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El alcalde de Alicante, Luis Barcala. Shootori
Opinión

Una cornada con dos trayectorias

La cintura política del alcalde de Alicante le abre posibilidades a mitad de la legislatura, justo al contrario que en otros foros

Domingo, 28 de julio 2024, 07:14

Pocas gentes pueden escribir de toros y menos comprenderlos en toda su magnitud y riqueza de vocabulario. José María de Cossío, Joaquín Vidal, Tirso Marín o Miguel de Clara son algunos de los nombres más clarividentes en transmitir el arte de Cúchares, una disciplina que los tiempos están dejando caer, pero cuyas menciones fácilmente pueden pasar del albero a la moqueta, caso del Ayuntamiento de Alicante.

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Visto está en la última de feria de esta temporada 2023/2024 en el pleno de Alicante, donde el zahíno y astifino alcalde de Alicante, Luis Barcala, descerrejó una cornada con dos trayectorias bien profundas que ha inyectado a la par en socios y rivales. Una faena de aliño que servirá, sin duda, para encauzar el último tercio en esta legislatura antes de la suerte suprema de las elecciones allá por el 2027.

Todo, a cuenta de la Ordenanza de Ocupación de Vía Pública. Un documento no menor en una Alicante donde las terrazas son una fuente de ingresos bien importante, donde media hora de más o de menos suponen muchos euros en caja. Cuando lo normal es que el debate vaya por estos derroteros, y cuando todo estaba bien cerrado con Vox, 'los cuatro' se descolgaron con la negación a los Puntos Violeta en las fiestas, unos puntos informativos sobre agresiones sexuales en los que nadie (salvo la cesada directora del Instituto de la Mujer) había reparado hasta entonces. No era su Punto Violeta, sino rojo, por el que se negaban a aprobar esta ordenanza.

«¿Con quién va a pactarla el PP?», se debieron preguntar ufanos, creyendo que Barcala iría a tablas para después rogarles que volvieran. Pues con Compromís. Ahí saltó la sorpresa. La cintura política del alcalde de Alicante le abre más posibilidades a mitad de la legislatura, justo al contrario que en otros foros. En Las Ventas ya han dado dos avisos y todos miran al presidente esperando el tercero y último; mientras que en Valencia, tras la espantada de Abascal, la cosa vamos a ver cómo se desarrolla.

La cornada de Barcala tiene dos trayectorias: una, indudable, a Vox para que no se desmande si no quiere verse relegado. Aunque, también es verdad, la prueba de fuego se verá en los próximos presupuestos municipales, cosa mayor. No cabe olvidar que a Barcala le faltaron dos días (literalmente) para tener mayoría absoluta y que tiene 14 concejales, a uno de la misma. No ha de morir con Compromís, ahí calienta banquillo EU-Podem. ¿Imposible? Tampoco Pedro Sánchez podía dormir con Podemos en el Gobierno ni es viable una moción de censura PP-Junts. Cosas más difíciles se habrán visto en política.

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Porque, a día de hoy, es más factible este pacto que uno con el PSPV en el Ayuntamiento de Alicante. Y aquí está la segunda trayectoria. El acuerdo del PP con Compromís ha sentado a cuerno quemado en el PSOE de Alicante. No tanto por la decisión del portavoz «valencianista», como le ha tildado el grupo municipal socialista, de traicionar a la izquierda, sino porque, entienden, los suyos le han dejado expedito el centro a los populares.

Barcala, a día de hoy, puede presumir de ser capaz de negociar a diestra y siniestra mientras los socialistas quedan aparcados por el momento (por decisión propia, insisten los populares) de cualquier diálogo municipal a pesar de ser el segundo grupo del Ayuntamiento.

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El alcalde tiene seguro el respaldo socialista en los temas estratégicos de la ciudad (Parque Central, Variante de Torrellano...) por elevación en cuanto que, como se ha demostrado, tiene hilo directo con el ministro de Transportes, Óscar Puente, para llevar a cabo todas las transformaciones que necesita Alicante. Por aquí no flaquearán.

Y, en los temas municipales, hoy por allá y mañana por acullá. Y quien quiera subirse al carro, bienvenido sea. Barcala ha terminado los dos primeros tercios y ni una puya en el costado. Ahora comenzará con el capote cuando vayan poniéndose en marcha los proyectos que llevaban aparcados décadas en Alicante y que, uno a uno, irán viendo la luz los próximos años. Siéntese que empieza la segunda parte.

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