Sanitarios alicantinos ante la tragedia: «Nunca habíamos visto nada igual»
La prevención de las infecciones y el achique de agua son dos de las prioridades que afrontan los equipos de emergencia tras el devastador paso de la DANA
A pesar de tener experiencia previa en otras catástrofes, la enfermera alicantina Penelope Marqués lo tiene claro a la hora de referirse a la DANA que ha azotado Valencia. «Nunca habíamos visto nada igual». Habla también por boca de dos bomberos de Córdoba, y con los que se trasladó a la zona 0 de la tragedia para ayudar en las tareas de reconstrucción. Los tres integraron el primer contingente que se desplazó al lugar de la tragedia por parte de Bomberos Unidos Sin Fronteras, una oenegé que participa en operativos de emergencias por todo el mundo.
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Marqués trabaja como enfermera SAMU en Alicante, y anteriormente ya había colaborado en otras catástrofes naturales, como el terremoto que azotó Ecuador en 2016, y el tsunami de Indonesia en 2018. Ambas catástrofes dejaron centenares de muertos; sin embargo, la huella que ha dejado en la enfermera alicantina esta reciente DANA para haber sido más honda: «Nos ha impresionado. Ha sido un desbordamiento muy agresivo».
Juntos a sus dos compañeros cordobeses de Bomberos Unidos Sin Fronteras, Penelope analizó sobre el terreno la mejor forma en que su oenegé podía ayudar a la gestión de la catástrofe. Todo ello pensando en la nueva remesa de voluntarios que la entidad ha enviado hasta Valencia, compuesta por 15 bomberos y dos sanitarios provenientes de Madrid, Córdoba y Huelva. «Nuestra prioridad ahora mismo es llevar bombas de achique de agua para vaciar los garajes e instalaciones subterráneas inundadas».
Los numerosos puntos con agua estancada suponen uno de los mayores problemas en las tareas posteriores a las tragedias, ya que son un foco de infecciones. «Nos encontramos en una fase de la tragedia en la que hay un elevado riesgo de que proliferen las enfermedades. El material orgánico en descomposición amenaza con contaminar el agua y así hacer que proliferen las infecciones».
«Nos encontramos en una fase de la tragedia en la que hay un elevado riesgo de que proliferen las enfermedades»
Penelope Marqués
Enfermera SAMU
Afortunadamente, explica que la red del sistema público sanitario no ha llegado a colapsar, a pesar de que los destrozos han afectado severamente a algunos centros de salud. De hecho, la Conselleria de Sanidad ha informado esta semana que se ha reestablecido la actividad asistencial en 47 centros de salud de los 57 que se vieron afectados por las inundaciones, y que la actividad en los diez que permanecen cerrados, se sigue prestando en los puntos extraordinarios habilitados en colaboración con las administraciones locales.
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El reto de Sanidad no solo está en la asistencia a casos urgentes derivados por la DANA, sino también en atender las patologías cotidianas de la población. «No podemos olvidarnos que sigue habiendo pacientes crónicos, como los diabéticos, así como infartos o patologías no relacionadas con la catástrofe natural», explica la enfermera alicantina.
Guardias maratonianas
A muchos de estos pacientes ha tenido que atender la médico de atención primaria María José Picó, que desde el centro de salud de Onil donde trabaja se prestó como voluntaria para actuar en la zona afectada. En su caso, fue enviada al centro de salud de Alberic, municipio que si bien no ha sido directamente afectado por la riada, sí que es lugar de trabajo para facultativos que viven en municipios vecinos devastados por la DANA, y que por tanto están teniendo dificultades para reincorporarse a su trabajo.
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Tras acabar su turno ordinario de mañana este pasado lunes en su consulta, María José partió de Onil hasta Alberic, donde cubrió una guardia de 17 horas, que empezó a las 17 h y acabó a las 8 del día siguiente. Es decir, una jornada laboral de casi 24 horas. A pesar de la magnitud de la tragedia que rozó Alberic, la facultativa asegura que percibió «serenidad» en los vecinos y pacientes que atendió en este municipio de la Ribera Alta.
Ayuda por partida doble
Otro alicantino que arrimó el hombro como voluntario fue Alberto Ruiz, que aprovechó su formación para prestar ayuda por partida doble. Enfermero de formación y con diez años de experiencia trabajando en el SAMU --además de ser vocal VI del Colegio de Enfermería de Alicante--, desde hace dos Alberto trabaja como bombero en la brigada del Ayuntamiento de Alicante. Junto al resto de voluntarios de su equipo, y aprovechando que no estaban de servicio, Alberto acudió a Algemesí el pasado sábado para ayudar en el operativo, y tiene intención de volver este viernes.
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Las principales labores que llevó a cabo fueron el achique de agua en los numerosos garajes inundados, el desalojo de zonas con riesgo de desprendimiento, así como la retirada de vehículos de la calzada. Sin embargo, y aprovechando su formación como sanitario, reconoce que también atendió a una mujer de avanzada edad que estaba sufriendo una crisis de ansiedad.
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