El aumento de viajeros jóvenes pone en jaque el mermado servicio de buses en L'Alacantí
La medida de la Generalitat ha llegado en «un mal momento», aseguran desde el sindicato de conductores | Los servicios mínimos reducen las líneas al 30% y las frecuencias de paso oscilan entre una y dos horas
La huelga de los autobuses azules afronta su segunda convocatoria sin acuerdos en el horizonte y con colas de más de dos horas en varias paradas, especialmente en el centro de Alicante. Los bajos servicios mínimos, y el amplio seguimiento del paro, vuelven a complicar una situación que no vislumbra un fin cercano.
El seguimiento de la huelga ha sido del 100%, según inforkman desde CGT, el sindicato mayoritario. Tan solo han salido los autobuses contemplados en los servicios mínimos, entre ellos la línea del aeropuerto, que circula con una reducción del 50%, y el resto de itinerarios, que lo hacen al 30%.
El paro convocado para los conductores de La Alcoyana está complicando la situación. A las bajas frecuencias, de una hora entre autobuses de la línea 23 y de dos horas entre los de El Campello, se le suma el aumento del flujo de visitantes debido a la última medida del Consell, en la que los jóvenes de hasta 31 años pueden viajar gratuitamente en los autobuses interurbanos.
«A nosotros nos parecen perfectas estas medidas de fomento del transporte público, pero llegan en un mal momento», asegura el presidente del comité de huelga de La Alcoyana, Iván Sessé, quien explica que «sobre un sistema precario, se ha aumentado el flujo de pasajeros sin mejorar las medidas, lo que acrecienta los problemas».
Y es que con la medida de la Generalitat, el servicio mínimo se está viendo colapsado, con autobuses hasta arriba. Para esta jornada, líneas tan utilizadas como la 24 y la 23 tan solo cuentan con dos buses y medio de los 14 que suele haber.
Bienvenidos al siglo XXI
Jornadas de nueve horas, sin descansos y sin aseos en las cabeceras. Estos son los tres principales ejes en torno a los que giran las protestas de los conductores de autobuses de La Alcoyana, que exigen mejores condiciones de trabajo para sus largas jornadas.
La casa por el tejado
«No se puede empezar a construir la casa por el tejado». Con esta metáfora, Sessé ha querido explicar el impacto de esta subvención lanzada por la Generalitat. La CGT ya tildó la medida de «irresponsable», ya que «las administraciones primero deberían empezar por solucionar el conflicto vigente».
Desde la CGT aseguran que estas medidas lo que hacen es «aumentar la presión». La comisión afirma que ya se ven los primeros impactos negativos, pues el incremento de usuarios «hace que el servicio sea aún más lamentable de lo que es».
«Ahora mismo tenemos largos recorridos, sin tiempos de descanso y con jornadas de nueve horas», explica el presidente del Comité de Huelga. Sessé expone que los conductores no tienen aseos en las cabeceras, por lo que, para poder ir al servicio, dependen de «los horarios de hostelería». En cuanto al salario, los conductores demandan que se actualice en torno al IPC para paliar las pérdidas de poder adquisitivo que se han generado estos últimos años con la inflación disparada.
Ante la falta de propuestas y con una contraoferta tildada de «ridícula» por el presidente del Comité de la Huelga, la situación sigue sin tener un final claro. «Todo el mundo mira para otro lado y el servicio de transporte está en juego», asevera Sessé.
En esta segunda jornada de huelga, tras el pasado 20 de marzo, los manifestantes han acudido a las cocheras a las cinco de la mañana, donde la tensión ha sido más que palpable. El paro ha continuado esta mañana frente al Ayuntamiento de San Vicente, donde se han reunido con el concejal de Transportes para exponer sus reivindicaciones, a pesar de que la gestión está a cargo de la Generalitat.