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Mientras que las lluvias mojan toda la península, la provincia mira con ojos de deseo al resto del territorio. Las continuas borrascas y frentes de poniente que llevan persistiendo en España las últimas semanas están dejando precipitaciones sustanciosas en buena parte del norte y centro ... peninsular.
Situación totalmente contraria a la que se vive en la zona del Mediterráneo. Mientras que en las últimas cuatro semanas, en Galicia se han superado los 800 litros por metro cuadrado en ciertas estaciones del territorio, en la Comunitat no se ha llegado a los 5 l/m2, según explican desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Y es que la situación no parece que vaya a mejorar de cara a las próximas semanas, en las que no se esperan lluvias. Mientras que los embalses están mejorando sus capacidades en buena parte de España, los de la cuenca del Segura se encuentran en una situación delicada.
A principios de noviembre se encuentran al 21,3%, con un total de 240 hectómetros cúbicos. Así lo expone la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), que asegura que la capacidad almacenada este año se diferencia en más de 130 hectómetros cúbicos a la del pasado año, y choca con la media, que se sitúa en 390.
Estado de los #embalses en @chsriosegura a 5 de noviembre.
— Confederación Hidrográfica del Segura (@chsriosegura) November 6, 2023
📉Las reservas contienen 240 hectómetros cúbicos (hm³), seis hm³ menos que la semana pasada.
📊La cuenca del #Segura está al 21% de su capacidad.
💧El #embalse de #Cenajo es el que más agua almacena con 71 hm³. pic.twitter.com/MDveykRG3N
«El inicio del año hidrológico no está yendo nada bien de momento», confirma el catedrático de la Universidad de Alicante (UA) y director del laboratorio climatológico de la insitución, Jorge Olcina, quien asegura que «hemos pasado uno de los octubres más secos de los últimos 30 años en Alicante».
Olcina explica que de no cambiar «radicalmente la cosa para la segunda quincena de noviembre y diciembre, la situación comenzará a ser más delicada para la cuenca del Segura». La falta de lluvias y las negativas previsiones para los meses venideros invitan a los presagios más negros de cara a la agricultura.
Jorge Olcina
Director del Laboratorio Climatológico de la UA
A pesar de la baja capacidad a la que se encuentra la cuenca, tan solo 240 hm3 de los 1.140 hm3 de capacidad que tiene, el experto asegura que los abastecimientos urbanos «están garantizados», aunque avanza que, de no llover en el próximo mes «la confederación tendrá que tomar medidas para el uso agrario».
Parece que la falta de lluvias será una situación que se prolongue los próximos meses. «Los modelos estacionales hablan de un otoño muy seco en Alicante», afirma el también expresidente de la Asociación Española de Geografía, quien remarca que las expectativas de lluvia «no son favorables a corto y medio plazo».
La situación choca con el resto de España. Mientras que octubre de 2023 fue el tercero más lluvioso del siglo XXI en el conjunto de España, según la Aemet, en Alicante ha sido uno de los más secos de los últimos 30 años. Las previsiones de la agencia meteorológica hablan de unos meses donde las precipitaciones estarán «por encima de lo habitual» en el oeste y el centro, pero no en la zona mediterránea, donde subirán las temperaturas.
Jorge Olcina
Director del Laboratorio Climatológico de la UA
El climatólogo indica que estas situaciones de borrascas, «que han dajado mucha lluvia en el norte, aquí no tienen efecto porque llegan sin carga al tener que atravesar la península». Es por ello que las perspectivas no son nada favorables y octubre ha sido muy seco.
La complicada situación que atraviesa el sur de la provincia choca con la existente en el norte de la provincia, con abastecimiento suficiente gracias a la buena salud de la cuenca del Júcar , que supera el 46,5% y tiene almacenados unos 1.322 hectómetros cúbicos, según el Ministerio de Transición Ecológica.
Entre los embalses alicantinos destaca el de Guadalest, que se encuentra por encima del 53%. A pesar del buen momento de la cuenca, todavía está por debajo de los valores registrados el mismo mes de 2022, aunque se sitúa por encima de la media.
La escasez de lluvias están pasando factura a una cuenca que «ha estado viviendo de las rentas de la primavera muy lluviosa que vivimos en la primavera de 2022», explica Olcina, quien asegura que desde entonces «no ha llovido con regularidad y normalidad y ya comienza a notarse el impacto de la sequía».
El campo será uno de los que más notará esta escasez. El director del laboratorio climatológico de la UA indica que «va a empezar a notar esa falta de lluvias porque no hay humedad para el suelo y hay que regar cultivos como hortalizas y cítricos». Otoño debería de ser una de las estaciones más lluviosas del año, pero nada más lejos de la realidad, ya que «está siendo muy malo en este sentido», resalta Olcina.
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