La plantilla del albergue de personas sin hogar de Alicante protesta por el nuevo pliego

Con gritos de «Begoña León, asómate al balcón», los trabajadores del Centro municipal de Acogida e Inserción para Personas Sin Hogar (CAI) han exigido a la concejala de Bienestar Social que se acercara a hablar con los manifestantes que este jueves se han concentrado en la avenida de la Constitución para protestar por el nuevo pliego de la contrata.

La concentración es una de las primeras protestas de la plantilla del CAI y ha contado con la participación de buena parte de los trabajadores y un centenar más de personas, según han informado los sindicatos. El marco de fondo es el nuevo pliego de la contrata que los empleados consideran que «no respeta el derecho a ser subrogados» y «supone un recorte en el servicio y la atención a las personas sin hogar de Alicante».

Uno de estos usuarios, Félix, actualmente está en el programa de inserción del centro, con lo que es uno de los alojados de larga estancia. Él ha afirmado que «los recortes son un impedimento en nuestro intento de volver a nuestra vida normal». Así este usuario se suma a los trabajadores en reclamar el mantenimiento de la lavandería, la enfermería, el ropero o la consigna y crítica que reducirlos «va a suponer un problema más que gordo para las personas en situación de calle».

Estos son justamente algunos de los puestos que los trabajadores reclaman que se mantengan como están. Según han expresado desde Comisiones Obreras L'Alacantí-Les Marines, esta nueva contrata «elimina servicios clave como cocina, enfermería, programas de inserción, mantenimiento o ropero con, al parecer, el único objetivo de abaratar la, ya de por sí insuficiente, atención a las personas sin hogar en la ciudad».

Para los sindicatos, además, el pliego elimina la subrogación de la plantilla «lo que llevará, de hecho, el despido de 35 profesionales». Pero además también denuncian que modifica el convenio colectivo de referencia «por otro que supone salarios más bajos y notables pérdidas de derechos laborales, y reduce el presupuesto del servicio, lo que provocará una caída en picado de la calidad asistencial».

Durante la concentración se ha mostrado el rechazo a que la concejala «deje en la calle a una plantilla fundamental en la que hay personas con hasta 22 años de antigüedad». Eslóganes muy repetidos han sido «El CAI no se vende, el CAI se defiende» o «Este ayuntamiento recorta los ingresos» en referencia a la capacidad del centro de atender a más personas de una manera más eficaz.

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