Cultura premia a Ana Laborde, la 'médica' de la piedra

La donostiarra Ana Laborde es toda una autoridad en su oficio. Esta respetada 'médica' de la piedra se ha cuidado de 'enfermos pétreos' como el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago o la madrileña puerta de Alcalá. Por su intachable trayectoria ha merecido por unanimidad el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales, concedido este miércoles por el Ministerio de Cultura y dotado con 30.000 euros.

Se reconoce en el fallo su «destacada contribución a la conservación y restauración del patrimonio cultural». También sus «enfoques innovadores en el tratamiento de materiales pétreos», «su compromiso con la colaboración institucional a través de su trabajo con organismos nacionales e internacionales» y «la difusión del conocimiento a través de publicaciones y acciones formativas».

El fallo destaca su experiencia para el planteamiento metodológico de los trabajos y el establecimiento de criterios rigurosos de restauración que ha evidenciado «en actuaciones sobre bienes patrimoniales del máximo nivel de protección y reconocimiento como Patrimonio Mundial». Labores como la dirección técnica de la intervención en el Pórtico de la Gloria y el asesoramiento técnico en la restauración de la Puerta de Alcalá de Madrid, abordada en el último año y broche de oro para su jubilación.

Nacida en San Sebastián en 1958, Ana Laborde Marquezees es licenciada en Geografía e Historia especializada en Prehistoria y Arqueología y en proyectos de conservación de materiales pétreos. Es arqueóloga titulada de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid.

Ha coordinado intervenciones en valiosos bienes tanto en el ámbito arqueológico como en el de la escultura en piedra y el patrimonio monumental. Trabajó en los yacimientos de Atapuerca al inicio de su carrera y fue pionera en la incorporación de los conservadores restauradores al trabajo de campo al impulsar su integración en los equipos de investigación.

Se incorporó al Instituto del Patrimonio Cultural en 1986 como especialista en conservación y restauración de materiales arqueológicos y pétreos y hasta su reciente jubilación ha trabajado en intervenciones de monumentos como los monasterios de Santo Domingo de Silos y Santa María La Real de Nájera o las catedrales de Palma de Mallorca, Burgos, Sigüenza, Tudela, Toledo o Barcelona; de esculturas como Nuestra Señora de la Virgen Blanca de Vitoria o las del jardín del Museo Sorolla o El proyecto que marcó un hito en su carrera fue la consolidación restauración del Pórtico de la Gloria por la relevancia de esta obra y la dificultad técnica que suponía su recuperación con un equipo interdisciplinar.

Su destacada labor le llevó a ser la representante española en las instituciones internacionales más prestigiosas en materia de patrimonio cultural, como el Consejo de Europa y el ICCROM, como un referente en el campo de la restauración y, en concreto, de la arquitectura histórica.

Laborde que suma este premio a otros muchos galardones nacionales e internacionales, enriquece el palmarés del galardón que reconoció en sus pasadas ediciones a Tomás Antelo, María de los Ángeles Querol Fernández, María Pía Timón Tiemblo, Araceli Pereda Alonso y José María Pérez 'Peridis'.