La Font Roja de Alcoi pierde uno de sus elementos más reconocibles

El Menejador es uno de los puntos de visita obligada para aquellos senderistas que se acercan al parque natural de la Font Roja de Alcoi. Sus 1.356 metros de altitud ofrecen al visitante una de las mejores panorámicas de la provincia de Alicante. Montcabrer, Aitana, Serrella o Benicadell son los principales enclaves montañosos del norte de Alicante que se vislumbran desde la cima de la Font Roja.

El lugar exacto del Menejador lo marca el punto geodésico (conocido también como vértice). Se trata de un monolito de roca que ayuda a elaborar mapas topográficos a escala, y a su vez, supone una referencia para muchos senderistas.

Ha sido precisamente ahí, en el punto geodésico del Menejador, donde la dirección del parque de la Font Roja ha decidido aplicar un cambio bien visible. Concretamente, se ha eliminado el monolito (uno de los dos con los que contaba la cumbre) que servía de apoyo a una antigua cámara de prevención de incendios. La medida se ha tomado como parte del programa de retirada de infraestructuras obsoletas y de impactos paisajísticos.

El Parque Natraul de la Font Roja, enclavado entre los términos municipales de Alcoy e Ibi, representa uno de los espacios naturales mejor conservados de la Comunitat. Sus 2.298 ha de área protegida, comprende la alineación montañosa de l'alt de Sant Antoni, el carrascal de la Font Roja y la Teixereta.

La conservación del espacio protegido supone la preservación de un conjunto de valores ecológicos y paisajísticos propios del entorno mediterráneo, con una variada representación botánica y faunística. El uso tradicional del monte también muestra su impronta en el legado cultural de la zona.

Uno de sus elementos idiosincráticos son los 'masos', es decir, las antiguas construcciones ligadas a la explotación del terreno. Sin embargo, el aprovechamiento agropecuario del parque no ha sido especialmente relevante a lo largo de la historia, debido a las rigurosas condiciones climáticas y al carácter agreste del terreno, que han dificultado los cultivos en las cotas más elevadas de la sierra.

Además de los 'masos', destacan otras construcciones de alto valor arquitectónico como son las cavas -o pozos de nieve-, de las que en la Font Roja se contabilizan seis. Durante el siglo XVIII, el comercio de la nieve jugó un importante papel en las comarcas de la montaña alicantina, lo cual propició el nacimiento de la industria heladera en Xixona y otros municipios próximos.

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