Los comercios de Alicante se convierten en refugios climáticos

¿Cuántas veces has accedido a una tienda a mirar, pero no a comprar? Esta situación es bastante común en los comercios a pie de calle, donde se ve a grandes masas de gente que contempla, de forma desinteresada, productos que no se llevarán.

En ocasión, estas personas pasan largos periodos merodeando por las tiendas sin un fin claro. El último de los motivos, una huida de la ola de calor que estos días azota la provincia de Alicante y espera a los ciudadanos y turistas en plena calle.

Pasear por la ciudad, durante las horas centrales del día, es una tarea complicada durante este segundo episodio de calor intenso. Por ello, jóvenes y turistas han aprovechado los comercios de la ciudad para resguardarse. Es en su interior donde el aire acondicionado brinda un refugio climático para ellos.

«Salir de casa a estas horas es morirse», reconoce José, un alicantino que merodeaba por una de las tiendas de Alicante. «O te metes en un sitio o no puedes estar por ahí», menciona mientras reconoce que su paso por el establecimiento viene dado porque «aprovechaba para acompañar» a sus hijos a ver libros.

También los hay que salen a las calles para ir directamente a comprar. Eso sí, el sofocante asfalto hace que permanezcan más tiempo en los establecimientos de Alicante. De este modo, no solo contribuyen económicamente, sino que también se resguardan de las altas temperaturas de la ola de calor.

«Tenía que comprar un regalo y he aprovechado que pasaba por aquí, encima tienen aire», destaca una de las jóvenes que recorría El Corte Inglés de Federico Soto. «Estar en la calle es imposible», resalta otra joven que durante su visita ha dado uso al bono cultural. «Ya de paso lo utilizo».

Asimismo, son múltiples los turistas que pasean por los pasillos de establecimientos como Casa del libro o Fnac. Algunos incluso aprovechan sus butacas para sentarse a leer un rato, echando así la mañana.

Hay otros que prefieren no estar bajo techo y aprovechan para darse un chapuzón en la playa. Eso sí, las altas temperaturas se pueden convertir en una tortura durante la ola de calor, por ello sacan las sombrillas o las alquilan con tumbona incluida. Con todo, son muchos los que descartan esta idea y prefieren buscar opciones como las tiendas convertidas en refugios climáticos para pasar la jornada.

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