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Manifestación contra la Ley de Bienestar Animal, realizada en febrero en Madrid. EFE
El Congreso aprueba la 'Ley de bienestar animal' pero rechaza las enmiendas del Senado

El Congreso aprueba la 'Ley de bienestar animal' pero rechaza las enmiendas del Senado

La 'ley bulo', como la bautiza el PSOE, no satisface a ninguno de los partidos, ni los que estaban a favor ni los que estaban en contra, y entrará en vigor con reproches de ceder ante el «lobby de la caza»

Jueves, 16 de marzo 2023, 13:36

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La 'ley de bienestar animal' se aprobó en el Congreso, después de votar las enmiendas enviadas por el Senado, con la insatisfacción de la mayoría de grupos, incluso los que apoyaban la norma y que este jueves votaron las enmiendas del Senado. El descontento con la ley quedó reflejado en el rechazo por mayoría (176 versus 161) a todas las enmiendas de la Cámara Alta, por lo que ha quedado ratificado el texto inicial, que se aplicará a partir de su publicación en el BOE. Hay todavía lagunas por aclarar debido a la inexistencia del «listado positivo de especies», un pilar para su puesta en práctica.

Los socios mayoritarios intentaron desmontar los argumentos con los que se desacreditaba la redacción de un texto que había logrado poner en el mismo bando a los científicos y a los negacionistas, en contra de una ley que privilegia las colonias de gatos callejeros o envuelve en un mismo concepto, el de «animales vertebrados», a perros y topillos, éstos últimos de gran preocupación para el PP, que planteó una hipotética plaga en el campo para mostrar el lado oscuro de la ley.

Unos «efectos indeseados», según la diputada Milagros Marcos Ortega. «Qué hacer ante las plagas de conejos. ¡Todos son vertebrados!». La diputada repasó los artículos que daban pie a las hipérboles sobre el riesgo de aprobar la 'ley de bienestar animal'. Por ejemplo, el 340 bis, que estipula «seis meses de cárcel por matar ratas»; el 21.4, de protección a colonias felinas, que son «centros de transmisión de enfermedades a los humanos» y atenta contra la biodiversidad; o la derogación del 337, que perseguía, a su juicio, la zoofilia.

Bulos y más bulos, según el Partido Socialista que junto a Unidas Podemos intentó desmontar algunos de los más repetidos. A lo escrito negro sobre blanco en el papel certificado hoy por el Parlamento, como las penas por matar «animales vertebrados», el PSOE propuso contraponer esta ley a otras ya existentes. ¿Cuestiones que surjan sobre especies cinegéticas? «Ir a la legislación de la caza», expuso Gemma Araujo. ¿Multas por matar ratas? «Ir a la normativa de salubridad». Son, a su juicio, «interpretaciones torticeras» del concepto de «animal vertebrado». Desde la bancada socialista también se denunció una «agenda oculta de la ultraderecha» con el propósito de frenar la protección de los animales.

Ni siquiera los otros socios de Gobierno, a excepción de Unidas Podemos que siguió la línea de confrontación con la derecha, se mostraban contentos. Desde ERC denunciaron la «paradoja» de la ley: «el que maltrata animales seguirá haciéndolo y el que los cuida tendrá más responsabilidades», aseguró el diputado y veterinario Joan Capdevila. «No pudieron con la presión del lobby de la caza». La reforma consiguiente del Código Penal para adecuarlo a la nueva ley también se antoja un retroceso para estos socios: «el de Rajoy era más estricto. Ahora el maltratador se irá de rositas con solo pagar una multa».

Del BNG mostraron su contrariedad por la exclusión de la tauromaquia y la sobreprotección de las «colonias felinas»; y de Equo señalaron el poder del «lobby de la caza» para torcer un proyecto que ahora que se aprueba es una «decepción», y en la que se escucharon las posiciones de los expertos cuando ya había «pasado el plazo de enmiendas». Los socios nacionalistas coincidieron en que el Ejecutivo quería invadir competencias de las Comunidades Autónomas.

Desde Unidas Podemos se admitió, en un arrebato de su portavoz Juan López de Uralde para contrarrestar el bulo de que se decomisarían las tortugas y aves exóticas que ya son mascotas, que la ley está incompleta y que su verdadero alcance, así como sus posibles resistencias sociales, está por determinar, al no haber incluido el «listado positivo» de especies. «Ni siquiera está aprobado», dijo. En el otro extremo, Vox prosiguió con su abigarrada prosa y su estrategia de comparar bebés y cachorros. La intervención de Ángel López-Maraver provocó el único momento de tensión en el Hemiciclo, cuando desde Unidas Podemos interrumpieron a gritos con un «se nos acusa de pederastia» para pedir el borrado de unas líneas del acta.

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