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Ramón corta una pieza de carne en su carnicería. Miriam Gil Albert
Ramón, el carnicero 'youtuber' que puedes encontrar en Alicante

Ramón, el carnicero 'youtuber' que puedes encontrar en Alicante

Su canal de Youtube acumula más de 30 millones de visualizaciones y 92 mil seguidores de todo el mundo | Este artesano es la cuarta y última generación dedicada a la carnicería

Lunes, 7 de agosto 2023

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Siempre dice que nació detrás del mostrador de la carnicería. En su caso no es solo una metáfora. Su madre dejó de atender justo para dar a luz en la trastienda. Así que lleva toda una vida entre piezas de ternera, muslos de pollo y preparados. Y es que Ramón Cortés ha hecho del corte de la carne un arte y de su profesión un canal de Youtube -La carnicería de Ramón- que acumula más de 30 millones de visualizaciones y 92 mil seguidores.

Y lo ha hecho todo desde su local en la calle Pintor Gisbert de Alicante. La carnicería de Ramón ha llegado a todos los rincones del mundo. Especialmente los de habla hispana. «Somos el primer canal de carnicería de habla en español a nivel mundial», explica orgulloso su 'alma mater', Ramón.

Porque fueron pioneros, de los primeros canales de corte de carne, y todo por casualidad. «Tuve a un sobrino de aprendiz durante un año y cada vez que le explicaba una cosa me grababa un vídeo para estudiarlo en su casa. En aquel momento los móviles se llenaban enseguida y me propuso colgarlo en Youtube como una especie de archivo para nosotros: 'Total, no lo va a ver nadie', y de pronto ha explotado», explica este carnicero.

Detalles de la carnicería de Ramón. Miriam Gil Albert
Imagen principal - Detalles de la carnicería de Ramón.
Imagen secundaria 1 - Detalles de la carnicería de Ramón.
Imagen secundaria 2 - Detalles de la carnicería de Ramón.

Porque su canal se ha convertido justo en lo que buscaba su sobrino, una enciclopedia donde aprender una profesión en la que cada vez quedan menos artesanos. Ramón es la cuarta generación de carniceros, la tercera en Alicante desde que sus abuelos llegaran desde su Sella natal, donde ya se dedicaban al corte y preparado de carnes. Y será la última, puesto que sus hijas no continuarán con la tradición familiar y, justo por eso, su canal de Youtube representa su legado al mundo de la carnicería.

«El éxito de los vídeos viene porque cualquier persona jóven que empieza los ve y alucina, no se cree que antes se hicieran así las cosas», explica Ramón. «Antes había grandes artesanos, ahora los carniceros somos mucho más abrebolsas que otra cosa. Las piezas te llegan del matadero cortadas rápido y envasadas al vacío y tu solo tienes que abrirlas. El éxito ha sido trasladar esa artesanía al mundo entero», añade este tendero que adora su profesión.

«Mi primer recuerdo en la carnicería es de cuando tenía 7 u 8 años que me sentaban en una sillita en la carnicería con unos cuchillos pequeños y me ponían a jugar a quitarle la grasa al pollo»

Ese saber hacer y esa experiencia que solo dan 48 años de oficio -«incluso en la mili fui carnicero» reconoce Ramón- pero que empieza mucho antes. «Mi primer recuerdo en la carnicería es de cuando tenía 7 u 8 años que me sentaban en una sillita en la carnicería con unos cuchillos pequeños y me ponían a jugar a quitarle la grasa al pollo», recuerda este hombre al que apenas le quedan 22 meses para jubilarse.

La carnicería es un oficio que ha cambiado mucho en estos 50 años, «y más que va a cambiar», dice Ramón, aunque reivindica con vehemencia ese 'saber hacer' del artesano que tiene su profesión y que él intenta transmitir en sus videos. «Son una ventana al mundo, una oportunidad que ni mis padres ni mis abuelos tenían -explica-, en Sudamérica tenemos una legión de seguidores».

«Lo que hago con los vídeos es dejar un legado, no quiero que mi experiencia se pierda por el camino y quiero que lo aproveche quien quiera». Y es que sus vídeos se usan en escuelas de carnicería o en talleres. Y en algunos casos incluso ha grabado videos 'ex profeso' para algún grupo de estudiantes dándoles consejos o ánimos. Incluso le han llamado de la escuela de Arzak, ha dado conferencias a compañeros carniceros o clases en Mercalicante.

Ramón corta una pieza de pancerta. Miriam Gil Albert

El canal de Ramón es una biblioteca cárnica con más de 250 vídeos. Una enciclopedia del oficio de carnicero de la que también se nutren profesionales de todo el mundo. «Los mensajes de agradecimiento se cuentan por miles, de España, Sudamérica o incluso algunos en ruso, chino o árabe, uso el traductor para contestar», explica. «Me guardo las capturas de los que más me emocionan, me llegan al corazón», reconoce.

Algunos de esos tutoriales superan los 6 millones de visualizaciones, en concreto uno sobre el despiece de un cuarto trasero de ternera y otro sobre un elaborado. Pero en su canal hay de todo, desde su receta de cachopos hasta cómo afilar y mantener los cuchillos. Una variedad que reconoce que atrae a un público muy variado: jóvenes que empiezan en la carnicería, compañeros que pueden descubrir nuevas técnicas, amas de casa o incluso personas a las que les relaja ver y oír a Ramón explicar sus trucos en la carnicería.

Elaborando las pelotas de cocido en la trastieda. Miriam Gil Albert

Como en casa, como antes

Entrar a la carnicería de Ramón es viajar a cuando la comida era casera, la carne tenía textura y sabor propios y las madres y abuelas dedicaban parte de su día a preparar la comida para toda la familia.

Es justamente de su abuela de la que Ramón aprendió a elaborar los preparados que ahora también venden en su carnicería. Canelones, callos, embutidos, todo como lo hacía la matriarca de la familia, Consuelo García, que era la que cocinaba mientras la madre del carnicero, Asunción Barrera, atendía en el mostrador.

«A mí me gustaba mucho ver a mi abuela cocinar e iba aprendiendo. Ahora hacemos los canelones exactamente igual que los hacía ella o las pelotas como si las fuéramos a cocinar en casa. Nadie puede competir con eso, con la comida artesana y casera», expone Ramón sobre lo que considera la clave del éxito de un negocio que lleva desde 1932 en funcionamiento. «La gente nota el sacrificio y el tiempo que le dedicamos a nuestras elaboraciones, es un trabajazo, pero nuestra obsesión por la excelencia nos hace no aflojar, es nuestra forma de ser», narra este artesano que nació detrás del mostrador de la carnicería.

Pero para él la mayor recompensa es el reconocimiento que le ha aportado el canal. «Estamos poniendo a Alicante en el mapa», señala, en un año en el que la ciudad le ha reconocido con el Premio ciudad de Alicante al comercio del año. «Para mí, el mayor orgullo es verme en el escenario del Teatro Principal rodeado de los compañeros de Alicante».

Una satisfacción personal que reconoce que no se paga con dinero: «Esto nadie me lo va a quitar, te levanta la autoestima y el ego hasta el cielo porque sabes que estás ayudando a mucha gente», subraya Ramón, quien todavía se sorprende de su éxito con más de 60 años y a punto de rozar la jubilación. «Siempre decíamos que a nosotros nunca nos iban a hacer un homenaje porque no somos policías o políticos, pero nos ha llegado. Es algo increíble y que nunca olvidaré», explica este carnicero.

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