Juan Abril: «El cliente ya no sale tanto, pero cuando lo hace busca lo mejor»
El presidente de la Asociación de Hosteleros de Altea analiza una temporada turística intensa y marcada por el cambio de hábitos del visitante
Altea ha cerrado una de las temporadas turísticas (veraniegas) más concurridas de los últimos años. Las calles, terrazas y playas han vuelto a desbordarse de visitantes y, sin embargo, algo ha cambiado de fondo. Lo perciben quienes están al pie del cañón: los hosteleros. Juan Abril, presidente de la Asociación de Hosteleros y Empresarios de Altea (AHEA), lo resume con una frase que repite varias veces a lo largo de la conversación: «Ha sido un verano raro».
Raro porque ha habido gente —mucha—, pero también porque la forma de consumir, de salir a cenar, de elegir un restaurante, está cambiando. Y ese cambio, aunque no ha golpeado tan fuerte en un destino tan consolidado como la Villa Blanca, sí se deja notar. «La crisis está ahí, y aunque en Altea lo hemos acusado algo menos, se nota», afirma Abril.
El cliente que sale menos, pero busca lo mejor
Una de las transformaciones más visibles es la manera en que el comensal se relaciona con la gastronomía. Ya no se sale tantas veces como antes, pero cuando se sale, se exige. «La gente quiere lo bueno. Antes el cliente no tenía tantos conocimientos; hoy sabe distinguir la calidad y elige muy bien dónde gastar su dinero», explica el presidente de AHEA.
Las estancias más cortas en los hoteles y la preferencia por establecimientos de categorías altas tienen su reflejo en la restauración. «Si antes alguien podía salir cinco veces, ahora saldrá dos, pero va a sitios que le den garantías de producto de primera. Y eso es una tendencia clara desde hace años».
En ese contexto, la apuesta de AHEA pasa por reforzar la excelencia y desestacionalizar el destino a través de la gastronomía. Un objetivo que la asociación ha impulsado con fuerza en los últimos meses recuperando citas consolidadas, como la Semana Internacional de la Gastronomía, y preparando nuevos formatos capaces de atraer público incluso en los meses más tranquilos.
El último ejemplo es un certamen que, en un principio, sorprendió incluso al propio Abril: un evento dedicado a la hamburguesa gourmet. «Yo mismo pensé que quizá no tendría recorrido, pero la hamburguesa se ha convertido en un producto gastronómico de primer nivel en muchos locales. Hay auténticas maravillas con carnes maduradas y técnicas que hace años eran impensables. En algunos sitios comer una hamburguesa hoy es un lujo».
La unión del sector: de verse como competencia a colaborar
Los eventos son solo la parte visible del trabajo de la asociación. La otra, la menos conocida, tiene que ver con la formación, el intercambio de ideas y el acompañamiento entre empresarios. Y ahí, Abril reconoce que la transformación ha sido enorme.
«Cuando empezamos hace tres años, la gente era muy reacia a asociarse. Pensaban que compartir ideas con la competencia era peligroso. Pero eso ha cambiado por completo. Hoy trabajamos juntos, nos apoyamos y compartimos propuestas para mejorar todos. Y eso está dando resultado», asegura.
La cena del tercer aniversario, celebrada hace pocas semanas, sirvió para poner en valor esa nueva mentalidad colaborativa, que ha permitido a AHEA consolidarse como una herramienta útil para la restauración y el comercio de Altea.
Ese espíritu de unidad también ha contribuido a mejorar la relación con el Ayuntamiento de Altea, algo fundamental en un destino donde la desestacionalización ya no es un deseo, sino una realidad. «En verano no hace falta hacer nada para llenar», admite Abril. «Pero lo importante es que la gente venga en otoño, invierno o primavera. Y eso se está logrando porque el Ayuntamiento nos escucha y cada vez hay más colaboración».
El presidente de AHEA es directo y reconoce que no se corta a la hora de reclamar lo que cree que necesita el sector. «Yo se lo digo todo, sin filtros. Pero también es cierto que ahora sí nos escuchan y eso se nota en los avances que estamos viendo en Altea».
Los próximos meses llegarán cargados de actividad. AHEA ya está cerrando los eventos gastronómicos que protagonizarán el año 2025, siempre con una premisa clara: que participen todos. «Siempre he pensado que la asociación debe trabajar para todos: bares, restaurantes, cafeterías… todos».
Además, el equipo trabaja en un proyecto para 2026 del que Abril no puede dar detalles, pero que define como «muy ambicioso» y con potencial para convertirse en un referente más allá del municipio. «Si podemos sacarlo adelante, dará mucho que hablar».
Dirigir una asociación en un pueblo tan diverso como Altea implica entender que cada zona tiene sus necesidades: el Casco Antiguo, el centro, la costa, Altea La Vella o Campomanes. «Las problemáticas generales las compartimos, pero cada área tiene sus peculiaridades. Por eso siempre he querido que la directiva tenga representación de todas las zonas. Así estamos al día de lo que ocurre en cada lugar y podemos reaccionar con soluciones adecuadas».
Abril insiste en algo que siente casi como un mantra: «No quiero ser el presidente de unos, quiero ser el presidente de todos».