Felipe Orts, subcampeón de Europa: «Quería aportar mi rayito de luz a tanta gente»

A Felipe Orts le habíamos visto en el pasado superar circunstancias personales terribles en competición. Hace ahora un año, en Loenhout, Orts se subía al podio junto a Mathieu Van der Poel roto de dolor y sin evitar poder romper a llorar sin que, al menos en ese momento, nadie (salvo su entorno más próximo) supiera el motivo. Apenas unos momentos después de bajar de aquel podio, Orts sorprendía al mundo al desvelar que sólo unas horas antes de tomar la salida había conocido la muerte de su tío y que, pese a ello o, quizás en homenaje a él; había querido dar lo mejor de sí.

Algo similar sucedió este domingo en Pontevedra, donde se disputó el Campeonato de Europa de ciclocross al que Felipe Orts acudía como claro jefe de filas de la selección española. El de La Vila Joiosa ya había venido avisando, en sus seis carreras previas, del gran estado de forma con el que había llegado a esta primera parte de su campaña invernal, pero ni el más optimista de sus seguidores podía prever lo que el ciclista alicantino estaba por hacer.

Orts fue uno de los grandes responsables del bronce que obtuvo la selección española en la prueba de relevos del sábado; pero lo mejor llegaría en la gran cita del fin de semana: la carrera Élite masculina. Allí, con los mejores ciclistas del mundo (el ciclocross es una disciplina eminentemente dominada por el Viejo Continente y, especialmente, por belgas y neerlandeses) presentes, todos sabían que Felipe Orts era una de las ruedas a vigilar.

Y eso quedó demostrado desde el arranque mismo de la carrera. Ya en la primera curva Orts se colocó entre los tres primeros puestos, una posición que no perdería en toda la jornada. Y fue él quien, mediada la prueba, lanzó el movimiento que terminaría por ser definitivo.

Fue en la quinta vuelta cuando un brutal cambio de ritmo hizo explotar al todavía numeroso grupo de corredores que se aferraba a los primeros puestos y que, tras ese demarraje, quedó reducido a tres: Felipe Orts y los belgas Thibau Nys y Eli Iserbyt.

Iserbyt fue el primer en ceder, dejando al hijo de 'El Caníbal de Baal' en la sola compañía de un Orts absolutamente desatado que hizo todo lo posible por deshacerse de la incomodísima compañía del jovencísimo corredor belga, llamado a seguir la estela de su padre, que hasta la llegada de los Van der Poel y Van Aert fue el mejor especialista invernal de la historia.

Ambos entraron juntos en la última vuelta y fue sólo entonces cuando Nys pudo hacer valer esos pequeños gramos más de fuerza para hacerse con el título de campeón de Europa y dejando a Felipe Orts con una muy dulce medalla de plata por delante de Eli Iserbyt, que se tuvo que conformar con el bronce.

Fue ya en el podio, cuando las pulsaciones comenzaron a bajar, cuando Orts dejó escapar toda la emoción que había estado conteniendo a lo largo de un fin de semana en el que siempre le acompañó, enganchado a su maillot a la altura del corazón, un lazo negro en memoria de las víctimas de la DANA.

Allí, en el podio y sin poder disimular su profunda emoción, Orts no dudó en dedicar a los afectados por la DANA el gran logro obtenido. «Creo que este va a ser el único momento de alegría para mucha gente en muchos días», afirmó el vilero, que se dijo orgulloso de «aportar mi rayito de luz para que a mucha gente se le haya podido olvidar, aunque sea por un muy breve momento, lo que están pasando».

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