Alicantinos ante el colapso del voluntariado para ayudar a los afectados de la DANA

Jordi y Jose son dos de los miles de personas que se han sumado a la marea de voluntarios para ayudar a los afectados por la DANA. Ambos muestra vidas paralelas, el primero, alcoyano, vive en la capital del Túria desde hace años; el segundo, nacido en Paiporta, es vecino de Alicante.

Este último se ha visto en la necesidad de ir a socorrer a los vecinos de su ciudad natal, la que posiblemente sea el epicentro de esta catástrofe natural. El pasado miércoles empezó una recogida de material humanitario que le ha permitido cargar una furgoneta entera, y con la que en apenas 24 horas ya había partido hacia la zona 0 de la devastación.

Jose asegura que las autoridades le impidieron el paso inicialmente a la entrada de Paiporta, y es que la circulación y acceso a las zonas afectadas se ha visto restringida durante las últimas horas. Sin embargo, reconoce que gracias a sus contactos en la localidad consiguió acceder con su cargamento de ayuda.

Desde entonces, ha estado repartiendo víveres y ayudando en las tareas de limpieza hombro con hombro con sus antiguos convecinos. «La situación es caótica y el operativo de emergencias está algo descoordinado. Los militares no llegaron hasta ayer viernes», explica este alicantino de adopción, quien puede dar gracias de no haber perdido a ningún familiar fruto de la riada. «Un amigo mío no ha tenido tanta suerte; fallecieron su padre y su tío».

Por su parte, Jordi ha sido uno de los miles de voluntarios que se ha presentado este sábado en la Ciutat de les Arts i les Ciéncies de la capital del Túria, lugar elegido por la Generalitat para coordinar todo el torrente de solidaridad. Esa ingente cantidad de voluntarios ha desbordado posiblemente todas las previsiones, dando pie a largas esperas antes de que se les pudiera enviar a los municipios necesitados de ayuda.

En el caso de este alcoyano, la espera para subir al autobús hubiera podido ser mayor de no ser porque la pareja de Jordi -con la que ha ido a prestar ayuda- es personal sanitario, y por tanto han priorizado la incorporación de ambos al operativo.

«Nos han llevado de un sitio a otro. Ha ido todo muy lento. Nos daba la sensación de estar haciendo un 'tour' en autobús. Era bien entrada la tarde y aún teníamos los zapatos limpios. Inicialmente nos iban a llevar a Alzira, pero ha habido un cambio de planes y hemos acabado en Algemesí», apunta Jordi, ciudad a la que han llegado poco antes de las 14 horas para empezar con sus labores de ayuda.

Hay otros que todavía esperan su oportunidad de partir hacia Valencia para ayudar. Es el caso de alrededor de un centenar de scouts alicantinos, que pretenden partir el próximo fin de semana repartidos en autobuses. La presidenta de los scouts de Alicante, Paula Corbalán, admite que es necesario «coordinar toda muestra de ayuda con las autoridades para no entorpecer el operativo de emergencias», por lo que junto a sus compañeros, se mantiene a la espera de que se les autorice su marcha hasta la zona afectada.

A la espera de que eso ocurra, han trabajado de manera coordinada desde este viernes con el Ayuntamiento de Alicante y Mensajeros de la Paz-Comunidad Valenciana en el centro de tecnificación deportiva de Alicante, recepcionando y clasificando las cerca de 70 toneladas de material humanitario que han tenido a bien donar los alicantinos en poco más de 24 horas.

Aficionados del Hércules también se han desplazado para ayudar en la devastada zona 0 por la DANA, en este caso convocados por la peña El Bombo. Cerca de 60 herculanos, entre los que se encontraban policías nacionales, militares y guardia civiles fuera de servicio, han colaborado con vecinos y otros voluntarios para que se recobre la normalidad en los pueblos azotados por la riada.

Divididos en dos grupos, han repartido víveres recolectados en Alicante y han colaborado en la limpieza de calles y viviendas. Emilio, uno de los integrantes de la peña, resalta el gran recibimiento del que han gozado por parte de los afectados, así como el espíritu de hermandad que se ha fraguado con las peñas de aficionados de los principales equipos de la capital del Túria.

«Si había alguna rivalidad entre nuestras aficiones, ha llegado a su fin después de esto», reconoce el peñista, quien también asegura haber recibido durante este sábado reiteradas llamadas del propietario del club, Enrique Ortiz, quien ha puesto a disposición de los voluntarios toda la ayuda necesaria.

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