren nocturno, que había formado parte del paisaje europeo antes de empezar su declive.

Razones para su declive

En 2017, un estudio realizado para un comité del Parlamento europeo se adentró en el estado de los trenes de noche. Leer su apartado de conclusiones resume cuándo y por qué empezó su eclipse. Entre 1980 y 2017, los servicios ferroviarios de los diferentes países fueron dando carpetazo a sus líneas nocturnas o las redujeron.

Los costes por kilómetro y pasajero eran demasiado altos, se necesitaba habilidades especiales para poner a circular esos trenes y los billetes eran más caros que los de los recorridos diurnos, señalaba el informe.

Además, la competencia del avión había dejado a esas líneas en una situación precaria y el material rodante de las compañías ferroviarias se estaba quedando viejo. De hecho, cualquiera que hubiese viajado en los trenes nocturnos que salían de Madrid hacia Galicia en las primeras décadas del siglo podría haberle apuntado esa última conclusión a los expertos sin mucho esfuerzo: la sensación cuando se entraba en uno de esos trenes no era muy positiva. La tarifa más barata —una butaca en clase turista— ni siquiera permitía reclinar el asiento.

La infraestructura no acompañaba en los últimos tiempos: los billetes más baratos correspondían a asientos que ni se reclinaban en los Talgo.
La infraestructura no acompañaba en los últimos tiempos: los billetes más baratos correspondían a asientos que ni se reclinaban en los Talgo.

Los trayectos nocturnos tenían sus entusiastas fans, pero no eran suficientes como para garantizar la continuidad del servicio. Desde Renfe puntualizan que no eran rentables. Y ese dato es importante, porque la operadora apunta que son «comerciales y no de servicio público», por lo que la gestión debe estar conectada con su rentabilidad comercial.

«El producto tren hotel es el que presenta los peores ratios de demanda, ocupación y aprovechamiento, así como unos márgenes de rentabilidad negativos en los últimos años», recuerdan desde su gabinete de comunicación, añadiendo que existen servicios alternativos que cubren las necesidades de los viajeros.

Pero, a pesar de todo esto, justo antes de la pandemia los trenes nocturnos vivieron ese 'hype': se habían puesto de moda y en internet se sucedían los pronósticos que anunciaban su retorno y que señalaban que los 'millennials' estaban más que dispuestos a viajar de noche para ayudar a salvar el planeta.

«Hace un montón de años que no lo hago, pero porque no lo hay», confiesa Andrés. Si Renfe recuperase esos trenes nocturnos, sería otra cosa. «Además de ser más ecológico y reducir las 4 toneladas de carbono que quemé el año pasado en aviones —que lo he calculado—, me resultaría mucho más cómodo», señala, apuntando que ya ha empezado a seguir en redes sociales a las compañías que prometen recuperar los trenes de noche.

Como este viajero, otros también se plantearían cambiar sus costumbres. Según un reciente estudio de Back-on-Track, una red europea de iniciativas ligadas al tren nocturno, 7 de cada 10 europeos se plantearían cambiar el avión por estos servicios.

0,12% Emisiones

El tren es responsable del 0.12% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE, frente al 11.68% que emite la aviación.

70% Viajeros

Según una encuesta realizada por una agrupación de fomento del tren nocturno, siete de cada diez viajeros europeos estaría dispuesto a cambiar el avión por esta alternativa más limpia.

«El tren de noche es un medio de transporte limpio», asegura al otro lado del teléfono Adrien Aumont, el cofundador de Midnight Trains, una de esas empresas se proponen unir Europa con trayectos nocturnos. Aún no está funcionando —lo harán en 2025, promete, una fecha que «no está tan lejos»—, pero sus planes avanzan. Por ello, no sorprende que Aumont no piense que la promesa del retorno de este medio de transporte sea descabellada. «Si hacemos un buen producto, sí volverá», apunta.

Esa mayor conciencia sostenible lo explica en parte, pero también lo hace algo más pragmático. Los viajeros se han acabado dando cuenta de que la rutina de volar se ha convertido en «una porquería», por culpa de la experiencia 'low-cost' o de tener que desplazarse con suficiente antelación a los aeropuertos.

Por ello, si el tren nocturno se esfuerza en ofrecer comodidad y usa trenes pensados en esa dirección tendrá un factor de ventaja. Aumont insiste en que deben «hacer un producto del siglo XXI». Es también lo que señala un estudio reciente holandés: la clave para que se vuelva al tren nocturno está en la comodidad.

El cofundador de Midnight Trains también asegura que el tren nocturno puede ser rentable: no lo será si se piensa en cubrir todo el territorio —aunque recuerda que ese es un servicio de las compañías públicas «que no están para hacer dinero»— pero sí si se concentra en corredores con grandes masas de viajeros. La primera línea en la que trabaja su compañía es, de hecho, la París-Milán-Venecia.

Midnight Trains es uno de los nombres que siempre se mencionan cuando se habla del 'revival' de los trenes de noche, pero no es ni de lejos la única compañía en Europa que está intentando capturar este emergente mercado.

La empresa austriaca pública ferroviaria ÖBB está detrás de Nightjet, que ofrece ya un abanico de recorridos por la Europa central, y esta primavera también empezarán a circular los trenes de European Sleeper, que unirán Bruselas con Berlín vía Países Bajos.

Quizás, lo más importante es que no solo los consumidores parecen más interesados en este modo de viajar, sino que además las autoridades lo están potenciando. Algunos países, como Bélgica, ofrecen incentivos económicos a los operadores ferroviarios con trayectos nocturnos.

La Comisión Europea acaba de anunciar su apoyo a 10 recorridos transfronterizos —«de día como de noche»— que deberán arrancar, en algunos casos, antes de este verano. Por ello, el prometido 'revival' del tren nocturno podría convertirse en un hecho.

Más limpio

Las cuentas de Back-on-Track —presentadas hace unos meses y basadas en las estadísticas de 2019, el último año normal antes de la pandemia— señalan que el tren es el responsable del 0,12% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. La aviación lo es del 11,68%. Las emisiones de los aviones son entre 28 y 16 veces más elevadas que las de los trenes de noche. Si el 32% de los viajeros se pasase al tren nocturno en distancias de hasta 1.500 o 3.000 km, las emisiones del tráfico aéreo caerían en un 26%. Para cambiar las cosas, apunta su estudio, sería necesario terminar los proyectos que refuerzan la infraestructura o ampliar el material rodante.

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