Los naranjos vuelven a la plaza del Ayuntamiento en Alicante
Los frutales regresan a su lugar una vez concluido el periodo en el que el Belén Gigante ocupó este emblemático espacio, lo que obligó a trasladar los árboles
La plaza del Ayuntamiento de Alicante vuelve a vestir de verde y naranja. Sobre el color arena de las baldosas los doce naranjos delimitan de nuevo este espacio y llenan de luz el emblemático lugar, uno de los más turísticos de la ciudad.
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Así, la plaza frente a la casa consistorial recupera una de sus señas de identidad que vuelven a acompañar desde este viernes la famosa frase del escritor Mariano Roca de Togores 'La millor terra del món', grabada en la piedra del pavimento.
Los naranjos de la plaza del Ayuntamiento regresan a su lugar de origen semanas después de que el consistorio alicantino los retirara con motivo de las fiestas navideñas y de las actividades que iban a tener lugar en este espacio.
Así, los alcorques quedaron vacíos y tapados con planchas de hierro para evitar accidentes. Mientras, los árboles han permanecido a buen recaudo en los viveros municipales, donde ha sido el servicio de jardinería quien se ha encargado de su mantenimiento y cuidado.
Y es que los árboles de la plaza del Ayuntamiento son 'de quita y pon', y están pensados para poder ser retirados con facilidad ante distintas circunstancias. En este caso, el Belén Gigante de Alicante, que cuenta con el premio Guinness por ser el más grande del mundo, se instaló este año en este espacio por lo que fue necesario hacer 'hueco'. También fue en este mismo espacio donde miles de alicantinos recibieron el año nuevo con las tradicionales campanadas desde la Torre del Reloj de la Casa Consistorial.
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Una vez concluidas las fechas navideñas, los naranjos han vuelto a su lugar aunque es posible que puedan ser trasladados de nuevo en los próximos meses según las actividades que se celebren en la plaza, como pueden ser conciertos o las presentaciones de las belleas de las comisiones de Hogueras.
No es la primera vez que estos árboles se retiran de sus alcorques. La situación se repite varias veces al año según la agenda festiva, cultural y social de la plaza. Por ejemplo, la plantá y posterior cremá de la hoguera oficial de la ciudad obliga a retirar el arbolado y parte del mobiliario urbano para prevenir desperfectos por las altas temperaturas que alcanza el interior del monumento.
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