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Personal de enfermería concentrado a las puertas del Hospital General de Alicante este viernes. TA

Las enfermeras reclaman desde Alicante una nueva categoría profesional

Decenas de profesionales se han manifestado este 8M a las puertas del Hospital Dr. Balmis para denunciar la «discriminación y la brecha laboral» que sufre el colectivo

Pau Sellés

Alicante

Viernes, 8 de marzo 2024, 12:07

«Estamos hartas de la falta de reconocimiento a nuestro trabajo. Somos la gran fuerza laboral de la sanidad pública». Son algunas de las consignas que se han podido escuchar este viernes, con ocasión del 8M, a las puertas del Hospital General de Alicante. Decenas de profesionales de la enfermería se han concentrado convocadas por el sindicato Satse para denunciar la «discriminación y la brecha de género laboral» a las que aseguran ser sometidas en su trabajo.

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La principal demanda evidenciada durante el acto ha sido la de pedir una nueva categoría laboral para el colectivo, que sea acorde con la «ordenación actual de los títulos universitarios y el desarrollo competencial experimentado por la profesión en los últimos años».

Las profesionales han mostrado una pancarta evidenciando su hartazgo. TA

El subgrupo al que pertenecen estas profesionales es el A2, el cual consideran «claramente discriminatorio, limita su crecimiento profesional y da lugar a prejuicios y estereotipos sobre la profesión enfermera».

Es por ello que han reclamado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que coordine los distintos ministerios implicados en la reforma del Estatuto Básico del Empleado Público para que las enfermeras se incluyan finalmente en un único Grupo A, sin subgrupos, dentro de la administración pública.

Las manifestantes también han subrayado que, «aunque deberían haberse superado los roles sexistas, en la actualidad se sigue marginado a su profesión, por ser mayoritariamente femenina y dedicarse a los cuidados, a pesar de su importancia y necesidad dentro del sistema sanitario y en la sociedad.

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Entre otras discriminaciones y perjuicios, han destacado la falta de reconocimiento a la dureza de su condiciones y riesgos laborales, lo que les impide poder acceder a la jubilación anticipada voluntaria; sufrir estereotipos sexistas; un mayor número de agresiones físicas y verbales, y dificultades de conciliación.

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