Desahucian por error a una mujer de 74 años con cáncer en Alicante

«Le han tocado a la puerta y le han dicho: 'Señora, ¿tiene todo preparado?'. Y ella ha contestado: '¿Cómo que todo preparado?' y le han dado 15 minutos para salir de casa». Así de agónico explica Sandra la surrealista situación que ha vivido su madre, Belarmina, este miércoles. La mujer, de 74 años y con un cáncer, ha sido desahuciada de su vivienda sin previo aviso y sin tener ni una sola deuda. Tan solo ha tenido un cuarto de hora para recoger algunas cosas y marcharse.

Y es que, según relata esta mujer, la comitiva judicial se ha equivocado al ejecutar el lanzamiento programado para ese mismo día. Al parecer, la orden pesaba sobre la vecina de su madre, Cristina, por impago del alquiler.

Ha sido esta misma, Cristina, quien ha intentado avisar del error, pero ni los representantes del juzgado ni el abogado de la propietaria del inmueble han atendido sus ruegos para detener el procedimiento.

Así que Belarmina, una mujer de 74 años, con cáncer, EPOC y que necesita una bombona de oxígeno para respirar, ha tenido que abandonar a toda prisa la que había sido su casa durante 40 años y cuyo arrendamiento ha pagado religiosamente, sin fallar un solo mes.

Según explican tanto Cristina, sobre quien pesaba realmente la orden de desahucio y cuya historia ya adelantó TodoAlicante, como Sandra, la hija de Belarmina, la equivocación que ha provocado el desalojo se debe a la falta de segregación entre ambas viviendas. «Era una sola propiedad, pero se dividió en dos casas que nunca se regularizaron legalmente. Así que, a ojos de la ley, este edificio solo tiene un 'tercero izquierda' y no se distingue entre el piso de mi madre y el de Cristina», afirma Sandra. Por este motivo, aunque la orden estaba a nombre de Cristina, la que ha sido desalojada ha sido Belarmina, por una simple coincidencia en la numeración.

Sandra ha contado la delicada situación médica de su madre y el ataque de pánico que ha sufrido cuando ha tenido que empaquetar rápidamente algunos enseres para salir de su casa. «Estamos destrozados. Imagina que te llama tu madre llorando, sin poder hablar, y te dice que la están echando de la casa donde creciste», explicaba esta mujer, que ha cogido a sus hijos, los ha metido en el coche y ha recorrido, con el corazón en un puño, los kilómetros que separan Murcia de Alicante.

Todo ha sido en vano. Cuando ha llegado, el desahucio ya se había consumado. Otra de las hijas de Belarmina, que vive en Alicante, ha podido acercarse para ayudar a recoger algunos objetos, aunque otros se han quedado dentro.

Ahora la anciana se quedará temporalmente en casa de una de sus hijas mientras buscan una solución. Debe permanecer en Alicante porque su oncólogo y su nefrólogo están en la ciudad. Las opciones son escasas, pero la familia considera que se ha cometido una «gran injusticia» y que intentarán reclamar judicialmente el desahucio.

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