Jabalí muerto en la cuneta de una carretera en la provincia de Alicante. Tino Calvo

Cerca de un centenar de municipios alicantinos sufren sobrepoblación de jabalíes

El Consell prepara un decreto de gestión cinegética para acabar con el problema | La caza es una de las herramientas de control: en la pasada temporada se abatieron 12.000 ejemplares, un millar más que el ejercicio anterior

Pau Sellés

Alicante

Martes, 26 de agosto 2025, 07:29

La sobrepoblación de jabalíes puede acarrear desequilibrios en los ecosistemas locales, lo que se traduce en daños en cultivos, transmisión de enfermedades a ganado y mascotas, e incluso accidentes de tráfico. Este problema no es ajeno a la provincia de Alicante, más bien todo lo contrario, y es que la mayoría de municipios alicantinos sufren en sus propias carnes las consecuencias de un exceso de esta especie. Noventa y ocho localidades padecen esta problemática, ni más ni menos que el 70%, según un informe de la Generalitat Valenciana.

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Ante esta situación, el Consell ha establecido un nuevo decreto para la gestión cinegética y el control poblacional de jabalíes, así como de otros ungulados silvestres. Estas medidas de control permiten la caza regulada de estos animales con el fin de evitar que se perpetúe su sobrepoblación. La pasada temporada de caza finalizó en la provincia de Alicante con 11.998 jabalíes abatidos, un millar más que la temporada anterior, en la que se abatieron 10.929.

El conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Vicente Martínez Mus, ha presentado este lunes las principales medidas del nuevo decreto autonómico, con el cual se busca «una regulación ordenada» para controlar la sobrepoblación del jabalí, pero también la de otras especies problemáticas que afectan al interior de la provincia de Alicante.

Martínez Mus ha puesto de ejemplo el caso de Xàbia, municipio en el que ha tenido lugar la presentación ante representantes de diferentes ayuntamientos. Acompañado por la alcaldesa de la localidad, Rosa Cardona, el conseller ha subrayado que las diferentes medidas que abarca el nuevo decreto también buscan controlar especies como el ciervo, el gamo, la cabra montesa, el corzo y el muflón, que causan daños en cultivos.

Acto de presentación en Xàbia sobre del plan autonómico para acabar con la sobrepoblación de jabalís. TA

En esta línea, el conseller ha asegurado que la Generalitat «ha ampliado los periodos de caza y simplificado la normativa vigente», y que se está colaborando con los cazadores y la Federación de Caza como «herramientas clave en la regulación medioambiental».

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La última temporada de caza en la Comunitat ha finalizado con 54.548 jabalíes abatidos, casi dos veces y media más que los 22.169 cazados hace una década

La última temporada de caza en la Comunitat ha finalizado con 54.548 jabalíes abatidos, 25.448 más que hace cinco años y casi dos veces y media más que los 22.169 cazados hace una década, según ha explicado Mus.

Como novedad respecto a campañas anteriores, se ha introducido la captura de arruís y muflones en el Parque Natural de la Font Roja. Desde la Generalitat explican que los arruís, como especie exótica invasora, son uno de los objetivos del proyecto, mientras que los muflones se han capturado por exceso de población.

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Papel activo de los ayuntamientos

El decreto que prepara la Generalitat en materia cinegética contempla dotar a los cazadores de herramientas apropiadas; facilitar técnicas de control en áreas donde la caza no sea segura o viable; involucrar a los ayuntamientos como actores activos en la gestión de capturas, así como priorizar intervenciones en zonas con altas concentraciones de especies.

También se amplían los periodos de caza, se eliminan restricciones en días hábiles y se establece la utilización del precinto electrónico, eliminando así cargas burocráticas. Además, se autorizan nuevas técnicas de control, incluyendo el uso de dispositivos como miras nocturnas o térmicas, así como la eliminación de especies.

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Por otro lado, la normativa permite declarar territorios con sobreabundancia de una especie, lo que implica la supresión de cupos de captura y la fijación de un esfuerzo mínimo de caza para estabilizar las poblaciones, además del uso de métodos más efectivos, siempre bajo control administrativo.

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