Gestionar y pagar impuestos mediante inteligencia artificial ya es posible

La eclosión de la Inteligencia Artificial en nuestra sociedad en el último año ha supuesto una revolución en el uso de las tecnologías en multitud de ámbitos. La IA generativa, de la mano de herramientas como ChatGPT4, ha demostrado ser de suma utilidad para todos, pero como ocurre con todos los avances de la sociedad, estamos ante un doble rasero. La euforia contrasta con la preocupación de usuarios y autoridades.

En este sentido, es innegable el cambio que la IA puede llegar a suponer para la sociedad. Tan grande como, quizás, el cambio que supuso la generalización de Internet en los años 90.

El cambio irá sucediendo poco a poco e irá pasando de un sector a otro. Mientras tanto, organizaciones, entidades y empresas ya comienzan a implementar la inteligencia artificial en su día a día. Es el caso del organismo tributario Suma, que ya ha comenzado a aplicar un primer nivel de esta técnica en algunos de sus procesos administrativos.

En concreto, Suma ya dispone de 20 trámites en su página web que se resuelven sin ningún tipo de intervención humana y con todas las garantías de seguridad jurídica. En lo referente a las sanciones administrativas, desde Suma ya emplean el reconocimiento de matrículas de vehículos para la gestión de boletines de denuncia, cuya geolocalización automática permite elaborar mapas de predicción de áreas con altos índices de infracción. Esto ya supone una mejora sustancial para los ayuntamientos a la hora de mejorar la seguridad vial.

Pero no se queda ahí. Desde Suma indican que «ya se están usando técnicas de detección de construcciones no declaradas mediante análisis avanzados que utilizan la IA y técnicas de Deep Learning». Esta herramienta realiza fotografías aéreas de distintos territorios, lo que aumentará la recaudación del Impuesto de Bienes Inmuebles.

Suma también desarrolla líneas de investigación para mejorar la atención al ciudadano. La primera es la revisión del actual chat humano. El objetivo es dotar de inteligencia a un asistente virtual avanzado (financiado con Fondos Next Generation), lo que permitirá ampliar su horario de servicio, así como aprovechar el capital humano para la gestión de trámites más complejos.

Además de eso, la idea es que la Inteligencia Artificial pueda interpretar los documentos que el ciudadano aporta a sus gestiones (instancias, certificados, escrituras…), de manera que la solicitud «llegue más rápido a la unidad que debe devolverla e incluso, en una fase más avanzada, la gestión se resuelva en el acto», precisan desde Suma.

Sobre el avance que supone la IA, indican que el camino «acaba de empezar» y que su campo de aplicación es «muy amplio», lo que supone «un reto y una oportunidad a la hora de encauzar su uso con la inteligencia humana y conseguir que los servicios públicos den un salto cualitativo».

El paso siguiente de Suma será la elaboración de documentos pre-redactados mediante IA que faciliten al contribuyente cualquier trámite.

Desde Suma, indican que el sector público ha visto «el gran potencial de esta tecnología». La IA, en ese sentido, «es una oportunidad para la evolución y mejora de los servicios a la ciudadanía, para crear modelos predictivos que ayuden a prevenir y reducir el fraude fiscal y también debe contribuir a garantizar el cumplimiento de las obligaciones tributarias y el ejercicio de los derechos a los contribuyentes».

Hablan también de «la necesidad de superar el patrimonialismo en torno a la gestión de los datos e impulsar su compartición, de forma colaborativa, entre todos los entes de las diversas administraciones». Se trata del procesamiento de documentos, detección de patrones (conductas inadecuadas) y atención ciudadana (asistentes virtuales), poniendo el énfasis en la importancia de la ética y la transparencia en la gestión de los datos.

Sobre las condiciones que una administración pública debe respetar a la hora de utilizar la IA, Suma indica que se requiere «cierta madurez en las organizaciones y no solo desde el punto de vista de la tecnología, sino sobre todo en lo que respecta al factor humano».

Proponen otras condiciones como contar «con profesionales en analítica, ciencia o visualización de datos», «indicadores medibles del avance para evitar el despilfarro» o «la simplificación de procedimientos y terminología para facilitar el entendimiento de las gestiones administrativas».

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