Benidorm lleva El Prado a la playa de la mano de Velázquez y Goya

El tecnohito hace centellear su pantalla circular lanzando destellos de luz en todas direcciones mientras a sus pies dos hombres discuten entre ellos sobre su propia grandeza y la de otros genios de su mismo gremio que, al menos en esta ocasión, no han despertado de su descanso eterno para visitar las calles de Benidorm. Alrededor de ellos, varias decenas de personas se arremolinan para asistir, entre divertidas e interesadas, a sus explicaciones.

Son Francisco de Goya y Diego Velázquez. El primero lleva casi 200 años muerto. El segundo yace bajo tierra desde hace casi 400 años. Su carne se convirtió en polvo hace ya mucho tiempo, pero su inmortalidad la mantienen a buen recaudo en lugares como el Museo Nacional del Prado, la pinacoteca impulsada en su día por Isabel de Braganza, segunda esposa de Fernando VII (a quien, por cierto, Goya odiaba en una animadversión mutua que no impidió que el genio aragonés mantuviera el puesto de retratista real desde los tiempos de Carlos IV) donde se exponen algunas de sus obras cumbre.

Unas obras que ahora y durante todo el mes de octubre se pueden contemplar, al menos en parte, en la exposición 'El Prado en las calles', una gira pictórica que ha visitado ya varias ciudades de España y que ha recalado en Benidorm donde cada fin de semana, en tres pases distintos, dos actores dan la bienvenida a sus visitantes con ese diálogo que jamás insistió entre dos de los más grandes artistas de nuestra historia.

¡Ojo! No es una visita guiada. Ni Velázquez ni Goya acompañan al visitante a lo largo de la exposición. Su misión es otra. Durante algo menos de media hora explican, con anécdotas y giros cómicos, momentos clave de sus vidas y las de otros genios de la pintura así como de los monarcas a los que ambos sirvieron.

A lo largo de la avenida del Mediterráneo y hasta el próximo 27 de octubre, 50 paneles fotográficos a escala real ofrecen un recorrido a través de la historia del arte occidental y de nuestro país de la mano de grandes maestros de la pintura como los propios Goya y Velázquez así como de los Rubens, Durero, Rembrandt, El Bosco o Caravaggio.

Una exposición que ofrece un paseo al aire libre entre las grandes escuelas pictóricas que conforman la colección del Museo Nacional del Prado. Entre aspectos destacables están los paneles informativos bilingües (inglés y español) de cada una de las obras, así como códigos QR que aportan más datos sobre la historia de la pinacoteca y sus colecciones.

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