La desalinizadora de Benidorm saldrá a licitación antes del fin de 2026
El Consorcio de Aguas de la Marina Baixa prevé iniciar el proceso tras resolver las alegaciones y avanza en su plan para garantizar el suministro comarcal
El Consorcio de Aguas de la Marina Baixa ha confirmado su intención de iniciar la licitación de la planta desalinizadora de Benidorm antes de que finalice el año 2026, según se ha puesto de manifiesto durante la sesión extraordinaria de su Junta General, celebrada este martes en la ciudad.
En el encuentro se abordó el estado de tramitación de la nueva infraestructura, clave para el futuro del abastecimiento hídrico en la comarca. Uno de los puntos principales fue la anulación y reactivación del proceso de licitación de la redacción del proyecto técnico de la planta.
El director técnico del Consorcio, Jaime Berenguer, explicó que la licitación (iniciada el pasado 9 de septiembre con un presupuesto de 594.385,48 euros) tuvo que paralizarse temporalmente tras la alegación presentada por una empresa sobre uno de los criterios de adjudicación. Para evitar un retraso de hasta seis meses, el Consorcio optó por retirar el criterio conflictivo y reactivar la licitación apenas unos días después.
«Ya se ha subido de nuevo a la Plataforma de Contratación del Estado tras eliminar el punto problemático, y ahora solo se valorará la experiencia profesional», detalló Berenguer. El alcalde de Benidorm y presidente del Consorcio, Toni Pérez, respaldó la decisión, calificándola de «correcta desde el punto de vista técnico».
El Consorcio prevé disponer del proyecto técnico a lo largo de 2025 para poder lanzar la licitación de la obra antes de finalizar 2026. La inversión total estimada rondará los 25 millones de euros, aunque será el documento definitivo el que determine el presupuesto final.
El modelo de financiación ya está definido: la Conselleria asumirá el 50% del coste, la Diputación de Alicante el 25% y el Consorcio de Aguas el 25% restante. La futura desalinizadora tendrá una capacidad prevista de seis hectómetros cúbicos, una cifra que permitirá reforzar el abastecimiento de toda la Marina Baixa y garantizar el suministro en periodos de sequía.
Durante la sesión, Berenguer también presentó el informe de situación del abastecimiento comarcal, en el que subrayó que la Marina Baixa se encuentra actualmente en situación de alerta por sequía. Según detalló, la disminución de los recursos hídricos responde al cambio climático, los resguardos impuestos por el Ministerio y los caudales ecológicos fijados por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).
Los resguardos —explicó— limitan los volúmenes máximos de agua almacenados en los embalses en función de la probabilidad de lluvias, reduciendo su capacidad útil. Además, criticó que la CHJ haya establecido caudales ecológicos obligatorios en los ríos Guadalest y Amadorio, «a pesar de que son ríos rambla».
Ante esta situación, el Consorcio ha presentado un recurso ante el Tribunal Supremo para revocar esta exigencia, dado que «supone la pérdida de casi tres hectómetros cúbicos de agua», apuntó Berenguer.
El responsable técnico recordó que, mientras se desarrolla la desalinizadora, la Marina Baixa seguirá dependiendo de los aportes de la conducción Rabasa-Fenollar-Amadorio en 2026, un sistema que ha permitido mantener la estabilidad del suministro durante los últimos años.
La futura planta de Benidorm se configura así como una infraestructura estratégica para el futuro hídrico del territorio, no solo por su capacidad de producción, sino por su papel en la autonomía y sostenibilidad del sistema de abastecimiento comarcal.