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José López vendiendo regaliz en Maisonnave Jesús López

Adiós al histórico vendedor de regaliz de Maisonnave en Alicante

José López, entrañable personaje del centro comercial, distribuyó durante 50 años la dulce raíz degustada por varias generaciones de alicantinos

Lunes, 3 de julio 2023

Llegaba por las mañanas a la avenida Maisonnave y se sentaba en un cajón en el que desplegaba los montones de regaliz bien ordenados. Gordos, finos o variados, pero con las raíces recién cogidas y bien limpias, para mantener contento al cliente. Así pasó los últimos 50 años José López, el entrañable vendedor de este dulce natural que falleció hace tan solo unos días.

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Las reacciones de los alicantinos no se han hecho esperar. Han sido miles los que de niños han comprado regaliz a José y de adultos han hecho lo propio para sus hijos y nietos. Muchos usuarios de las redes sociales han mostrado su tristeza por la falta de este vendedor que les trae recuerdos de su infancia, de los consejos y conversaciones que a lo largo de su historia mantuvieron con él. Algunos incluso han reclamado que se ponga una placa en la esquina entre la calle Churruca y la avenida Maisonnave, uno de sus lugares predilectos donde era fácil encontrarle cada día.

«La gente le quería mucho. Llevaba toda la vida allí, hablaba con todo el mundo y conocía a todos», explica su hijo Jesús. Él es el cuarto de los cinco hijos que se criaron entre regaliz. Su padre incluso los llevaba algunas tardes con él a acompañarle.

José López era originario de Huéscar (Granada), de donde se trasladó a Cartagena, y allí conoció a su mujer. Su periplo continuó hacia Elche, hasta que llegó a Alicante, donde empezó a trabajar en la construcción y vivió toda la vida en Colonia Santa Isabel. Después complementaba el trabajo vendiendo regaliz, aunque también vendió flores o lotería en algunos momentos.

Jesús recuerda que su padre adoraba esta raíz de sabor fuerte. «Era también como una medicina, si estábamos constipados nos hervía regaliz en un cazo de agua y te curabas». Pero también fue el apoyo que necesitó para sacar adelante a su familia de cinco hijos. «Nos ha ayudado a todos, lo que ha hecho falta, 20 euros o unas palabras, tanto a hijos como a nietos», recuerda Jesús sobre su padre.

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«Él siempre decía que el mejor amigo eran 5 duros en el bolsillo para poder hacerse con un pedazo de pan que echarse a la boca honradamente, eso era lo que él hacía», afirma su hijo sobre un vendedor al que no importó el paso del tiempo para poder apoyar a los suyos.

La esquina de Maisonnave en la que cada día podía verse a José exhibe un tono un poco más gris sin su sempiterna figura. Sobre el semáforo junto al que se colocaba ha aparecido un ramo de flores y un cartel con su foto. Con grandes letras blancas se puede leer «Descansa en paz». Un pequeño homenaje de uno de los miles de alicantinos anónimos para los que José será siempre un recuerdo de infancia.

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