Los alicantinos adelantan las compras de Navidad
Los mercados municipales de la ciudad ya bullen de actividad para la mayor campaña del año
Los cuatro mercados municipales de Alicante (Central, Benalúa, Babel y Carolinas) ya bullen de actividad desde principios del mes de diciembre. Los alicantinos, previsores, adelantan las compras de los productos que se servirán en las mesas de Nochebuena y los días grandes de las fiestas para evitar el incremento de precios de las últimas fechas. Una buena estrategia, la de comprar y congelar, para que a nadie pille desprevenido y se peguen un buen susto.
El Mercado Central, el principal de la ciudad, ya se encuentra en plena actividad este puente festivo de la Constitución y la Inmaculada, en el que abrirá este sábado y cerrará el lunes festivo. Los principales puestos de producto fresco, pescados y carnes, afrontan estos días un aluvión de clientes. Muchos de ellos pensando ya en Navidad.
Esta campaña es la más importante del año, donde las ventas de los concesionarios pueden aumentar hasta un 30%, según explica el presidente de la Asociación de Comerciantes de los Mercados Municipales, Paco Alemany. Mientras frutas y verduras se mantienen al mismo ritmo que el resto del año, aun con el extra de los preparados para los cocidos y algunos productos especiales, las colas se agolpan en el resto de puestos.
Entre los que mayor incremento de precios ha sufrido el último año se encuentran los pescados y mariscos, los últimos reyes absolutos de la mesa navideña. «Se ha notado mucho la antelación en las compras ya incluso desde finales de noviembre», explica Rafi, del tradicional puesto Antonia Ortega, fundado por su madre. El encendido color champán de la iluminación ornamental el pasado 21 de noviembre fue el pistoletazo de salida que hizo cambiar el chip a más de uno: oficialmente la Navidad llamaba a la puerta.
A partir de entonces, muchos clientes piden los productos más apreciados, como gambas o quisquillas, para congelar. El precio de la gamba roja a día de hoy fluctúa desde los 112 a los 72 euros, según calibre. Unos precios que hasta se pueden triplicar para el día 24. En otro nivel, los calamares para rellenar son otra opción al estar de temporada y a buen precio. Por eso, muchos congelan o, directamente, se compran «después de Reyes, que bajan los precios, porque marisco hay todo el año», explica una clienta.
En cuanto a las carnes, continúan las tradiciones de cordero y cochinillo como las más demandadas. «La gente quiere ver la mesa llena en Nochebuena», explica uno de los carniceros con más arraigo del Mercado Central, José Abellán. El puesto lo tiene a tope de producto, a lo que se añade los preparado que produce, como pularda rellena. «La llevamos haciendo diez años y es todo un éxito», indica. Son elaboraciones que se pueden congelar y, «si hacen lo que les digo, se consumen como recién hechas», explica este profesional de la carne.
Otro de los puestos que más cola tienen estos días son las panaderías, en búsqueda de los dulces tradicionales como polvorones, rosquillas, manchegos, morenitos o mantecados. Un sector que también sufre las modas y la brecha generacional: «Es verdad que los más jóvenes nos piden panettones y la gente más mayor buscan los dulces más tradicionales», explica Mari Carmen Fenoll, del puesto del mismo nombre, «por eso tenemos que tener de todo, de la mejor calidad».
Este es igual uno de los mejores secretos de los mercados municipales, que muchas personas dejan otros distribuidores que tal vez les pillen más a mano, pero que no dispongan de la variedad y calidad de las lonjas de Alicante. Variedad y proximidad de los productos es lo que buscan los clientes para una cena especial porque, al fin y al cabo, es Navidad.