Pérez Llorca, este jueves, durante el debate de investidura. Efe

Los desafíos de Pérez Llorca al frente de la Generalitat: reconstrucción, crispación y elecciones en 17 meses

Tomará posesión de su cargo el martes y nombrará a su Consell

Viernes, 28 de noviembre 2025, 07:25

No se sabe muy bien si Juanfran Pérez Llorca ha estado en el sitio adecuado en el momento oportuno, si es un hombre con suerte o si ha sido el más listo de todos, el que mejor ha sabido moverse. El caso es que ha pasado en una década de entrar como alcalde al Ayuntamiento de Finestrat a ocupar el cargo de Molt Honorable President de la Generalitat Valenciana, después de sumar este jueves los votos de Vox al apoyo del Partido Popular para suceder en el puesto a Carlos Mazón.

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El exjefe del Consell fue quien confío en Pérez Llorca al convertirlo en su mano derecha, primero como secretario general del PP de la provincia de Alicante y, después, de la organización regional. Todo ello en seis años frenéticos, puesto que no tenía experiencia autonómica ninguna. Y ahora gobernará desde Vinaroz a Pilar de la Horadada, la cuarta autonomía de España en PIB en un territorio con más de cinco millones de personas.

Desde este puesto como secretario general, Mazón encargó a Pérez Llorca todo tipo de misiones: desde confeccionar las listas municipales a negociar el acuerdo de investidura 'exprés' de 2023 que tantas suspicacias sigue levantando en Génova.

Por encima de Catalá

Sin embargo, Pérez Llorca ha podido con todo. Desde la desconfianza de su propia organización, que prefería a María José Catalá como candidata, a las negociaciones con un Vox crecido, que no ha dudado en tumbar gobiernos como el de Extremadura.

A nivel interno se ha mostrado hábil en el diálogo y en moverse con acierto a nivel orgánico. Pero la presidencia de la Generalitat Valenciana es otra cosa. Pérez Llorca asume un reto mayúsculo, ya que coge la Comunitat en uno de los peores momentos de su historia tras la dana del 29 de octubre de 2024.

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La reconstrucción de la provincia de Valencia es, sin duda, su primer objetivo, para lo que es necesaria también la colaboración con el Gobierno central. Conoce la necesidad de «tender puentes que se han roto», en la relación con el Ejecutivo socialista en plena confrontación con los populares en todos los ámbitos. Un reto mayúsculo, al que se une su compromiso de más infraestructuras hidraúlicas al que ha llegado con Vox. Todo con una Comunitat infrafinanciada.

Muchos factores en contra. Pero hay que empezar por ahí : «Tenemos mucha tarea por delante. Tenemos que continuar con la reconstrucción y también tenemos que atender muchísimas necesidades que tienen los valencianos y las valencianas de las otras partes de la Comunitat Valenciana, y eso vamos a hacer», han sido sus primeras palabras como presidente de la Generalitat.

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Para lograrlo, necesita rebajar el nivel de crispación en la sociedad. Acabar con las manifestaciones mensuales e instaurar, al menos, un clima de expectativas: «Vamos a intentar demostrarle a la sociedad que sí que estamos a la altura y yo creo que la mejor forma de demostrarlo es el diálogo, el consenso y el acuerdo», ha expresado.

Sus primeras palabras en el discurso de investidura han ido dedicadas a las víctimas, a las que pedirá perdón. Un ofrecimiento que ha reiterado en la réplica de la tarde mirándolas a la cara, ya que una representación seguía el debate desde la tribunal del Hemiciclo.

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Ello implica alejarse de la estrategia errática que ha mantenido Mazón el último año. «Yo he ofrecido mi móvil en el juzgado porque no tengo que tapar a nadie ni nada que esconder», se ha referido a su declaración como testigo en el juzgado de Catarroja. Pérez Llorca debe marcar perfil propio.

Su primera decisión fue nombrar al alcoyano Nando Pastor como síndic popular en Les Corts. Un hombre al que conoce desde hace años y que debe mantener la buena relación con Vox para sacar adelante los presupuestos autonómicos de 2026 para empezar. Su segunda decisión de calado es la elección de su primer Consell el próximo martes, después de tomar posesión del cargo.

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A partir de ahí comenzará una legislatura de solo 17 meses, poco menos de año y medio. Es el tiempo que le separa hasta las próximas elecciones autonómicas de mayo de 2027, a las que espera llegar con méritos suficientes para que la dirección nacional le revalide como candidato, a tener derecho a una oportunidad.

No le sobra tiempo ni problemas, pero tiene ganas, fuerza y conocimiento. No en vano, es el alcalde más votado de la Comunitat Valenciana con un 73% de los sufragios en su municipio, Finestrat. Este viernes acudirá allí a despedirse de los funcionarios y a renunciar al cargo. Para la Generalitat, espera aplicar la misma fórmula: «Trabajar desde la transparencia, desde la humildad y desde la cercanía. Es lo que a mí me caracteriza y es lo que voy a intentar hacer», ha reconocido. Comienza la época de Pérez Llorca al frente de la Generalitat.

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