La Policía Nacional desarticula una red que captaba mujeres en Sudamérica para explotarlas sexualmente en pisos clandestinos de Alicante

La Policía Nacional ha desarticulado una red criminal que captaba a mujeres en Sudamérica para explotarlas sexualmente en pisos clandestinos de Alicante. La investigación, realizada de forma coordinada entre la UCRIF de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Alicante y de Madrid, se ha saldado con el arresto de cuatro presuntos miembros del entramado, dos hombres y dos mujeres de entre 23 y 56 años, y se prevé la detención de un quinto componente, según han confirmado desde la Comisaría Provincial.

La investigación se inició al detectarse la existencia de una organización criminal que captaba a mujeres en Sudamérica con la promesa de unas mejores condiciones de trabajo en España. Se descubrió que al menos una mujer estaba siendo obligada a ejercer la prostitución de manera abusiva en un piso de Alicante para saldar una deuda impuesta de 5.000 euros por los gastos de viaje y gestión, detallan las mismas fuentes.

La red proporcionó a la víctima los billetes de avión desde su país de origen y la instruyó sobre cómo burlar los controles fronterizos en España como turista, incluso con documentación falsa como certificados de seguro de viaje y reservas de hotel que posteriormente eran canceladas. Una vez en territorio nacional, la mujer era instalada en un piso prostíbulo donde era fotografiada para publicitar sus servicios sexuales.

El grupo criminal contaba con una estructura jerarquizada con roles definidos para cada integrante. La principal responsable y líder era una mujer que, aprovechando la situación de las víctimas, las engañaba para venir a España. Además, se encargaba de proporcionar la documentación falsa, financiar los viajes y trasladarlas a los prostíbulos. También controlaba a las víctimas, les imponía la deuda de 5.000 euros, supervisaba los anuncios de servicios sexuales y recibía los pagos de los clientes. Incluso, según se desprende de la investigación, amenazaba a las captadas y a sus familiares en el país de origen para que saldaran las deudas y para evitar fugas.

Otra mujer se hacía cargo del piso prostíbulo, colaborando con la cabecilla en la explotación de las mujeres y gestionando el alquiler de habitaciones. Un hombre era el encargado de los traslados, recogiendo a las víctimas en la estación de tren y llevándolas a los lugares donde serían explotadas. Existía también otra mujer cuya labor se centraba en la gestión de los servicios sexuales, que utilizaba su teléfono para publicitar a las víctimas en internet y coordinar los contactos con los clientes. Finalmente, otro individuo, pareja de la líder, se encargaba también de amenazar a las damnificadas para que pagara la supuesta deuda y se sospecha que también ejercía labores de seguridad para la organización.

Los investigadores pudieron conocer que la víctima viajó a primeros de abril desde Sudamérica a Madrid en avión. Al día siguiente viajó en tren hasta Alicante. Allí fue recogida por la líder y su pareja, llevándola a un piso donde le realizaron fotos y posteriormente trasladándola a un piso a ejercer la prostitución. En este piso había cámaras para vigilar a la víctima. Durante esta etapa fue amenazada con retirarle el pasaporte si no se «portaba bien».

La coaccionada iba a destinar la mitad de lo que ganara para saldar la supuesta deuda, dándole la otra mitad a la líder de la red, por lo que no iba a recibir ningún dinero por sus servicios. Tenía solo un día libre a la semana y existía un régimen de multas de 300 euros en el caso de generar algún problema. También era obligada a borrar todas las conversaciones mantenidas con el móvil con la líder.

El total de gasto para traer a la víctima ascendía aproximadamente a 1.000 euros, no obstante le dijeron que había contraído una deuda de 5.000 euros, la cual solo podía pagar ejerciendo la prostitución.

La trata de seres humanos es un grave delito que atenta contra los derechos fundamentales de las personas. La Policía Nacional trabaja activamente para combatir estas redes criminales y proteger a las víctimas. Es crucial que la ciudadanía esté informada sobre los métodos de captación y las señales de alerta que puedan indicar que una persona está siendo explotada.

Si usted o alguien que conoce es víctima de explotación, o si sospecha de alguna actividad relacionada con la trata de seres humanos, puede denunciarlo de forma confidencial a través de los canales de la Policía Nacional: Teléfono: 091, web oficial: www.policia.es, o cualquier comisaría de España.

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