Un grupo de alicantinos en el Oktoberfest de Múnich durante la amenaza de bomba: «Escuchamos sirenas, pero no sabíamos qué pasaba»
Una explosión en un edificio de la ciudad y el aviso en la feria han llevado a las autoridades a clausurar el recinto «por precaución»
Un grupo de alicantinos se ha visto sorprendido por la amenaza de bomba que se ha vivido durante las últimas horas en la ciudad de Múnich, la cual ha obligado a suspender de forma temporal el evento del Oktoberfest durante este miércoles «por precaución».
Es ahí donde acudían estos turistas de Alicante que, debido a las circunstancias, no han podido acceder al recinto, clausurado por las autoridades alemanas mientras investigan a su vez la explosión en un edificio de Múnich en el que han hallado trampas bomba.
Ha sido durante la madrugada cuando un inmueble del distrito de Lerchenau se ha visto envuelto en llamas. Las pesquisas apuntan a una disputa familiar, en la que uno de sus integrantes disparó a otros y, seguidamente, prendió fuego a su vivienda.
Las fuerzas de seguridad acudieron alertados por una llamada. De hecho, estos alicantinos reconocen haber sido testigos de las alarmas. «Anoche escuchamos bastantes sirenas policiales, pero no teníamos idea de lo que pasaba», asegura Vicente Cutanda, asistente al Oktoberfest de Múnich junto a varias parejas que ha conocido en el Santo Sepulcro de Alicante.
Así, tras pasar la noche en la ciudad alemana y cargar pilas para acudir a la feria, se han topado con la realidad. «Después de desayunar nos hemos acercado al recinto del Oktoberfest y nos han informado de lo que ha pasado», así como de la clausura del recinto.
Y es que, al parecer, el presunto autor de los disparos dejó una carta en la que reflejaba una supuesta amenaza contra el Oktoberfest, sin concretar cuándo se produciría el posible atentado.
Durante la mañana, este grupo de alicantinos asegura que en las calles de la ciudad «se notaba cierto silencio» que ha ido acompañado de «mucho movimiento policial». No obstante, esta sensación se ha ido evaporando durante la tarde, cuando «ya hay más normalidad».
Eso sí, el cierre de la Oktoberfest ha puesto a rebosar las calles del centro histórico de Múnich. «Hay cientos de miles de personas que vienen al evento y, al cerrarlo, se han desplazado hasta aquí», provocando un aluvión de visitantes en los restaurantes que no han dado abasto, según estos alicantinos.
En su caso, Cutanda es un «habitual» del Oktoberfest de Múnich y conoce al dedillo los movimientos y capacidad del recinto. Sin embargo, este año «se ve mucha gente y más policía», sobre todo, tras esta amenaza que ha obligado a cerrar temporalmente la feria de la cerveza.