El verano será helado en Alicante: «Estamos preparados y no habrá problemas con los cubitos»
Los fabricantes de hielo alimentario aseguran haber superado la crisis vivida hace ahora doce meses | En 2022 algunas cadenas de supermercados llegaron a racionar la venta de cubitos
La Costa Blanca parece estar librándose, al menos por el momento, de lo más duro de la primera gran ola de calor que ha barrido la Península Ibérica disparando los termómetros por encima de los 40 grados en varios puntos de España. Se trata, cambio climático mediante, de una situación que se repetirá cada vez con mayor frecuencia y durante un periodo de tiempo más largo cada año.
De hecho, hace ahora doce meses iniciábamos el que, hasta la fecha, ha sido el verano más tórrido de los que se tienen registros y lo hacíamos después de un invierno en el que las derivadas de la invasión rusa de Ucrania habían disparado los precios de la energía a niveles jamás vistos. Eso provocó serios problemas en muchos sectores incluido, claro está, el de los fabricantes de cubitos de hielo, un bien de consumo fundamental en estas latitudes.
En aquel verano de 2022 la sombra del desabastecimiento de hielo fue constante y algunas cadenas de supermercados llegaron incluso a racionar la venta de bolsas de hielo estableciendo un máximo por cliente y día. Pese a ello, en los días más dados al consumo en los hogares como son los domingos (paella y barbacoa son sinónimo de uso masivo de hielo) no era raro ver los arcones completamente vacíos.
Los fabricantes, preparados
Este año, por fortuna, la situación se ha normalizado y Salvador Almazán, presidente de la Asociación de Fabricantes de Hielo Alimentario de la Comunitat Valenciana, ha asegurado a TodoAlicante que «estamos muy preparados y no tenemos que tener problemas».
Almazán basa esta afirmación en que «hay muchas diferencias respecto a lo que sucedió en 2022». El presidente de los encargados de refrescar miles de bebidas cada verano subraya que «una de ellas es que en el invierno 2021-2022 el coste energético no hacía más que crecer, como también lo hacía el de las materias primas y el plástico, que es nuestro envoltorio por excelencia», algo que ahora no sucede.
«Además, en este invierno 2022-2023 los empresarios han hecho algunas inversiones y se ha guardado un poco más porque hemos pasado este periodo con unos costes energéticos algo más asequibles en comparación con el año anterior», continúa analizando el empresario del frío valenciano.
Se ha fabricado más hielo
A todo ello, se suma la experiencia acumulada el año pasado y la intención de los propios empresarios de no repetir esa situación. En ese sentido, Salvador Almazán explica que «la gente no ha querido tener problemas y, además de haber realizado las inversiones que te he comentado, ha podido almacenar algo más de hielo porque se ha podido fabricar en temporada de 'no venta'».
Cabe destacar que la diferencia de venta de hielo entre el verano y el invierno es extraordinaria y que en estos meses de calor intenso se venden ocho bolsas por cada una de las que se pueden vender en los meses más fríos del año. Por ello, Almazán insiste en que «ahora vamos a tener unos cuantos días de mucho calor, pero este año los empresarios estamos muy preparados y no tenemos que tener problemas».
El consumo doméstico supera a la hostelería
El próximo día 1 de julio arrancará la temporada alta turística, pero contrariamente a lo que se pudiera pensar, no parece que el consecuente aumento del uso de hielo en la hostelería vaya a ser un grave problema ya que, como explica el presidente de la Asociación de Fabricantes de Hielo Alimentario de la Comunitat Valenciana, «es un segmento importante, pero hoy en día supone el 40% de las ventas globales de hielo».
En ese sentido, subraya que «en las últimas dos décadas ha crecido muchísimo el canal de supermercados y vending, que es el que más vende. Es verdad que se utiliza mucho hielo cuando hace mucho calor para enfriar y eso desabastece mucho. Me explico: estás en casa con unos amigos, quieres enfriar algo rápidamente y quizás utilices un saco de hielo. De normal, si el ambiente no fuera tan bochornoso, tendrías bastante poniéndote cubitos en el vaso. Eso es lo que añade un plus cuando hace muchísimo calor».
Miedo a la sequía
El pasado año el sector se enfrentó a la tormenta perfecta de un verano especialmente caluroso y a un escenario de aumento de los precios de la energía que hacía inviable su modelo de negocio. Aunque 2023 se presenta mucho mejor, los empresarios ya comienzan a ver un nuevo nubarrón en el horizonte. O más bien, la ausencia del mismo: las posibles consecuencias de una sequía y unas hipotéticas restricciones de agua que, reconoce Almazán, «nos afectarían muchísimo porque nuestra materia prima es el agua y la cogemos de la red».
Y todo, a pesar de que «las fábricas tenemos depósitos y las que menos tienen igual tienen 40.000 o 50.000 litros en 'stock', pero con eso, a lo mejor, no llega ni para medio día de fabricación».
En cualquier caso, ese problema no parece que vaya a ser un dolor de cabeza inmediato en nuestra región. «En la Comunitat Valenciana no creo que vayamos a tener problemas con esta situación. En otros lugares como Málaga, a lo mejor sí. Hablando con fabricantes de la zona sí te comentan que tienen mucho miedo a eso», asegura Almazán.
