La escritora Amanda Fajardo con su trilogía de 'Aran'. AF

La escritora que convierte la luz de Alicante en literatura fantástica

Amanda Fajardo se inspira en el castillo de Santa Bárbara, el sol del Mediterráneo y la Rambla de la ciudad para crear el mundo de la trilogía de 'Aran'

Adrián Mazón

Alicante

Domingo, 31 de agosto 2025, 09:57

La vida le ha llevado a mudarse a otra ciudad, lejos de Alicante, donde reside junto a su marido y su bebé. Sin embargo, los orígenes no se olvidan. Así lo ha sabido plasmar y demostrar la escritora Amanda Fajardo, cuyos paseos por el castillo de Santa Bárbara y la luz que da brillo a Alicante la acompañan en sus recuerdos, los cuales le han servido para crear un mundo fantástico, el de la trilogía de 'Aran'.

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Estos recorridos han pasado por su mente durante las tardes de escritura solitaria que, sumadas a una pasión profunda por la historia -su profesión con formación en la Universidad de Alicante-, han servido para dar forma a las tres novelas que componen su bibliografía, la auténtica. De este modo, Amanda Fajardo ha conseguido convertir sus raíces en un universo de ficción que «solo los alicantinos serán capaces de reconocer».

La escritora Amanda Fajardo con su trilogía de 'Aran'. AF

Lo que empezó como un proyecto personal -de esos de ponerse a escribir para ver hasta donde uno llega- ha tomado rumbo hasta convertirse en trilogía. «Siempre quise escribir una novela histórica, pero por mi formación me imponía mucho respeto. Tenía que hacerlo bien, con rigor, o me parecería una vergüenza. Así que me inspiré en un personaje real, pero decidí inventarme el resto: su vida, la trama y el mundo en el que vive».

El primer libro, Aran. Un bautismo de fuego', surgió en un momento de cambio. Amanda Fajardo se había mudado para acompañar a su marido en un reto profesional. Ella estaba sin trabajo y «aprovechaba el tiempo libre para escribir. Me sentía inspirada, con fuerza», recuerda de aquel momento a pesar de que «empecé sin intención de publicar».

Así fue dando forma al protagonista, Aran, un niño feliz que vive con sus padres adoptivos, sin conocer su verdadera historia. Tras ello, llegó el detonante marcado por una situación en la ciudad que lo empuja a descubrir sus orígenes. El padre adoptivo, que conoce al biológico, los reúne sin revelar la verdad. Solo cuando el verdadero padre muere, confiesa la identidad de Aran, provocando un giro emocional crucial. «Ese momento es un shock que cambia toda la historia», destaca la autora.

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Sobre el primer borrador, Fajardo reconoce que fue «autoconclusiva» hasta que sus círculos más cercanos la animaron a seguir con la primera novela y buscarle futuro. Por ello, cogió el guante y, «como tenía también el gusanillo de seguirla», continuó pensando en la trama. Fue así como «vi que me daba para dos libros más». No fue fácil, asegura, porque en dicho momento contaba con empleo, pero «me notaba con muchas ganas, fuerza y tuve suerte». Con todo, se lanzó a la autopublicación en Amazon.

La creación del mundo de 'Aran'

Aunque el mundo de Aran es ficticio, tiene un ADN aparentemente alicantino. La ciudad se llama Levan, se ubica al sureste y está construida sobre referencias reales. «Me encanta mi tierra y quería que cualquier lector de Alicante pudiera reconocerla con pequeños guiños», confiesa. Tal es el caso que la fortaleza donde vive el emperador está inspirada en el de Santa Bárbara. «Cuando escribía las escenas ahí, me imaginaba paseando por el castillo y me preguntaba si el personaje se asomaría por el torreón para ver el mar o por qué camino subiría a la cima».

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Otro lugar clave en la novela es una gran avenida por donde pasan desfiles y contiendas durante los capítulos. No es casual, ya que está inspirada en la Rambla de Méndez Núñez, la foguera a la que está vinculada Amanda Fajardo y por donde, también, desfilan las comisiones de Hogueras. «Me hubiese gustado que fuese más descarada. A ver si en el próximo libro me atrevo más», señala entre risas.

Pero si algo destaca en la trilogía de 'Aran', además del conflicto y la ambientación, es la luz. «En mis libros hablo mucho del sol. En uno de ellos escribo que 'el sol brillaba como solo el sol de Levan sabía brillar'. Cuando lo escribía, pensaba en 'la terreta'. No hay otro igual».

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Toda esta ambientación tiene su base en la historia real. Amanda Fajardo, como historiadora, ha volcado su conocimiento profesional en los detalles: estructuras sociales, campañas militares, escenarios políticos. «Aunque es fantasía, quería que todo sonara verosímil. Me documenté con libros, revistas, manuales... Estudié batallas reales y las adapté. Me puse a comparar con la realidad para ver si lo que contaba sería posible».

La pasión por contar historias le viene de lejos. «En el colegio, cuando tocaba leer, yo era feliz. No entendía por qué mis compañeros se quejaban. Siempre me ha gustado leer, y desde pequeña escribía cosas sueltas en libretas, aunque nunca pensaba que las terminaría. Hasta que un día leí un libro que sentí que estaba a la mitad. Me quedé con tantas ganas que empecé a escribir yo el final. Ahí empezó todo», hasta llegar a la ciudad de Levan a la que también se ha mudado durante el periodo de escritura de esta trilogía.

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